Pareciera que a nuestro presidente le da alergia el Ejército español. Son ya numerosas ocasiones en las que no se comprende por qué no ha enviado al Ejército, pero la gota que ha colmado el vaso ha sido una gota fría. Las preguntas que todos hemos escuchado estos días sin cesar son: ¿dónde está el Ejército? ¿Por qué no envían a nuestros militares?
De tal magnitud e impacto han sido las imágenes que todos hemos visto de la Comunidad Valenciana, donde los propios vecinos y algunos voluntarios se encargaban de limpiar el barro de las calles con escobas y atender los gritos desesperados de la gente atrapada en sus casas pidiendo agua, que no solo han estremecido el corazón de todos los españoles, sino también los corazones de fuera. Incluso los presidentes de El Salvador o de Argentina nos han ofrecido lo poco que tienen.
La bofetada sin manos a Sánchez ha sido impresionante: Milei, que llegó a la presidencia sin ocultar a sus votantes la cruda realidad, “no hay plata”, ofrece la movilización de los Cascos Blancos, la unidad de respuesta humanitaria de Argentina. Por su parte, Bukele comunica que tiene 300 rescatistas y paramédicos y 20 toneladas de material y suministros para enviar inmediatamente a España, esperando que nuestro Gobierno acepte esta ayuda.
Qué cara se te queda cuando cuentas con unas Fuerzas Armadas con más de 130.000 militares en servicio activo y más de 13.000 efectivos en la reserva y te ofrecen 300 hombres para ayudar a los ciudadanos que están abandonados en tu propio país, porque los están viendo sufrir y allí no hay nadie al rescate, excepto vecinos y voluntarios civiles. Incluso Francia nos ofreció 200 bomberos y se rechazaron, porque no nos hacen falta. Por supuesto que no nos hacen falta, pero si no envían a nadie y lo que vemos es a agricultores yendo con sus tractores a ayudar, a camioneros llenando sus vehículos para llevar agua y víveres y a gente normal y corriente rescatando a las personas que han logrado sobrevivir y se encuentran atrapadas, es normal que parezca lo contrario. Vergüenza sé que no le da al señor Sánchez, ¿pero el ego qué tal, amado líder?
Un Gobierno que ha demostrado ser de gatillo fácil a la hora de establecer estados de alarma, ya que llevamos dos a las espaldas, y encima declarados inconstitucionales, en esta ocasión no lo ha visto conveniente
Mientras España entera se ha volcado en organizar grupos de ayuda y recolectar comida, agua y ropa de abrigo y coordinarse para hacerlas llegar donde se necesitan, nuestros políticos estaban echando una partida al estilo de Juego de Tronos, donde era mucho más importante que los españoles, hacer oposición a la oposición, como ya es habitual.
Entre el “es que te tocaba a ti” y el “es que es cosa tuya”, los que perdemos somos los de siempre. Un Gobierno que ha demostrado ser de gatillo fácil a la hora de establecer estados de alarma, ya que llevamos dos a las espaldas, y encima declarados inconstitucionales, en esta ocasión no lo ha visto conveniente. Pero sí activar un nivel 2 de alarma, ya que el nivel 3 en el Plan Estatal de Protección Civil, (incluido el de inundaciones), implica la intervención directa del Estado, movilizando recursos excepcionales y centralizando la coordianción en el ámbito nacional. Se activa cuando una emergencia alcanza una magnitud que excede la capacidad de respuesta de las autoridades autonómicas y locales. Esto suele ocurrir en situaciones de extrema gravedad o gran extensión, como desastres naturales masivos o emergencias que afectan a varias comunidades autónomas. A pesar de la enorme magnitud de esta emergencia y aunque también estén afectadas Andalucía y Castilla La-Mancha, el Gobierno y sus palmeros nos quieren hacer creer que toda la responsabilidad de no enviar a nuestras Fuerzas Armadas es del presidente de una de esas Comunidades Autónomas que, curiosamente, pertenece a un partido de la oposición.
