Deloitte ha decidido no volver a elaborar su tradicional informe para la Asociación de Productores de Energías Renovables (Appa), pero mantiene su compromiso con la eólica, una fuente en la que las eléctricas tradicionales tienen un peso mayoritario en España. La consultora seguirá elaborando su estudio para la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la patronal del sector, cuya primera edición data de finales de 2008. La nueva entrega del informe, que analizará el impacto macroeconómico del sector eólico en España en 2011, se presentará en septiembre u octubre (la fecha todavía no está decidida).
En pleno debate sobre las primas a las energías renovables (el ministro de Industria, José Manuel Soria, parece haber cambiado de criterio y esta semana ha sugerido que podría haber un recorte, después de descartarlo porque crearía inseguridad jurídica), la consultora decidió a principios de verano no volver a elaborar su informe para Appam tras ver cómo se convertía en un arma arrojadiza entre los distintos agentes del sector eléctrico. Deloitte ofreció a Appa elaborar el documento de forma confidencial, pero la asociación se negó.
A diferencia de lo que ocurre con la fotovoltaica y la termosolar (donde las eléctricas tradicionales tienen un peso inexistente o residual), las grandes eléctricas (agrupadas en la patronal Unesa) son actores muy relevantes en eólica, la tecnología que está más cerca de ser competitiva sin recibir primas.
Las cinco grandes eléctricas tenían a finales de 2011 más de la mitad de la cuota en eólica
Iberdrola, Endesa, Gas Natural-Fenosa, E.ON y EDP tenían a finales del año pasado, según los últimos datos oficiales disponibles, más de la mitad de la potencia eólica en España (el 52,3%). Los principales agentes eran Iberdrola (líder mundial en esta tecnología), con el 25%, y la portuguesa EDP (propietaria de Hidrocantábrico), con un 19,5% de los megavatios eólicos.
La última edición del estudio de Deloitte para la AEE (correspondiente a 2010) cifraba en casi 3.000 millones la contribución directa e indirecta al PIB español, con exportaciones de tecnología por más de 2.000 millones al año, más de 30.000 empleos y una inversión en I+D de más de 150 millones al año.
El último informe de Deloitte para Appa (también correspondiente al año 2010), presentado en noviembre pasado, negaba que las renovables hayan provocado el déficit de tarifa, como aseguran las eléctricas tradicionales agrupadas en Unesa, que ha reclamado con insistencia que se eliminen los incentivos (en especial, a la fotovoltaica y a la termosolar).
En concreto, Deloitte aseguraba que “existe un abaratamiento” en el coste de adquisición de la energía en el mercado mayorista derivado de las energías renovables, que habrían permitido al sistema eléctrico un ahorro neto de 9.173 millones de euros en el periodo 2005-10, que propició una reducción del 37% en el déficit de tarifa acumulado. Ese periodo coincide con la explosión de las renovables en España y con el aumento exponencial del déficit (pasó de algo más de 4.100 millones en 2005 a los más de 24.000 millones de 2011).
Algunas fuentes atribuyen el plantón a Appa a un intento por acercarse a las eléctricas tradicionales
Algunas fuentes sostienen que, con su decisión, Deloitte, que audita a algunas de las empresas objeto de las críticas de la patronal Unesa (en concreto, ACS y Acciona), buscó un acercamiento hacia las eléctricas tradicionales, para las que (exceptuando trabajos puntuales) apenas ha facturado en los últimos años.
En la década pasada, la firma estadounidense fue auditora de Endesa (entre 2002 y 2008) y de Iberdrola (entre 2002 y 2005). Y, previamente, en los 90, ambas empresas encomendaban esa labor a Arthur Andersen, adquirida por Deloitte en 2002, después de que el colapso de la eléctrica estadounidense Enron acabase con esa firma. Desde 2009, la labor de auditoría de los cinco socios de Unesa está en manos de las otras tres grandes firmas del sector.