El señor ministro de Agricultura tenía previsto reunirse con el presidente de la Federación española de asociaciones de productores exportadoras de frutas y hortalizas y con el presidente de Freshuelva, según anunciaron fuentes del departamento. Y cabría preguntarse: ¿reunirse ahora, señor ministro?

Fueron los consumidores españoles quienes, con sus mensajes en redes sociales, con su movilización firme e inmediata, le plantaron cara a esos supermercados inquisitoriales

¿Cuantos días han pasado desde que el Gobierno al que usted representa decidiera, por boca de su colega de Transición Ecológica y del propio presidente, echar a los leones a nuestros productores de fresas con sus manifestaciones de apoyo a ese grupo ecologista de salón que instó al boicot de los agricultores onubenses?

¿Cuántos días de silencio, señor ministro, cuantas jornadas oculto, cuanto tiempo de perfil, sin dar un paso al frente en defensa de aquellos a quienes representa, al sector primario de Huelva, hostigado por intereses políticos, ideológicos o espúreos desde instancias foráneas?

¿Cuántos días vivieron nuestros productores sumidos en la angustia y la incertidumbre de no conocer lo que iba a suceder con sus exportaciones al primer consumidor de nuestra fresa, con la consiguiente pérdida de ingresos?

Comisión de inspección germana

¿Cuántos días tuvieron que pasar hasta que al fin se detuvo la delirante expedición de control de esos diputados alemanes que pretendían plantificarse en los campos de cultivos para inspeccionar no se sabe qué ni a titulo de qué? ¿Cuántos días sin presentar una queja diplomática por la intrusión de esos representantes alemanes en asuntos que no les concernían?

¿Cuantos días sin transmitir una queja oficial a los supermercados alemanes que se sumaron, en forma rechazable e indigna, a ese grupo ecologista de salón que pedía el boicot de nuestras fresas?

¿Sabe usted, señor ministro, quiénes hicieron el trabajo que evitaron concretar tanto usted como ese Gobierno del que todavía forma parte? La respuesta es bien sencilla. Fueron los consumidores españoles quienes, con sus mensajes en redes sociales, con su movilización firme e inmediata, decidieron plantarles cara a esos supermercados que rápidamente rectificaron, en forma un poco trapacera, porque le vieron las orejas al lobo de la deserción de compradores en España.

Es muy posible que el gobierno alemán les propinara un toque de atención a esos parlamentarios intrusos tras los avisos de esas dos grandes firmas de supermercados de cuyo nombre no quiero ni acordarme porque ya las he borrado de mi lista de la compra.

Todo ello sin pedir disculpas, sin pedir perdón, sin entonar un 'mea culpa' ante los agricultores humillados, ante esa parte productiva del país que le paga el sueldo

Entonces usted, señor Planas, va usted y declara en una rueda de prensa que "reafirmo el apoyo del Gobierno con el sector de los frutos rojos, con el que nos hemos comprometido a reforzar la promoción y presencia en el exterior”. Que hará todo lo que esté en su mano "para contribuir a que el sector mantenga y mejore sus niveles de producción, exportaciones y reputación”. Y que su Ejecutivo ha actuado como había que hacerlo. Todo ello sin pedir disculpas, sin demandar perdón, sin entonar un 'mea culpa' ante los agricultores humillados, ante esa parte productiva del país que le paga el sueldo y que sólo reclama lo que es justo, un poco de comprensión y apoyo por parte de su Gobierno cuando desde fuera se lanzan agresivas campañas contra nuestros intereses.

Señor ministro, quizás usted piense que ha actuado con corrección y ha cumplido con su deber. Ese es el problema. La respuesta se la encontrará el 23-J y se caerá usted del guindo.

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