Según fuentes del PP, el objetivo en el que ha empezado a trabajar de forma minuciosa el equipo que dirige María Dolores de Cospedal en Génova, 13, pasa por reforzar con nuevos candidatos las plazas donde gobierna el PSOE y por preparar caras alternativas en aquellas poblaciones donde se está detectando una fuerte erosión de sus actuales regidores y un mayor riesgo para preservar la hegemonía en los comicios autonómicos y locales previstos para la primavera de 2015.
No se oculta que detrás de esta operación de reemplazo generacional se sitúa también el deseo de ir jubilando a aquellos dirigentes que tuvieron un mayor protagonismo durante la etapa de José María Aznar y que no han sabido o no han querido promover la renovación en los aparatos provinciales y regionales del partido.
Fuentes del PP confirman que la atención especial se ha centrado en Madrid, donde se prevén crecientes dificultades para retener la Alcaldía y la comunidad autónoma si, llegado el caso, concurrieran como candidatos Ana Botella e Ignacio González. Es, sin duda, donde la dirección nacional del PP va a librar la madre de todas las batallas porque se prevé un proceso de cambio de todo menos pacífico, ya que Cospedal conoce al actual presidente autonómico como la palma de su mano.
La madre de todas las batallas se librará en Madrid, donde se ve en peligro la Alcaldía y la comunidad si concurren como candidatos Botella y González
Antes de que saltara de nuevo a la actualidad el ‘caso, el equipo de Mariano Rajoy no tenía dudas de la simpatía del presidente por enfrentar con firmeza esta ‘conquista’ de Madrid. De hecho, solo se estaba a la espera de que diera la señal de salida. Sin embargo, el terremoto que se vive en estos momentos en Génova, 13, y en el Gobierno, es de tal magnitud que nadie se atreve a pronosticar calendarios para librar esta contienda.
Curiosamente, una de las personas en quien más confía Rajoy para gestionar desde la dirección nacional del partido este relevo generacional es Javier Arenas, la persona instalada en la estructura orgánica del PP con la que más proximidad tiene después de Cospedal. Pero después de lo acontecido estos días, tampoco nadie se aventura a asegurar si podrá ser el actual vicesecretario de Política Autonómica quien pilote este desafío.
El horizonte de mayo de 2015 es todavía lejano, pero el propósito de la dirección del PP es analizar con tiempo y de forma muy precisa y localizada cada área electoral, a sabiendas de que las elecciones europeas se celebrarán a mediados del año que viene y de que las listas al Parlamento de Estrasburgo pueden seguir siendo un excelente refugio para algunos de los candidatos con los que no se vaya a contar en los comicios locales y autonómicos.
Rajoy confía también en Javier Arenas para gestionar el cambio generacional, pero todo queda pendiente del desenlace del 'caso Bárcenas'
En una proporción reducida, el cambio generacional fue ensayado en las legislativas de 2011, donde el PP renovó más del 40% de los cabezas de lista sustituyendo a parlamentarios tan veteranos como Ángel Acebes, Soledad Becerril o Jesús Merino, este último involucrado en la trama Gürtel. En muchos casos, los relevos vinieron obligados como consecuencia del acceso de antiguos diputados a cargos autonómicos y locales. Galicia y Andalucía fueron las comunidades en las que hubo menos bailes de parlamentarios, al contrario que en Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha. Meses antes, en los comicios municipales y autonómicos, el PP promovió también una cierta renovación en las candidaturas, sobre todo en el País Vasco, pero fue muy tímida en otras comunidades como la valenciana, la extremeña y la gallega. Ahora, la cúpula del partido se decanta por nombres nuevos y candidatos sin pasado, siempre a la vista de una estrategia personalizada para cada territorio, aunque todo el proceso ha quedado en suspenso hasta ver el desenlace del ‘caso Bárcenas’.