España

Muere en el Gómez Ulla el último soldado de reemplazo tras tres décadas en coma

Todo quedó en suspenso. Un accidente en el transcurso de unas maniobras en el que la vida del infante de Marina Juan Manuel Igualada Marín a punto estuvo de extinguirse

  • Entrada al Hospital Gómez Ulla en Madrid.

Todo quedó en suspenso. Un accidente en el transcurso de unas maniobras en el que la vida del infante de Marina Juan Manuel Igualada Marín a punto estuvo de extinguirse para siempre. Pero hubo un hilo, fino y en apariencia frágil, que mantuvo su existencia: casi tres décadas en estado vegetativo en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla que ahora han llegado a su fin. Se trata del último soldado de reemplazo y su muerte, a finales de este mes de enero, marca el fin de una era, en la que el servicio militar aún era obligatorio en España.

Su madre, Milagros, contó recientemente su historia en los micrófonos de la COPE. Juan Manuel tenía 19 años cuando sufrió un accidente durante la ejecución de un ejercicio militar en Santorcaz, en la Comunidad de Madrid pero muy cerca de Guadalajara. Los pronósticos de los sanitarios no eran nada halagüeños: su cuerpo estaba más muerto que vivo y era cuestión de horas, quizá de días, que se certificase su deceso.

Quizá había tiempo para que sus familiares y allegados se despidieran de él. A sus hermanos los localizaron fácilmente, no así a su madre, Milagros, que se encontraba de vacaciones. Cuando por fin dieron con ella le trasladaron los peores augurios. Su hijo estaba en Gómez Ulla. No respondía a los estímulos externos, pero aún mantenía constantes vitales.

La vida en el Gómez Ulla

Contra todo pronóstico, la frágil existencia de Juan Manuel se prolongó más allá de los pocos días que le daban los médicos. Las semanas dieron paso a los meses. Y los meses, a los años. Así hasta cumplir un total de 28 años en la habitación del Gómez Ulla; el mundo en que Juan Manuel y su madre, Milagros, pasaron lo que le quedaba de vida. Una vida que se extinguió hace poco más de dos semanas, en enero.

Milagros dejó su trabajo en Cuenca para poder atender a su hijo, toda vez que su marido murió cuatro años antes del fatídico accidente. En su entrevista en Cadena COPE, Milagros agradeció el apoyo del capellán Julián Esteban Serrano durante su estancia en el Gómez Ulla, así como de todos los servicios sanitarios que les han atendido durante tres décadas.

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