No escarmienta Alejandro Blanco. Otra vez volvió a dejar una declaración en forma de caricia para Marta Domínguez, casi encubridora, de esas que tanto irritan fuera de España y hasta dentro para aquellos que no entienden de banderas en los turbios asuntos de dopaje. “Marta sigue siendo la atleta española por excelencia”, afirmó como titular grueso. Y luego lo adornó sembrando dudas sobre la fiabilidad del pasaporte biológico que la compromete y pasando por alto de otros indicios (Urko y tal). De nuevo un dirigente patrio saliendo en defensa de una paisana en un caso, éste ya desesperadamente lejano, que la mantiene por ahora como mucho más que sospechosa.
Mejor habría sido que el presidente del Comité Olímpico Español insistiera en preguntarse por las bolsas de sangre de la Operación Puerto, que sin duda aclararían bastante sobre el particular, y que tanto inquietaron a los miembros del COI que debían decidir la sede de los Juegos de 2020. Entonces su sincera respuesta le ocasionó un rapapolvo público y sonoro de la titular de la Agencia Española de Dopaje, Ana Muñoz (“no responder a si las bolsas de sangre de la Operación Puerto se habían destruido es sembrar una duda, que yo creo que ni España merecía, ni la honorabilidad de nuestro trabajo"), más preocupada de su carrera que de esclarecer el caso. Pero lo cierto es que unos cuantos meses después, camino de los seis, no se sabe nada del líquido ni de los envases. La ofendida Muñoz dejó unos días más tarde el cargo, ascendió a Directora General de Deportes del CSD, sin resolver el enigma pese a la seguridad y energía de su bronca. Y así seguimos.
Pero Blanco (y miren que es buen gestor y mejor tipo), esta vez escogió poner la mano sobre el fuego de Marta (en realidad, nuevamente: le ha regalado su confianza desde el primer día que pasó por comisaría), reincidir en esa sensación de que los presuntos tramposos en este país acostumbran a estar a cubierto.
Tuvo también carga política su intervención en el 'Foro Deporte en Clave', celebrado en la Facultad Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), aireó sus discrepancias con un modelo que concede tantas competencias deportivas al CSD, o sea al gobierno. Y hasta en eso parecía ir ganándose la razón. Hasta que resbaló de nuevo con ese apoyo directo a la deportista palentina que no ha logrado quitarse de encima la sombra del dopaje. Marta y los martistas. Ya saben, España.