El posible adelanto electoral en Andalucía ha pillado a la izquierda a la izquierda del PSOE con el pie cambiado. Podemos lo sabe y, por eso, lleva varios días enviando señales a Yolanda Díaz para que concrete cuanto antes su proyecto político y aclare el papel que tendrá en él cada partido. El primero en lanzar el aviso fue Pablo Iglesias, pero altos cargos de la formación apuntan en la misma dirección: si hay plataforma, debe haberla en todo el territorio.
El problema es que la vicepresidenta segunda no está por la labor de mancharse en el barro andaluz. Su entorno explica que "lo que ocurra en Andalucía se tiene que decidir allí". Pese a que Podemos reitera que respeta al máximo los plazos y los movimientos de Díaz, la realidad es que su interés es contar en el cartel con la también titular de Trabajo en una comunidad en la que los morados están débiles tras la guerra cainita que les enfrentó a la anticapitalista Teresa Rodríguez.
El 'efecto Díaz' es el responsable del rebote morado que detectan varios sondeos nacionales sobre intención de voto en elecciones generales, mientras que el panorama andaluz es desolador. Unidas Podemos, según el último barómetro del 'CIS andaluz', se haría con el 11% de los votos. Es decir, cinco puntos porcentuales menos de los que logró en 2018 la coalición Adelante Andalucía, comandada por Rodríguez, y en la que estaban integrados Podemos, Izquierda Unida y otros partidos de la izquierda regionalista hasta que todo saltó por los aires.
Cuatro opciones de izquierda
Las dificultades para la izquierda allí son dobles, porque la alianza que cerró Más País, el partido de Íñigo Errejón, con los andalucistas de Andalucía Por Sí e Iniciativa del Pueblo Andaluz no emite señales de vida en la encuesta de la Junta y se quedaría fuera del Parlamento autonómico. Y Adelante Andalucía, comandada en solitario por Teresa Rodríguez, se daría un batacazo que la dejaría en el 2,9% de las papeletas y apenas un escaño. Además, los andaluces progresistas tienen en estos momentos cuatro papeletas de izquierdas para elegir: PSOE, Unidas Podemos, Adelante Andalucía y la coalición andalucista de Más País.
Llama mucho la atención lo desacompasados que van los mensajes de los morados y de la propia Díaz. Mientras para Podemos ya se ha dado el pistoletazo de salida del "frente amplio" —nombre que rechaza la titular de Trabajo—, el entorno de la vicepresidenta recalca que "no ha dado ningún paso paso": "Yolanda [Díaz] no se presenta en Andalucía. No tiene poder orgánico para mandar. Ella es de Galicia y, precisamente por eso, respeta la autonomía de los territorios. Ayudará en lo que pueda, pero no puede decidir nada".
La insinuación de los morados de que Díaz debería armar su oferta electoral en Andalucía levanta suspicacias en la vicepresidenta, porque no ve a sus aliados tan dispuestos a aceptar que haga y deshaga a su antojo a nivel estatal, donde Podemos, como viene advirtiendo desde hace varias semanas, reclama un papel mucho más determinante.
El exvicepresidente Pablo Iglesias, que ya animó a Díaz a "cerrar pronto" los acuerdos con otras formaciones, lleva varios días machacando con la posibilidad de que haya un adelanto electoral. Incluso este mismo lunes, en sintonía con el ex jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo, ha planteado la posibilidad de que el presidente del Gobierno active el botón nuclear del adelanto para hacer coincidir los comicios generales con las andaluzas.
El exvicepresidente advirtió de que los partidos tienen que tener "un papel determinante" en el proyecto político de Díaz y, por eso, le pidió que "todos los espacios y liderazgos se sientan a gusto y respetados". Iglesias, además, dejó caer otro recado a la vicepresidenta, quien trata de poner distancia de Podemos, tras reconocer que le hubiera "encantado" ver a la secretaria general morada, Ione Belarra, y a la número dos, Irene Montero, en el acto de 'otras políticas' de Valencia que terminó superando las expectativas y mostrando el elenco de mujeres con el que Díaz se siente a gusto para ese "proyecto de país".
En el PP dan por descontado el adelanto electoral más allá de Despeñaperros, aunque Génova recalca que será el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, quien le ponga fecha. Lo cierto es que Moreno no tiene claro si llamar a las urnas a los andaluces antes de que toque, en diciembre del año que viene. Aunque, en caso de hacerlo, lo haría "después de Semana Santa". Eso sí, en la dirección popular ven con buenos ojos una fecha próxima al día de Andalucía, el 28 de febrero.
Andalucía es una plaza política importante dentro del mapa electoral español. No solo por ser la comunidad más poblada, sino porque tradicionalmente cualquier intento socialista de llegar a La Moncloa pasa lograr la victoria allí. El problema es que todas las encuestas apuntan un triunfo del PP. Y esa victoria consumaría la sensación de fin de ciclo del Gobierno de Sánchez y serviría de propulsor de Pablo Casado, como lo fue la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.