La patrullera de Servicio Marítimo de la Guardia Civil perseguía una embarcación sospechosa de participar en actividades relacionadas con el tráfico ilícito de tabaco en aguas próximas al Peñón de Gibraltar cuando se produjo el incidente: una lancha de la Royal Navy británica se aproximó en una maniobra tensa -hubo quienes lo tildaron de "acoso" y "hostigamiento"- para cerrarle el paso a los agentes del Instituto Armado, al considerar que se trata de aguas territoriales propias y que la navegación de la Guardia Civil no estaba permitida. El episodio, crítico en términos de seguridad, ha desencadenado una protesta diplomática de España al Reino Unido, reclamando que no vuelva a producirse un episodio similar.
Ocurrió el pasado 24 de septiembre, en torno a las 20.30, y las imágenes difundidas por Europa Sur corrieron como la pólvora. En ellas se podía ver la intervención de la Royal Navy británica, apoyada por una embarcación de Aduanas de Gibraltar, sobre la patrullera de la Guardia Civil. Fuentes de seguridad consultadas por Vozpópuli detallan el peligro que entraña la aproximación entre dos lanchas de estas características, debido a la alta velocidad que adquieren y el riesgo de vuelco en caso de chocar.
El origen del problema se ubica en la soberanía de las aguas que bañan el Peñón, que Gibraltar reclama como propias. No es la primera ocasión que se registran incidentes entre barcos de las autoridades británicas y españolas en la misma región. Uno de los episodios más llamativos tuvo lugar en mayo de 2019, cuando el patrullero HMS Sabre de la Royal Navy realizó unas maniobras con fuego real cerca del Buque de Acción Marítima (BAM) Audaz de la Armada Española, lo que propició que los militares españoles comunicasen el incidente al Mando de Operaciones.
El episodio en Gibraltar
Pero el roce entre la Royal Navy y la Guardia Civil fue especialmente llamativo por la singularidad de las imágenes... y por las consecuencias que ha tenido el episodio. No es habitual ver un encontronazo de estas características entre embarcaciones que representan a las autoridades nacionales de dos países a todos los efectos aliados; la relación diplomática entre Madrid y Londres es fluida y existe una colaboración bilateral estrecha en cuestiones de seguridad o economía, entre otros.
Pero el desentendimiento en este episodio concreto tuvo un claro beneficiario: la embarcación sospechosa de traficar con tabaco escapó a sus perseguidores de la Guardia Civil gracias al roce entre las autoridades españolas y gibraltareñas.
Las autoridades británicas, por su parte, restaron importancia al encontronazo. Según detalló la Oficina del Gobernador, la embarcación de la Guardia Civil fue interpelada y se le pidió que manifestara sus intenciones, "pero no respondió" y ante eso se desplegó la Royal Navy y Aduanas. Añaden que acompañaron a la embarcación de recreo perseguida hasta aguas alejadas del Peñón, donde fue detenida por la embarcación del Instituto Armado: "No hubo colisión ni contacto físico entre las embarcaciones de la Royal Navy y la Guardia Civil. Este incidente será protestado", añaden las autoridades británicas.
La protesta diplomática
Según ha sabido Vozpópuli, la escena no ha pasado desapercibido para el Ministerio de Asuntos Exteriores que dirige José Manuel Albares, que ha elevado una protesta diplomática ante el Reino Unido. En la queja ha planteado a Londres que tome las "medidas oportunas" para evitar que se repita "este tipo de situaciones". Así consta en una respuesta parlamentaria redactada por el Gobierno a preguntas del grupo parlamentario de Vox, en las que se requería información a Moncloa sobre su actitud ante el suceso.
"Las autoridades españolas competentes en los espacios marítimos bajo jurisdicción española continúan ejerciendo sus cometidos, en particular en cuanto a patrullaje y vigilancia", señala el Gobierno en su respuesta. Asimismo, refiere que la posición de España se mantiene "inalterada" respecto a los espacios cedidos y no cedidos a Gran Bretaña por el Tratado de Utrecht de 1713. En él se cede "la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno".
Así, el Gobierno de España afirma en su respuesta parlamentaria que "no reconoce al Reino Unido cualesquiera derechos o situaciones relativos a los espacios de Gibraltar que no estén comprendidos en el artículo X del citado Tratado". Ese es el punto en el que se basa la protesta diplomática que Madrid ha trasladado a Londres en base al incidente sufrido el pasado mes de septiembre. Gibraltar, no obstante, reivindica su soberanía sobre las aguas que bañan el Peñón.
Por su parte, Bruselas y Reino Unido mantienen un diálogo bilateral para abordar el encaje de Gibraltar en Europa tras el Brexit. Se contempla que no haya verja en la divisoria, pero aún quedan por aclarar los términos en los que se desarrollará el acuerdo. El Gobierno gibraltareño informó el pasado viernes de que su ministro principal, Fabian Picardo, y su Viceministro, Joseph García, celebraron una reunión virtual con el Grupo Parlamentario Multipartidario para Gibraltar (All Party Group for Gibraltar, APGG) en el Parlamento del Reino Unido, centrada en las negociaciones en curso entre el Reino Unido y la Unión Europea sobre la relación futura: "Los miembros del APPG manifestaron su total apoyo a Gibraltar en el futuro, tanto en este como en otros asuntos".