Opinión

El documental de Évole sobre Ternera merece un premio

Évole pone de acuerdo a todos los que han visto su cinta, consiguiendo más consenso que en cualquier producto Disney

  • Jordi Évole en los Premios Goya -

El festival de cine de San Sebastián no es el único que se celebra en esa preciosa ciudad. También tiene fama otro, dedicado a la publicidad, donde se miden los maestros de la seducción, la persuasión y la manipulación. Jordi Évole ha presentado su comentado documental al festival de cine, pero tanto él como José Luis Rebordinos -director del certamen- merecen ex aequo el máximo galardón de la cumbre del márketing, ya que es imposible hacer mejor promoción por menos dinero. 

La estrategia es sencilla, como todas las ideas geniales: presentas a bombo y platillo un documental sobre un terrorista, limitas el visionado a seis personas que sean de tu bando y silencias durante días cualquier comentario cuestionador con la frase "antes de opinar, hay que verla". Rebordinos va dejando caer en las entrevistas que la polémica está sobredimensionada, que ya se irá apagando, que es como prender fuego al bosque de tu pueblo y decir a los vecinos que no te hagan aspavientos.

Mientras tanto, Évole a lo suyo, que es jugar a las tres bolitas con sus compañeros de profesión. Por ejemplo, retuiteando la primera crítica de la película, días antes de que cualquiera tenga acceso a verla. El texto lo firma Alberto Moyano de El Correo, que opina -salta la sorpresa- que estamos ante "un documento periodístico de primer orden". El texto es tan entusiasta que dan ganas de que Évole se anime a filmar dos horas sobre cada miembro de la banda terrorista, para que al fin comprendamos lo malvados que eran.

Las otras dos personas que han visto No me llame Ternera, según compruebo en redes, son un señor que la defendió en La Ventana de Francino y un tal Pedro Pérez, antiguo ejecutivo de FAPAE -desparecida federación de productores de cine-, que también elogia el producto.

¿Y los familiares? ¿Qué dicen los familiares de las víctimas? Pues, si atendemos al Twitter de Évole, también les ha gustado. El presentador retuitea una pieza de El Confidencial donde aparecen las dos únicos que han tenido acceso a la cinta, ambos con opiniones muy favorables. Creíamos que esta película era el contenido polémico del año y al final está sembrando más alegría que un unicornio queer en el cumpleaños de Irene Montero. 

Ternera en pantalla grande

El martes por la mañana, me entero de que hay cierto malestar entre la crítica de cine de Madrid. Rebordinos ha organizado un pase en la capital donde sólo pueden acudir periodistas acreditados al festival, es decir críticos de cine sin un conocimiento especializado en los crímenes de la banda terrorista. Está claro que asistimos a la mejor campaña publicitaria del año, donde ha brillado José Luis Rebordinos, que ofreció un pase especial para los 500 firmantes de una carta de protesta, en un audaz intento -rizando el rizo- de implicarlos en la promoción de la película.

Si Netflix hubiera financiado una entrevista con cualquier autor de atentados en Estados Unidos la reacción allí hubiera sido mucho menos complaciente que la nuestra

Charlo con Mirian San Martín, nuestra periodista especializada en cine, y me dice que está sorprendida por cómo todo este escándalo no ha salpicado a Netflix. Tiene toda la razón: si Netflix hubiera financiado una entrevista con cualquier autor de atentados en Estados Unidos la reacción allí hubiera sido mucho menos complaciente que la nuestra. Otro mérito para Évole y Rebordinos, que saben salvar de la quema a la empresa que distribuye el producto. Termino con una confesión personal: me da miedo encender Netflix y acabar diciendo cosas tipo "qué maravilla la película de Évole, al final ha convencido a todos los españoles de que los asesinos de ETA eran malas personas y lo que hicieron fue moralmente reprochable". Gracias Jordi, gracias José Luis.

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