Hace más de tres años, en mayo de 2021, Pedro Sánchez presentó 'España 2050', un proyecto para decidir "qué país queremos ser dentro de 30 años" promovido por su ex director de gabinete Iván Redondo. Desde entonces, la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia actualiza anualmente una serie de indicadores que considera 'clave', con objetivos que España debería alcanzar de aquí a 2050 "si quiere converger con los países más avanzados de Europa".
Esa "brújula del país", como la denomina Moncloa, se refleja en un cuadro interactivo compuesto por 58 indicadores socieconómicos en materia de economía, educación, empleo, medio ambiente, desigualdad y pobreza, y estado de bienestar sobre los que hay datos. Esas cifras onen en evidencia el trabajo del Ejecutivo en los últimos cinco años. Moncloa señala en cuáles de ellos ha habido un gran avance o un avance desde que Sánchez llegó al poder, pero también en los que no ha habido ninguno o incluso se ha sufrido un retroceso.
Estos últimos representan más de una tercera parte: en 20 de los 58 indicadores la evolución ha sido nula o negativa en los últimos cinco años completos disponibles, algunos de ellos actualizados a 2023. En materia económica se destacan 12 indicadores clave y se reflejan avances únicamente siete (en tasa de empleo; en gasto en I+D; en número de empresas grandes, pequeñas y medianas; en brecha salarial de género; y en recaudación fiscal).
Por el contrario, admite que no hay avances respecto a hace cinco años en el objetivo de acortar la brecha de renta per cápita con la UE, de aumentar los niveles de productividad laboral, de atajar la economía sumergida, de reducir las horas trabajadas y de elevar el porcentaje de personas satisfechas con su vida. Dicho de otra manera: el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha avanzado nada en estas materias. "Sin cambios", señala.
La brecha en renta per cápita con la UE, por ejemplo, se ubicaba en 2023 en el 21,3%, niveles similares a los de 2019. El objetivo es bajarla hasta el 18% en 2030, el 15% en 2040 y el 10% en 2050. Lo mismo ocurre con la productividad, que sitúa en 42,9 euros a cierre de 2023, mismo nivel que cuatro años antes. El objetivo es elevarla a 46 euros en 2030, a 53 euros en 2040, y a 63 euros en 2060. El porcentaje de personas satisfechas con su vida lleva cinco años estancado en el 87%, cuando el objeivo es llevarlo al 93%.
En educación el Ejecutivo reconoce incluso un retroceso en los últimos cinco años (con datos hasta 2022) en tres indicadores, entre los que se encuentran el porcentaje del alumnado de 15 años con rendimiento bajo en PISA tanto en matemáticas como en lectura. En ciencia, no ha habido ningún progreso. También el porcentaje del alumnado de 15 años con rendimiento alto en PISA en matemáticas ha caído un 19% respecto a 2018, mientras que no constan cambios en las mujeres estudiantes matriculadas en educación terciaria en ámbito STEM.
En el ámbito estrictamente del empleo, según los últimos datos disponibles, el Gobierno no ha sido capaz de avanzar nada en las políticas activas de empleo dedicadas a formación en términos de PIB. Tampoco en el porcentaje de empresas tanto medianas como pequeñas que realizan formación para sus trabajadores. En el caso de las grandes compañías, se identifica incluso un retroceso.
De los diez objetivos marcados sobre medio ambiente, sólo ha avanzado en seis (emisiones GEI, intensidad energética primaria, energética eléctrica generada por fuentes renovables, producción agrícola ecológica, tasa de reforestación y población expuesta a niveles de contaminación atmosférica por encima de las recomendaciones de la OMS). Sin embargo, España no ha progresado en los objetivos sobre demanda de agua, rehabilitación de viviendas y residuos municipales enviados a vertedero; y ha dado pasos atrás en la recaudación medioambiental, según los datos difundidos por Moncloa.
En desigualdad y pobreza, no se identifican cambios en los últimos cinco años en el porcentaje de población que sufre sobrecarga financiera asociada al pago de la vivienda, cuando el objetivo que se marcó era reducirlo. La pobreza energética ha empeorado en los últimos cinco años de los que se disponen datos, con un 17,1% de la población que no podía mantener su vivienda a una temperatura adecuada en 2022, frente al 9,1% de 2018. Finalmente, en el estado de bienestar sólo se identifican avances.
"Lo que presentamos aquí es, en todo caso, solo una primera propuesta que deberá ser revisada y actualizada constantemente, a medida que el país cambie, el conocimiento científico avance, y aparezcan indicadores más adecuados. Hay que tener presente, además, que estos 50 objetivos cuantitativos son solo una herramienta orientativa", rezaba el documento inicial. Sin embargo, pese a que la situación económica ha resultado ser más favorable, los objetivos se mantienen sin cambios y muchos de ellos, sin progresos.
¿Quieres participar en la conversación?