Opinión

La mentira de la 'hucha' de las pensiones

Mucha gente se creyó la promesa electoral de Pedro Sánchez de crear una “hucha” de las pensiones y ha criticado que Mariano Rajoy vaciara la que existía desde tiempos de Aznar, pero es necesario algo de contexto hist

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Mucha gente se creyó la promesa electoral de Pedro Sánchez de crear una “hucha” de las pensiones y ha criticado que Mariano Rajoy vaciara la que existía desde tiempos de Aznar, pero es necesario algo de contexto histórico. El Fondo de Reserva se constituyó el 15 de julio de 1997, en 2001 se aprobó que el superávit del sistema de la Seguridad Social se aportase a dicho fondo y en 2003 se estableció el régimen jurídico del Fondo de Reserva (es su nombre aunque todos lo conocen como “hucha” de las pensiones) en una ley específica. Recuerdo que José María Aznar gobernó de 1996 a 2004 y el motivo para crear esto era que las previsiones al comienzo de su primera legislatura decían que habría un gran problema para poder pagar las pensiones públicas por culpa del altísimo nivel de desempleo de entonces. Pero se entró en el Euro, la economía empezó a ir mucho mejor de lo previsto -aunque empezó a formarse la burbuja inmobiliaria- lo que en pocos años llevaría al mínimo a la tasa de paro (y a la llegada de millones de emigrantes que aumentaron las cotizaciones).

Todo empeoró aún más cuando la recesión económica derivó en la Eurozona en una crisis de deuda, iniciada en Grecia y que llevó a temores de una ruptura de la Unión Monetaria en 2012

Como sabemos, el espejismo de la burbuja acabaría por tener unas consecuencias muy graves a partir de 2008. En el primer periodo de Rodríguez Zapatero éste no hizo nada para variar el rumbo y en la campaña electoral del segundo, incluso negó que estuviéramos en crisis cuando ya había empezado hacía meses la Gran Recesión. Y todo empeoró aún más cuando la recesión económica derivó en la Eurozona en una crisis de deuda, iniciada en Grecia y que llevó a temores de una ruptura de la Unión Monetaria en 2012, pocos meses después de la victoria electoral por mayoría absoluta de M. Rajoy.

El caso es que en 2011 la “hucha” de las pensiones alcanzó su máximo volumen: 66.815 millones de euros. Y desde entonces cayó hasta los 3.000 millones que se encontró Sánchez cuando llegó al poder tras la moción de censura a Rajoy. ¿Por qué pasó eso? La respuesta es sencilla: empezó el desfase entre gastos e ingresos de la Seguridad Social que ha continuado hasta nuestros días. De hecho, el Gobierno de Sánchez ha tenido que hacer continuas trasferencias de efectivo hacia la Seguridad Social, que sigue estando en déficit (a cierre de 2022 nada más y nada menos que 106.178 millones de euros de deuda) y que va a seguir así por años.

El verdadero problema de crear un Fondo de Reserva para las pensiones no está en el que al no haber superávit no se puede ingresar, y al haber déficit lógicamente se vacía, en mi opinión es que su existencia no tiene sentido. Y para explicarme basta con describir qué hacían con el dinero los gobiernos de Aznar y Zapatero: invertirla en comprar deuda pública para obtener algunos intereses que aminoraran la pérdida de poder adquisitivo por el aumento de la inflación. Como España es un país que debe dinero, y además mucho, emite deuda, con el dinero que obtiene con esa deuda cubre el déficit presupuestario porque cada año gastamos más de lo que ingresamos. Así pues, coger un dinero procedente de emitir deuda para comprar deuda es un absoluto disparate, por eso siempre uso las comillas cuando hablo de la “hucha” de las pensiones. Es mucho más lógico simplemente emitir menos deuda y olvidarnos de la imaginaria hucha. Es como si una familia pidiera un crédito para meter ese dinero en un cajón y llamarlo “ahorros”. Absurdo, ¿verdad?

Si hay déficit presupuestario, como en los últimos 16 años, se emitirá deuda para cubrir el descuadre y esos fondos se usarán donde decida la mayoría parlamentaria que apruebe esos PGE

Rajoy vio eso y como España estaba apuradísima en 2012, cuando la prima de riesgo superó los 600 puntos y estuvimos al borde de un rescate total (al final sólo fue bancario, o más bien “cajario”), empezó a disponer de ese fondo (para pagar las pensiones, claro) y ahorrarse emitir deuda con ello. Electoralmente queda muy bien hablar de “hucha” y criticar a quien supuestamente la ha vaciado e incluso creerse la mentira de quien dice que la va a llenar con más deuda pero es una cuestión semántica: España debe más de un billón y medio de euros, esa es la realidad. Por supuesto cada año en los Presupuestos Generales del Estado el gobierno de turno puede decidir en qué usar los ingresos obtenidos por los impuestos y si, como lleva pasando los últimos 16 años, hay déficit presupuestario, se emitirá deuda para cubrir el descuadre y esos fondos se usarán donde decida la mayoría parlamentaria que apruebe esos PGE. Y puede ser que sea, en una proporción cada vez mayor, en Seguridad Social. Eso es un gasto, incluso una inversión si se prefiere, pero en ningún caso es una hucha porque somos un país deudor: no tenemos ahorros.

Por supuesto somos un país solvente, tenemos activos -de todo tipo- que superan, en mi opinión, con mucho las deudas que tenemos. Aunque lo cierto es que el pago de intereses de esa deuda, unido a unos gobiernos que año tras año siguen gastando más de lo que ingresan, nos están llevando a una situación financiera cada vez más complicada. Recuerdo que hace poco más de una década en Grecia se llegó a hablar de vender islas para reducir las deudas y al final se redujeron las pensiones, se privatizaron compañías públicas y aun así, hubo un impago parcial de la deuda. España está en una situación mucho mejor pero como sabe cualquier psicólogo, el primer paso para solucionar un problema es admitirlo. Y los juegos semánticos, por muy electoralistas que sean, no nos van a ayudar a resolver el creciente déficit de nuestra Seguridad Social y el enorme volumen de dinero que debemos, y los intereses crecientes que abonamos por él.

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