España

El complicado adiós de Alberto Rodríguez: las 48 horas de crisis en Podemos

Las últimas horas en Podemos han sido una historia de matizaciones y giros de última hora. El complicado adiós del exdiputado morado Alberto Rodríguez ha sido el colofón de una

  • Alberto Rodríguez, el el aeropuerto de Tenerife Norte, el pasado sábado. -

Las últimas horas en Podemos han sido una historia de matizaciones y giros de última hora. El complicado adiós del exdiputado morado Alberto Rodríguez ha sido el colofón de una tormenta perfecta que ha sumido al barco capitaneado por Ione Belarra en una doble crisis durante 48 horas. 

La primera, con el PSOE, por anunciar una querella contra la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet. Y, la segunda, dentro del propio espacio confederal, por no haber sometido a debate la respuesta jurídica de Rodríguez a la pérdida de su acta, según confirman fuentes moradas a Vozpópuli.

El partido salió este lunes públicamente en tromba a arropar a su excolega y a recordarle que la formación de la que fue secretario de organización será siempre su casa. Pero lo cierto es que Rodríguez no avisó a la dirección de que dejaba el partido, al que dio un sonoro portazo el pasado sábado pese a que podía haber seguido en él como militante de base. 

El exdiputado de Podemos está quemado

Las fuentes consultadas explican que el exdiputado está “quemado”, que ha pasado “horas muy difíciles” y que, casi con total seguridad, volverá a su profesión de técnico superior en química ambiental. Estas fuentes dicen que el exdiputado, con un hijo y otro en camino, necesita tiempo para meditar y estar con su familia alejado del foco.

El pasado viernes, el mismo día que los morados pidieron al PSOE sentarse en la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición por el lío de la reforma laboral, los de Ione Belarra lanzaron otra bomba en su guerra particular con los socialistas: “Presentaremos una querella contra Meritxell Batet por prevaricación”.

A partir de ahí surgió la primera crisis. El PSOE se tomó fatal el “ataque”, según reconocieron fuentes socialistas citadas por Servimedia. Esas mismas fuentes entendieron que la maniobra de Podemos suponía sobrepasar muchas líneas rojas y que la única forma que tenían los morados de rebajar la tensión era que se retractaran y no se querellaran contra Batet, una dirigente socialista y cabeza de la tercera institución del Estado.

El adiós tras las palabras de Garzón

Lo cierto es que Podemos encontró una solución que, al final, desembocó en el adiós de Rodríguez a su partido. El sábado fue el día clave. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, cortó de raíz el ansia querulante de los suyos y dijo, corrigiendo la versión oficial del partido, que la querella que anunció Podemos sería solo de Rodríguez a título personal. 

Ese fue el pistoletazo de salida para diputado canario: “Alberto anuncia el sábado por la tarde que abandona Podemos. No informa [previamente de que se va]. Y nosotros respetamos su decisión”, ha señalado este lunes el copotavoz, Pablo Fernández, en rueda de prensa. La versión oficial es que Podemos no dijo que interpondría la querella, aunque el partido apuntó lo contrario el viernes.

En realidad, nosotros nunca hemos dicho que la querella la va a presentar Unidas PodemosUnidas Podemos

“En realidad, nosotros nunca hemos dicho que la querella la va a presentar Unidas Podemos, porque la potestad para presentarla la tiene él [Alberto Rodríguez]”, ha intentado excusarse el coportavoz, Pablo Fernández, sobre el misterioso giro del partido. “La querella es una decisión de Alberto. Nosotros lo que hemos hecho es aceptar la dimisión. Y de la querella estaba informado todo el espacio confederal. No solamente la dirección, sino los 35 diputados”, ha recalcado la otra coportavoz, Isabel Serra.

Y esa es la otra crisis: el enfado de un sector considerable del espacio confederal de Unidas Podemos, en el que está Izquierda Unida, En Comú Podem y Podemos, por no haber sometido a debate la presentación de una querella que, cuando se anunció, tensó aún más las ya de por sí tocadas relaciones con el PSOE.

Las fuentes moradas consultadas explican que fue el secretario de Estado de Agenda 2030 y responsable jurídico de Podemos, Enrique Santiago, quien envió un mensaje al grupo de la dirección confederal informando de la querella. El portavoz parlamentario, Pablo Echenique, hizo lo propio en el grupo con todos los diputados. Pero no hubo debate ni toma de posición común antes de ejecutar un movimiento de tan importantes implicaciones políticas.

La querella no se debatió

El partido dice que se limitó a trasladar la decisión de Rodríguez y que, en ese momento el espacio confederal se puso a disposición de la decisión del exdiputado de querellarse contra Batet. Pero, sin debate y sin consenso previo, todo salta por los aires. Y, el domingo, Alberto Rodríguez anunció a través de un comunicado que no presentará la querella por prevaricación e hizo público su adiós al barco.

Las fuentes consultadas en el entorno morado detallan que Rodríguez llevaba, hasta el domingo, varios días consultando con el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, la mejor forma de defender sus intereses. Y, según explican estas fuentes, las mejores opciones del exdiputado canario están en la Justicia europea. 

Por eso, Rodríguez ha recurrido al letrado del expresidente catalán. “Si él ha variado su defensa y decide no presentar la querella, lo respetamos. Pero por parte de Podemos no ha habido un cambio de criterio”, dice el partido. 

Nada más lejos de la realidad. Nunca un fin de semana dio para tantos cambios de guion. Mientras, el partido sigue atacando a Batet, aunque con balas retóricas. Este lunes, Podemos ha exigido la dimisión de la presidenta del Congreso, a quien Alberto Rodríguez ha pedido explicaciones en una carta: "¿Con qué base legal ha actuado?". El exdiputado canario, además, ya está maniobrando para anular su inhabilitación.

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