La deuda corporativa de mercados emergentes en una clase de activo que en los últimos años está adquiriendo cada vez más importancia para las gestoras internacionales y los bancos privados. Un dato explica el refuerzo de equipos que las firmas están realizando para gestionar activamente este segmento. Si en 2003 esta clase de activos movía un volumen de 130.000 millones de dólares, en junio de este año ha alcanzado ya 1,2 billones, una cifra superior a los 1,08 billones del mercado de deuda de alta rentabilidad en dólares y los 409.000 millones del mercado de deuda de alta rentabilidad en euros. Actualmente existen 1.111 emisiones de 515 empresas de 55 países, con los países asiáticos representando el 45% del total y un peso del 25% del sector financiero.
En el entorno actual de bajos tipos de interés en Estados Unidos y Europa y una latente espera de que la Reserva Federal norteamericana incremente a partir del próximo año el precio oficial del dinero, las emisiones de deuda a corto plazo, con vencimientos hasta tres años, han ido adquiriendo peso en las emisiones y entre los inversores. “Su diferencial de rentabilidad a vencimiento respecto a deuda empresarial a corto plazo de Estados Unidos es atractivo, de 292 puntos básicos. Y representa algo menos de un tercio del crédito vivo de deuda empresarial de mercados emergentes”, explica Karen Lam, especialista en deuda empresarial de mercados emergentes de Pictet AM.
Uno de los riesgos que entraña ahora la inversión en deuda corporativa emergente es que suele haber un volumen considerable de la misma que se emite en dólares, por lo que cualquier acontecimiento que influya en la cotización de la divisa norteamericana inmediatamente repercute en estos títulos de deuda. Pero sus repercusiones se pueden mitigar. De ahí que las emisiones a corto plazo hayan ganado peso. “La rentabilidad total en esta clase de activos en el año hasta agosto ha sido del 7,2% en dólares, pero solo el 2% es atribuible a la rentabilidad de la deuda del Tesoro de Estados Unidos. El resto se ha debido al diferencial de crédito, el exceso de rentabilidad a vencimiento respecto a la deuda norteamericana, y el cupón”, señala Lam.
Ante la previsión de un aumento de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, las calificaciones crediticias BB de alta rentabilidad, que proporcionan cobertura, han cobrado protagonismo en las carteras de los gestores, como ha ocurrido con el Pictet Emerging Corporate Bonds. Lam subraya que la selección de los emisores es clave. “Una subida de tipos de interés en EEUU puede ser positiva en determinadas industrias, como minería y acero, debido a que estas empresas tienen deuda y costes en dólares. Sin embargo, puede ser negativo para sectores como las aerolíneas, puesto que sus ingresos se generan en moneda local”, indica la responsable de Pictet.
Así que la selección es clave. “En la gestión realizamos un proceso de selección de compañías cuya deuda está disponible para invertir y el peso sectorial es el resultado de este proceso de bottom up”, asegura Lam, aunque los riesgos como un evento de crédito en China, una equivocación de política monetaria o un impago soberano con contagio a otros países. Precisamente, pese a que el sector financiero acapara el 27% de las emisiones, el mayor porcentaje respecto al total, y tiende a concentrar la calificación crediticia grado de inversión, “en los países emergentes ha habido menor ingeniería financiera o exposición a hipotecas de alto riesgo”, explica la responsable de deuda empresarial emergente de Pictet AM. Y “aunque en China haya gran componente de banca en la sombra, resulta ser de menor tamaño que en Estados Unidos”, concluye.
Pese a todo, las valoraciones siguen atractivas, a juicio de Lam, con diferencial de rentabilidad a vencimiento de 110 puntos básicos respecto a deuda empresarial en dólares por el índice US Credit JP Morgan US Liquid ex EM y de 19 puntos básicos respecto al índice de deuda emergente en dólares por el Embi Global Diversified, lo que compensa los riesgos.
“La tasa de impagos en 2014 puede ser del 3,4% en términos históricos, sobre todo atribuible al segmento de alta rentabilidad (con un peso del 30% en este universo de inversión) y es previsible que se mantenga durante el próximo año, al igual que el diferencial de crédito respecto a EEUU. De hecho, un elemento característico en esta clase de activos es su creciente calidad crediticia, con un 70% de las emisiones con calificación de grado de inversión”, explica Lam.