Este burdo juego de poderes, que solo busca beneficio político, nos cuesta vidas. El PSOE estaba más preocupado de movilizar a los civiles para pedir la dimisión del señor Mazón que de movilizar a los militares, que llevaban acuartelados desde el miércoles, esperando la orden para poder desplazarse a las zonas afectadas. Los días pasaban, la gente pedía ayuda a gritos, militares, policías y guardias civiles se desesperaban ante la negativa de sus mandos a intervenir, porque las órdenes de arriba son las que son... Y finalmente tuvo que ser Felipe VI quien se sumara a las bofetadas sin manos a Sánchez, ofreciendo el jueves los Servicios de Seguridad de la Casa Real y la Guardia Real para ayudar a la gente. Aún así, hasta el viernes a las 12 de la mañana no llegó la orden tan esperada por todos.
Hasta entonces, solo se había desplegado la Unidad Militar de Emergencias (UME), tras la solicitud realizada el mismo martes por parte de la Comunidad Valenciana al Gobierno, enviando a 1.200 efectivos un día más tarde y otros 500 de apoyo un día después, cuando ya se contabilizaban al menos 200 muertos y más de 800 desaparecidos. Ni siquiera se permitió acudir al Regimiento de Especialidades de Ingenieros, más conocidos como zapadores, como se les denominaba antiguamente, que son los que despejan los caminos, carreteras y vías de acceso y establecen los campamentos, para que se puedan llevar a cabo las operaciones.
Ustedes quieren que la gente asocie a los militares con tanques, guerras y violencia, que sean los malos de la película, y parece que les produce urticaria mandarlos a realizar labores humanitarias para los españoles o sofocar disturbios violentos como los de Barcelona, pero no tienen inconveniente en que vayan a realizarlas cuando hay un terremoto en Marruecos
El Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra (MOE), a los que solemos llamar boinas verdes, se encontraba de maniobras en las proximidades de la provincia de Albacete. Por iniciativa de la propia unidad y sin esperar el visto bueno de nadie, acudió a Letur, municipio de unos 1.000 habitantes que se vio muy perjudicado. Para compensar lo que livianamente voy a calificar como “tirón de orejas”, que me consta que la señora Robles, ministra de Defensa, ha creído conveniente dar al MOE, yo les quiero enviar desde estas líneas a todos sus componentes mi eterno agradecimiento y admiración. Es cierto, son ustedes realmente especiales.
A doña Margarita solo le tengo que decir que no es que la gente crea que nuestro Ejército puede o debe hacerlo todo, sino que ustedes quieren que la gente asocie a los militares con tanques, guerras y violencia, que sean los malos de la película, y parece que les produce urticaria mandarlos a realizar labores humanitarias para los españoles o sofocar disturbios violentos como los de Barcelona, pero no tienen inconveniente en que vayan a realizarlas cuando hay un terremoto en Marruecos o hay que ir a contar granos de arena al desierto de Tombuctú. Conozco bien el afán de su partido de meter en la cabeza de la gente aquello de “más hospitales y menos tanques”. Pero a ver quién carajo nos va a rescatar de esos hospitales y de nuestras propias casas, quién va a sacar los cuerpos de los fallecidos de nuestros garajes, quién va a retirar la pila de coches destrozados que impiden salir y entrar de nuestros pueblos, quién nos va a proteger de los saqueos y la violencia, cuando pasa algo como en Valencia... Si no hay tanques, camiones y ni siquiera militares.
Y a ese señor que se tiene que ir a que le echen flores a un país donde prácticamente nadie le conoce, pero que no puede pisar ninguna calle del suyo propio porque le mentan a la madre, sé que se le va a olvidar mencionar que ha habido gente que, a pesar de haber sobrevivido a la DANA, ha fallecido durante estos tres días esperando una ayuda que él no ha enviado. No tengo ninguna duda de que en las cifras de muertos los incluirán como víctimas de la gota fría y no del PSOE, aunque muchos pensemos que han sido víctimas de su jueguecito de tronos y del ego desmedido de Pedro Sánchez.
Eminentes políticos nuestros, si tantas ganas tienen de jugar, cómprense un Risk y líense a bofetadas hasta que uno tenga todos los territorios, pero no jueguen con nuestras vidas. Cualquier castigo terrenal que pueda caer sobre sus cabezas me parecerá escaso. Me gustaría creer en Dios y en el diablo ahora mismo, para tener la esperanza de que todos ustedes arderán en el infierno eternamente.