José Bono ha renunciado a la indemnización económica que le correspondía como expresidente del Congreso de los Diputados, de 170.000 euros durante 2 años (el 80% del sueldo que percibía, como suele corresponder a los altos cartos). Con esta renuncia, la partida presupuestaria de 2013 reservada a abonar pensiones a los expresidentes de la Cámara Baja queda en blanco.
La Mesa del Congreso acordó por unanimidad el pasado mes de julio declarar incompatibles las indemnizaciones por cese de los diputados o la del expresidente del Congreso con cualquier otra retribución que reciban, tanto con cargo a los presupuestos públicos como de actividad privada. Hasta entonces, la incompatibilidad sólo se aplicaba en caso de coincidencia con ingresos públicos.
Para hacer efectiva esta norma, la Cámara abrió un plazo para que los exdiputados que recibieran cualquiera de estas indemnizaciones escogiesen entre éstas o la retribución de la actividad que están desempeñando. Así, Bono ha remitido una comunicación al Congreso esta semana renunciando a la indemnización como expresidente en favor de otros ingresos privados, ya que percibirá unos 800.000 euros por sus memorias, editadas bajo el título Les voy a contar, cuyo primer volumen está promocionando esta semana.
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