Motor

Una berlina de grandes dimensiones que destaca sobre todo por su amplio espacio interior

Con sus 4,85 metros de longitud, el Malibu viene a situarse entre las grandes berlinas de carácter muy familiar, un modelo que llega para cubrir el hueco dejado por el anterior Epica frenta al que mejora en todos los sentidos, con un interior más amplio y con más equipamiento.

Tras dejar de comercializar hace poco más de un año el Epica, la oferta de un modelo con carrocería de cuatro puertas y maletero recaía sobre el Cruze, un modelo de dimensiones más recortadas, 4,60 metros de longitud, y precio también más ajustado. Con el nuevo Malibu Chevrolet vuelve a poner en su gama una berlina más ambiciosa en todos los sentidos, con la que ofrecer una alternativa a modelos como el Ford Mondeo, el Hyundai i40 o el Volkswagen Passat, con los que comparte unas dimensiones de carrocería muy similares.

No es un modelo, sin embargo, que busque destacar en aspectos dinámicos, en términos de eficacia o de sensaciones al volante, sino que ofrece sobre todo grandes dosis de confort en largos desplazamientos fruto de unas suspensiones diseñadas para ello y de un interior en el que permite ofrecer mucho espacio detrás para tres ocupantes y un maletero con mucho volumen de carga.

Su precio, desde poco más de 26.000 euros en su versión Diesel menos equipada —que incluye ya una amplísima dotación de serie—, le sitúa en una buena posición de partida, con un precio en línea con casi todos sus rivales. En el caso de la versión LTZ que hemos probado, hablamos ya de un equipamiento muy completo que prácticamente sólo deja en opción el techo solar. Incluye desde climatizador bi-zona hasta asientos de cuero calefactables, faros de xenón, acceso y arranque sin llave o navegador. Sin duda, en este sentido el Malibu no deja nada en el aire, y disfrutas de todos los elementos más habituales.

Muy cómodo, poco efectivo en curva

Si buscas una berlina en la que disfrutar de la conducción a través de un comportamiento eficaz y preciso, no es el Malibu la mejor opción. Su configuración apunta hacia una muy buena calidad de rodadura, con unas suspensiones de suave tarado y una carrocería bien diseñada en su aerodinámica para moverse a alta velocidad con muy baja rumorosidad. Su amplio interior y las grandes dimensiones de las banquetas delanteras configuran un habitáculo en el que se respira mucho confort y en el que se viaja de forma sin duda muy agradable, aunque a sus mandos se eche en falta en determinados momentos unas reacciones algo más dinámicas. El maletero, que roza los 550 litros, ofrece además de volumen mucho fondo y anchura para situar maletas de grandes dimensiones con mucha facilidad.

La dirección, suave en su manejo en ciudad a baja velocidad, no ofrece mucha precisión sobre todo en los primeros movimientos, con un cierto desfase entre nuestros deseos y lo que llega a las ruedas. Eso sí, una vez superado esta primera fase, en curva y con el volante ya girado, se siente algo mejor el contacto con el asfalto. Aun así, la poca agilidad del eje delantero —y del bastidor en general— invita a una conducción pausada, suficientemente eficaz cuando nos movemos a velocidades normales, pero siempre con un confort de marcha notable.

Un motor muy eficiente

Más brilla en general el motor, cuyo rendimiento llega a unos niveles en este caso más que suficiente para moverse en trazados abiertos con mucha soltura. Responde desde bajas vueltas con prontitud, mejor cuando superamos las 1.800 vueltas, para ofrecer a partir de ahí un empuje notable ganando velocidad con rapidez. Unido a un cambio manual de seis relaciones, sus recuperaciones en quinta y sexta permiten adelantamientos con mucha solvencia o mantener el ritmo cuando el trazado tiene hacia arriba al subir algún puerto de montaña.

En ese terreno, se siente que las buenas cifras de par acompañan con una respuesta sólida para mantener cruceros elevados sin esfuerzo y con un remanente de potencia siempre disponible para salir con rapidez de cualquier apuro durante la conducción. Los consumos, sobre todo a velocidades constantes, se mueven en cifras muy razonables para una berlina de estas dimensiones. Manteniendo de forma más o menos constante los 140 km/h en el marcador, se sitúan ligeramente por encima de los 6,5 litros, lo que nos lleva a una amplia autonomía superior a los 1.000 kilómetros.

Si nos movemos en carreteras con tráfico y constantes cambios de ritmo, adelantamientos incluidos, subimos algo por encima de los 7 l/100 km, valores que le sitúan no entre los más eficientes, pero sí dentro de la media.

  

DATOS COMERCIALES:

Versión: Malibu 2.0 VCDI LTZ
Precio: 28.915 euros
Garantía: 3 años o 100.000 kilómetros
Revisiones: cada 20.000 kilómetros

DATOS TÉCNICOS

Motor: 4 cilindros en línea
Cilindrada: 1.956 cm3
Potencia máx.: 160 CV a 4.000 rpm
Par máximo: 350 Nm a 1.750 rpm
Tracción: Delantera
Caja de cambios: Manual de 6 velocidades
Vel. máxima: 213 km/h
Acel. 0 a 100 km/h.: 9,8 seg
Dimensiones: 4,86 / 1,85 / 1,46 m
Capacidad de maletero: 545 litros
Depósito de combustible: 73 litros
Consumo medio en recorrido de pruebas: 6,7 l/100 km
Autonomía máxima: 1.089 km


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