Un puñado de grandes empresas españolas se ha animado a comunicar sus gastos en tareas de lobby ante las autoridades de la Unión Europea. El año pasado, nueve compañías nacionales se gastaron de forma directa (sin contar lo desembolsado por asociaciones y grupos de presión en los que participan de forma indirecta) más de 3,3 millones de euros en defender sus intereses ante europarlamentarios y comisarios europeos.
Es una suma modesta, si se tiene en cuenta que en Estados Unidos (donde informar de estas actividades sí es obligatorio), unas pocas empresas energéticas españolas han destinado por sí solas más de 5 millones de dólares a este mismo fin desde 2010. No obstante, el registro que gestiona la Comisión Europea, que en junio del año pasado unificó en una única base de datos los grupos de presión ante el Europarlamento y dicho organismo, tiene carácter voluntario, a diferencia del que gestiona el Senado de EEUU. Así, sólo existen datos de las empresas que están dadas de alta en ese registro, pero no de todos los lobbistas.
El registro europeo (que no tiene parangón en España, donde no hay ninguna regulación para esta actividad) ya tiene inscritos a más de 5.200 lobbistas, entendiendo como tales a empresas, asociaciones (públicas y privadas), ONG´s, sindicatos, consultoras y profesionales del lobby. Sólo una pequeña parte de las entidades inscritas (algo menos de 300, un 5,6% del total) tienen su domicilio en España.
Sólo un 5,6% de los más de 5.200 lobistas registrados en Europa son españoles. Hay sólo unas pocas empresas
En cuanto a las empresas, menos de una treintena, las firmas más conocidas (y las únicas que aportan cifras significativas) son Telefónica, Red Eléctrica, Iberdrola, Repsol, Gas Natural, Endesa, Mercadona y Fagor. Telefónica, que se apuntó en el registro nada más crearse, en junio de 2008, es la compañía nacional que más dinero dice haberse gastado en actividades de lobby ante la UE y una de las pocas que da la cifra exacta: 1,92 millones el año pasado.
Esa cuantía, irrelevante si se compara con la cantidad de millones que se juega Telefónica en la UE, es superior a lo que declaran otras homólogas europeas (Deutsche Telekom cifra su gasto en lobby en 1,4 millones; BT, en más de 800.000 euros y France Telecom, en 750.000 euros), aunque está lejos de los más de 8,75 millones declarados por el fabricante sueco de móviles Ericsson (es una de las cifras más elevadas).
La cuantía declarada por Telefónica incluye los gastos de representación, de personal (tiene a cuatro personas acreditadas para acceder al Parlamento Europeo) y el alquiler de sus oficinas en Bruselas, que representa a seis países: el negocio en España y el de su filial O2 en Irlanda, Reino Unido, Alemania, República Checa y Eslovaquia. Fuentes de la compañía recuerdan que la presión regulatoria de las autoridades europeas es “creciente” y ponen como ejemplo el reciente veto comunitario a la decisión de desregular una parte del mercado de telecomunicaciones por parte del Gobierno checo.
La primera en inscribirse en el registro fue Telefónica; la última en hacerlo, Gas Natural, este mismo mes
A continuación figura Iberdrola que, como Telefónica, opera en un sector altamente regulado. La eléctrica, que se apuntó en el registro de lobistas en febrero pasado, declara un desembolso de al menos 600.000 euros en 2011. La cifra es inferior al de otras utilities europeas como la francesa GDF (más de 3,75 millones) y las alemanas E.ON y RWE (2 millones), o los más de 3,5 millones que desembolsó el gigante nuclear francés Areva en 2010; y superior a los más de 300.000 euros que declara EDF y los más de 400.000 de Enel.
Endesa, controlada por la italiana y presente en el registro desde diciembre, declara un gasto de entre 50.000 y 100.000 euros, la misma horquilla comunicada por Gas Natural Fenosa, última empresa española que se ha apuntado en el registro, el pasado 1 de agosto. Uno de sus mayores accionistas, Repsol, declara un gasto de más de 250.000 euros de forma directa, aunque también figura, al igual que la gasista, entre los principales clientes de Alonso & Asociados, firma especializada en presionar a los legisladores europeos que declara unos ingresos superiores a los 250.000 euros por este concepto en 2011.
El desembolso de Repsol es inferior a los 3,75 millones de Shell, los 2,2 millones de la francesa Total, los 700.000 euros de la noruega Statoil o los 300.000 de la italiana ENI. La petrolera española es una de las compañías que más información aporta sobre sus gastos. “Son nuestra mejor estimación respecto a los gastos asociados tanto a actividades de lobby directa, reuniones, correspondencia directa, así como a la participación de nuestros empleados en la preparación de documentos y en grupos de trabajo de distintas asociaciones y think tanks”, explica la compañía.
AENA se acaba de dar de alta, pero no ha comunicado ningún gasto
La otra energética española que figura en el registro europeo de lobistas es Red Eléctrica, con un gasto por actividades directas de representación de intereses ante las Instituciones Europeas de 300.000 euros en 2011. La empresa no aparece domiciliada en España, sino en Bruselas.
El listado, en el que no está presente ningún banco español, se completa con Mercadona, que se inscribió en el registro en febrero de 2009 y se gastó más de 50.000 euros en 2011; el fabricante aeronáutico Aernnova (más de 100.000 euros), y dos empresas vascas: Fagor (menos de 50.000 euros en 2011) y el suministrador de componentes eléctricos Ormazábal, con más de 100.000 euros en 2010.
En el registro figuran otras empresas españolas que se han dado de alta como lobistas, pero todavía no han comunicado ningún gasto por esta actividad. La más conocida es Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (Aena), que se dio de alta en junio pasado.