En 2013 las grandes berlinas de representación volvieron a experimentar un retroceso en el mercado, con unas ventas inferiores a las 10.000 unidades que suponen casi un 10% menos que en 2012. Un segmento dominado por las marcas alemanas —los tres modelos más vendidos son el BMW Serie 5, el Audi A6 y el Mercedes Clase E— y al que Jaguar ya intentó sin éxito acceder con modelos como el S-Type, algo que tampoco logró en el segmento inmediatamente anterior con el X-Type, que nunca fue rival para los Audi A4, BMW Serie 3 o Mercedes Clase C.
Pero ahora, más de cinco años después de cesar la producción del S-Type, la marca inglesa retoma de nuevo el interés por este segmento, antaño uno de los que mayor expectación generaba, aunque ahora desplazado en parte por la llegada de los grandes SUV o todocaminos de gama alta, segmento al que, por otro lado, Jaguar también tiene mucho interés como demostró con el C-X17 Concept, el que sería su primera incursión en este tipo de modelos.
Y aprovechando precisamente la plataforma de este último, una innovadora plataforma modular construida íntegramente en aluminio, Jaguar desarrollará su berlina XE adaptando la misma a las necesidades de este tipo de modelos , una berlina que estará situada por dimensiones y posicionamiento por debajo del actual XF —que mide 4,96 metros de longitud—. Como novedad, además de este nuevo bastidor, Jaguar incorporará al XE una nueva generación de motores de gasolina y diesel de cuatro cilindros, de rendimiento muy superior a los V6 que han marcado de siempre la personalidad de casi todas las berlinas de la marca.
Tendrán apenas dos litros de cilindrada pero jugando con la electrónica ya los sistemas de sobrealimentación ofrecerá diversos niveles de potencia, pero siempre buscando a la vez la máxima eficiencia energética. Así, el futuro XE podrá presumir tanto de versiones capaces de alcanzar los 300 km/h de velocidad máxima como de otras en las que los niveles de emisiones de CO2 se sitúan por debajo de los 100 g/km.