Una reforma laboral con guiños al emprendedor, un plan de proveedores y tres reformas financieras no han devuelto la liquidez ni aplacado el desánimo que cunde entre los autónomos, un colectivo que en lo que va de crisis ha visto esfumarse 350.000 empleos. Más bien al contrario: cunde el desánimo, la “decepción” y el enojo hacia un Gobierno que ha encarecido la supervivencia del sector (tres millones de autónomos) elevando las retenciones del IRPF y subiendo el IVA, entre otras medidas.
De hecho, ATA, una de las principales federaciones de autónomos, negocia directamente con las principales entidades financieras para impulsar un plan de financiación de hasta 8.000 millones de euros, según ha trascendido esta semana. "Los autónomos sin crédito, son como un coche sin gasolina, se paran", señaló el presidente de ATA, Lorenzo Amor.
Las relaciones con el Ejecutivo en las otras asociaciones, UPTA y CEAT, también se resquebrajan poco a poco. Nadie en el sector olvida que el PP organizó una cumbre empresarial en Valencia poco antes de las elecciones generales del 20-N para ganarse el voto de este colectivo. De allí brotó una idea jamás cumplida, la Ley de Emprendedores, tan demandada por las organizaciones y anunciada por Rajoy en su discurso de investidura. “Entonces, ganó enteros la idea de que el PP iba a acometer la modificación del régimen del IVA para que no tuviéramos que pagarlo hasta cobrar las facturas”, señala Sebastián Reyna, de UPTA. “Lo que nos encontramos ahora es con una subida del IVA en septiembre y poco más”.
Aunque durante el periodo que lleva gobernando el PP no se ha producido una sangría significativa de empleos (en torno a 20.000 aproximadamente), agosto ha sido un mal mes con una caída en la afiliación de 15.000 autónomos. No obstante, insisten las asociaciones, lo peor llega ahora, ya que la retención del IRPF ha pasado, como el IVA, del 15% al 21% y la supresión de algunas bonificaciones, como la que afecta a las profesionales que gozan de permiso de maternidad. “Ahora es cuando empieza lo fuerte”, asegura un miembro del sector.
En el sector se palpa el desánimo por la idea generalizada de que cualquier cosa que se haga no va a reanimar a corto plazo a los trabajadores. "Quizás la Ley de Emprendedores era demasiado ambiciosa, pero podían haberse recogido, al menos en parte, algunos de sus puntos", conceden las asociaciones. Reyna cree que hay que "flexibilizar las condiciones de acceso a la financiación", y eso, que suena tan bien pero que a la postre es complicado, pasa por un "aval del Estado o una línea de crédito emitida desde el ICO". Otoño será clave.