El sector petrolero español, golpeado por el fraude millonario de los carburantes, mira con recelo a Gibraltar. Las sospechas están justificadas por las estadísticas oficiales, que reflejan una fuerte escalada de las importaciones de diésel. Entre las empresas se teme que algunas redes delictivas estén usando el Peñón para introducir el combustible con el que, posteriormente, se comete el fraude.
La mecánica de la estafa es conocida y hay dos variantes. Por un lado, las mafias se embolsan el IVA a través de complejas estructuras societarias. Por otro, introducen en el mercado español carburantes que no incluyen el porcentaje mínimo de biocombustibles que marca la normativa. Las estimaciones apuntan a un megafraude próximo a los 1.200 millones de euros en el caso del IVA y de casi 600 millones en el de los combustibles 'bio'.
La doble estafa es conocida desde hace años por quienes las sufren. Principalmente, las petroleras y los gasolineros, y por supuesto, la Agencia Tributaria. Sin embargo, ha sido un hecho puntual el que ha puesto el foco informativo sobre el fraude: Víctor de Aldama, el conseguidor de la trama Koldo, lideraba -según la Guardia Civil- una de esas redes.
El sector petrolero lleva tiempo alertando de la velocidad a la que se han expandido las mafias. Ese crecimiento ha discurrido paralelo al incremento de las importaciones procedentes de Gibraltar en los dos últimos años. Según el recuento oficial de CORES (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos), han experimentado un fuerte aumento a partir de 2022. Ese año se introdujeron en España 467.000 toneladas, prácticamente la misma cantidad que el año anterior (441.000).
Fuerte repunte de las importaciones
El gran repunte se produjo en 2023. CORES refleja una subida del 81%, hasta las 846.000 toneladas. La tendencia se ha repetido este año. Hasta agosto, según el último balance, se importaron 709.000 toneladas de Gibraltar. Este nivel invita a calcular que, en diciembre, se rebasarán las cifras del año anterior. La colonia británica se afianzará así como el tercer mayor origen de las importaciones españolas de diésel. Por encima, sólo tiene a Países Bajos y a Italia.
De la estadística sólo resalta el fuerte tirón de las importaciones de Países Bajos. Fuentes empresariales, no obstante, recuerdan que allí se encuentra el principal puerto de entrada de carburantes de Europa (Rotterdam). Otros países han mantenido sus niveles de suministro. Por ejemplo, el procedente de Italia a penas ha variado en los últimos años.
Fuentes empresariales sospechan que algunas redes mafiosas pueden estar usando el Peñón como plataforma para introducir combustible en la Península Ibérica. Las cadenas de fraude actúan, posteriormente, en el mercado español usando títulos de operador petrolero. Sin esa licencia es imposible realizar transacciones. Este requisito explica que los afectados -de las grandes empresas como Repsol o Cepsa a los gasolineros- lleven tiempo presionando para endurecer las barreras de entrada al negocio. De hecho, algunos empresarios advierten de que en España existe ya una especie de 'mercado secundario de licencias'. Es decir, un entramado mediante el que los defraudadores compran permisos para operar y ejecutar la estafa.
El crecimiento exponencial del fraude y la presión de las petroleras para ponerle coto ha surtido finalmente efecto. Este miércoles, PSOE y PNV registraron en el Congreso cinco enmiendas específicas sobre el asunto, que permiten anticipar cómo actuará la Agencia Tributaria. Una de las acciones más importantes tiene que ver con el momento del pago del IVA por parte de las sociedades que comercializan carburantes. Este tendrá que ser sufragado de inmediato, al igual que ocurre en países como Italia, que también han sufrido fraudes similares y tomaron con antelación medidas para contenerlo. Hacienda también impondrá avales y un mayor control a las empresas que quieran operan en el negocio de los combustibles, con el fin de evitar el 'intrusimo' delectivo.