Las huestes de Ómicron, Delta, Alfa y Beta asedian desde hace meses a todo el mundo. Sin embargo, una gran aldea en el centro de Hispania resiste ahora -aunque no siempre- al invasor: la Comunidad de Madrid. El territorio más golpeado en la primera ola está aguantando al arreón de la sexta ola y es el único punto del mapa español, junto a Extremadura, Canarias y Cantabria que no pasa a engrosar las zonas de riesgo alto o muy alto. ¿Cuál es su secreto? ¿Cuentan con una 'poción mágica' como la que tenía la aldea gala de Asterix y Obelix?
Como se puede observar en el mapa sobre incidencia covid que elabora semanalmente el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), cada vez son menos las regiones que se libran de ese rojo intenso que viene a significar que el riesgo es muy alto por la elevada propagación del virus. El coronavirus parece llamado a ejercer, un año más, de grinch.
Si bien es cierto que Madrid no es el único territorio español que aguanta en una situación más o menos favorable a nivel de incidencia, su caso es verdaderamente llamativo. Madrid aúna los ingredientes perfectos para ser el caldo de cultivo ideal para un virus como la covid-19. Su altísima densidad de población, la mayor de toda España, así como su intensa vida social y ociosa la hacen perfecta para la propagación del virus. Sin embargo, Navarra, con más de 10 veces menos densidad poblacional, presenta una incidencia de 1.000 casos frente a la de 200 de Madrid. ¿A qué se debe la situación favorable de la capital?
Vozpópuli se ha puesto en contacto con la Dirección General de Salud Pública para dilucidar el misterio. En el departamento manejan varias razones para dar explicación a este fenómeno. El primero de los argumentos que maneja el departamento dependiente de Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública, es la alta concienciación de la población con las medidas no farmacológicas, sobre todo con el uso de mascarillas. Es más, en Salud Pública creen que la concienciación con el uso de la mascarilla en interiores es mayor que en otras CCAA, "precisamente porque fuimos muy golpeados en anteriores olas".
En segundo lugar, reconocen que la virulencia de anteriores olas en la Comunidad de Madrid ha contribuido a que la inmunidad natural de la región sea superior a la de otras zonas. El Estudio ENE-Covid, elaborado por el Instituto de Salud Carlos III, demostró allá por diciembre de 2020 que Madrid era la comunidad con más personas inmunizadas de manera natural, el 12% de la población.
La tercera razón es el porcentaje de vacunados con la pauta completa. Madrid, con el 88% de la población con las dos dosis, supera a comunidades en peor situación como Castilla-La Mancha (86,9%) o Baleares (82%), aunque la diferencia es mínima.
El extraño caso de Navarra
El menor efecto de la sexta ola en Extremadura o Canarias es más razonable. Canarias, históricamente, ha sido menos sacudida por el coronavirus, precisamente porque la menor movilidad de la población. El caso de Extremadura podría explicarse por su baja densidad de población, así como el envejecimiento de la misma.
Resulta, en cambio, mucho más complicado de entender la mala situación de Navarra, que junto a País Vasco lleva varias olas encadenando altas tasas de contagios. En anteriores olas, los especialistas en Salud Pública atribuían la mala situación de estas comunidades a la llegada de turistas franceses. Sin embargo, reconocen que ahora les cuesta encontrar una explicación.
Juan Antonio Sanz, especialista en Salud Pública, considera que una razón podría ser la cultura gastronómica de la región. "La gente se junta más en interiores, van a restaurantes, de vinos, pinchos...". Aunque Sanz reconoce que esta explicación es una mera opinión personal "basada en ninguna evidencia científica". El misterio sobre la región continúa.
Los especialistas tampoco se explican muy bien por qué Cantabria, teniendo como vecino a País Vasco, se mantiene también con una de las menores tasas de incidencia. Estas incógnitas demuestran que por muy avanzada que esté la pandemia seguimos lidiando con la incertidumbre y seguimos sin conocer aspectos del comportamiento del virus.
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