Pedro Sánchez no engañes, una cosa es lo que te gustaría para Cataluña y otra bien diferente es la realidad. Cierto es que tu presidencia ha devuelto la calma, que has actuado por la vía directa -pese a tener barones en contra- con los indultos, la reforma del Código Penal, la mesa de diálogo, pero de ahí a que los independentistas no van a dar la batalla para conseguir su objetivo es faltar a la verdad y a la realidad.

Algunos incluso valoran más a los huidos que a los expresos. Minimizar su fuerza porque la concentración frente a la cumbre hispano-francesa no fuera espectacular, también. De hecho, cada vez que algunos políticos en Madrid minimizan al independentismo ocurre lo contrario, pero no aprenden o al final es siempre lo mismo para perpetuarse políticamente.

Barcelona, por mucho que pese, ofreció el viernes un buen ejemplo de saber hacer, de mantener las formas, de recibir al mandatario francés Emanuelle Macron como correspondía. Y hasta Pere Aragonès consiguió unos minutos de gloria con Sánchez mientras esperaban al líder francés. No hay mala sintonía, hablan el mismo idioma, el de la política, el del diálogo. Saltarse la legalidad salió caro. Faltó quizás,  en beneficio de Sánchez y del PSC, contar de algún modo con Aragonés en esta visita, tener algún tipo de deferencia en esa breve agenda “privada” de ambos líderes en la ciudad condal.

Las cosas han cambiado, la vía unilateral permanece anestesiada aunque haya alguno al que le falte un hervor cuando grita “Junqueras traidor te queremos en prisión”

Encajar el ninguneo tampoco es sencillo cuando además tienes unos presupuestos que aprobar y parece que tu mayor aliado pueden ser los socialistas. A Macron, la independencia de Cataluña ni le va ni le viene, la prensa europea ni citó la cumbre ni mucho menos la escuálida concentración independentista. Las cosas han cambiado, la vía unilateral permanece anestesiada aunque haya alguno al que le falte un hervor cuando grita “Junqueras traidor te queremos en prisión”, porque a los de Junts lo de “botifler” ya les parece demasiado suave. El movimiento soberanista pasa por su peor momento. Se veo en la calle, lo demostró Junts al salir del gobierno. Ahora bien, las elecciones llegarán y las encuestas siguen dando lo que dan siempre y es que la mitad de Cataluña quiere verse unida a España y la otra mitad cuanto más separada mejor. Nada nuevo en el horizonte. Decía Miquel Iceta que lo que ha muerto es la vía unilateral no las ansias independentistas. Tal cual. Negar la mayor es volver a querer ver una Cataluña que no existe y reforzar a aquellos que la quieren separada. ERC mantiene una trayectoria firme de entendimiento con Moncloa, y encaja con sonrisa lo de 'traidores, botiflers' porque saben que esa vía les va a dar mayor rédito. Es más, les dan igual las palabras malsonantes, la cárcel ha curtido la política. Cuídense. 

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