El Banco Central Europeo (BCE) activa las alarmas por la economía. El eurobanco ha pisado el acelerador en el recorte de los tipos de interés, con su segunda rebaja consecutiva y tercera en el año, ante la corrección de los precios y el parón económico de Alemania y Francia, que amenaza con frenar la inversión y el consumo. El riesgo de recesión pesa más ahora en Fráncfort que los peligros geopolíticos por la guerra entre Israel e Irán y el impacto en los precios del petróleo.
Alemania y Francia sobrevolaron de manera indirecta en el discurso de ayer del BCE. Ya en el comunicado para justificar la rebaja del precio oficial del dinero del 3,5% al 3,25%, que fue unánime dentro del consejo de gobierno, apuntó a la debilidad de los dos motores de Europa.
“Las perspectivas de inflación también se ven afectadas por las recientes sorpresas a la baja en los indicadores de la actividad económica”, expuso el banco central. Y en la rueda de prensa, Christine Lagarde, reforzó su pesimismo: “La actividad económica está siendo menor de lo esperado”. Este parón ayuda al banco central a controlar los precios, por lo que abre la puerta a más rebajas.
“Hemos roto el cuello de la inflación? Todavía no. Pero, ¿estamos rompiendo el cuello de la inflación? Sí, creo que sí", Christine Lagarde, presidenta del BCE.
El BCE se resiste a dar una hoja de ruta clara a los inversores sobre la política monetaria. Aunque los analistas ya dan por seguro otro recorte de tipos en diciembre. “Nuevo recorte de un BCE que se volverá más pesimista”, titulaba su informe Generali Investments tras las declaraciones de Lagarde.
La plataforma multigestora de la mayor aseguradora italiana interpreta que el banco central detecta que la recuperación de la economía “va a la zaga” de las expectativas, sobre todo por la incertidumbre política en Alemania y Francia, y su impacto en el crecimiento de la zona euro. En el país germano ya se da por hecho la recesión en 2024, mientras que el Gobierno galo está inmerso en un plan de ajuste de 40.000 millones de euros para corregir el desfase de las cuentas públicas. Francia, además, crecerá menos de lo previsto en el último trimestre de este ejercicio, a pesar del empujón de los juegos olímpicos.
Camino despejado
Desde BlackRock, PIMCO y la gestora de Deutsche Bank también esperan otra rebaja en diciembre. “El camino está despejado para nuevos recortes significativos de los tipos en los próximos meses, sobre todo porque el debate sobre la debilidad de la economía cobrará fuerza de aquí a la próxima reunión del BCE en diciembre”, consideran los analistas de la gestora de Deutsche Bank.
“De no bajar los tipos, el BCE habría hundido a la economía europea en recesión. Ahora a ver si la evitamos”, advierte un alto ejecutivo bancario que pide el anonimato. Al final, el BCE prefiere confiar en que la guerra entre Israel e Irán no escalará hacia un conflicto global. O al menos, según fuentes financieras, apuesta por que la respuesta israelí a los ataques del régimen de Teherán se limite a objetivos militares y no se dirija contra infraestructuras petroleras. Esta última posibilidad había provocado un aumento del precio del barril Brent, de referencia en Europa, que ponía en riesgo la corrección de precios.
“¿Hemos roto el cuello de la inflación? Todavía no. Pero, ¿estamos rompiendo el cuello de la inflación? Sí, creo que sí. Aún no está completamente roto, pero estamos cerca de lograrlo", advirtió la presidenta del BCE. El IPC de la zona euro cerró septiembre en el 1,8%, por debajo del objetivo sacrosanto del 2% por primera vez en tres años. Incluso hay países, como España, en los que la inflación está por debajo o en el 1,5%. Para Pimco, la mayor gestora de renta fija, el contexto macroeconómico también "es algo más débil de lo previsto", por lo que estima que los tipos terminen por debajo del 2% en 2025.
Hacia el nivel neutro
Los tambores de recesión acelerarán la marcha del BCE, como prevé la mayoría del mercado. Se espera que los tipos alcancen un nivel neutro, en el que no impactan en la actividad económica, del entorno del 2% a mediados de 2025. Para ello, el BCE tendría que rebajar los tipos “reunión a reunión”, como anticipa Bank of America, que incluso prevé que el precio oficial del dinero cierre en el 1,5% el próximo ejercicio.
"Sólo un deterioro económico aún más agudo impulsaría al BCE a aumentar el tamaño de los próximos recortes y apresurarse a llevar las tasas por debajo del nivel neutral", deslizan los analistas de BlackRock. De momento, se trata de un aviso, pero que dependerá de si los motores económicos de Europa se reactivan en los próximos meses.
logowa4117
18/10/2024 10:18
Bruselas siempre ha adoptado medidas económicas en función de lo que beneficia o perjudica a la economía alemana. Ahora con Lagarde se incluye también la francesa. Los demás, que arreen.