Los sindicatos creen que es "precipitado" vincular ya la formación a los nuevos ERTE, pese a que ha sido una de sus demandas desde que comenzaron a aplicarse los expedientes por la pandemia. El Gobierno tiene como objetivo exigir que la empresa ponga en marcha acciones formativas para vincular las exoneraciones de las cuotas de la Seguridad Social a las mismas, algo que tanto sindicatos como patronal consideran que está fuera de tiempo.
De hecho, el actual esquema de ERTE caduca el 30 de septiembre, y esta nueva prórroga -que no será automática- comenzará el 1 de octubre. Para ello, las empresas interesadas en aplicar los expedientes deberán solicitarlo antes del 10 de octubre, resolviéndose en un plazo de diez días su petición. Con la demanda de los cursos formativos sobre la mesa para las exoneraciones, los representantes de los trabajadores son unánimes: "Vamos tarde para organizarlo, no hay tiempo antes de la prórroga", aseguran.
"Venimos planteándolo desde hace meses, pero para hablar de formación hay que tener fondos, previsión, saber qué tipo de trabajadores y a qué formación tienen que acceder... es una idea que está muy bien, pero es tarde y no tenemos los deberes hechos", apuntaba este miércoles el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, a preguntas de los periodistas. "Si resulta que el 1 de octubre el trabajador reclama formación... ¿quién le va a responder? ¿Dónde están los centros que imparten formación? ¿Dónde están los fondos?", se preguntaba.
Fuentes de CCOO también son tajantes: "Si quieren sacar una convocatoria específica no da tiempo. No hay nada encima de la mesa, hay que ser realista, y una convocatoria de este tipo no se resuelve en cuatro días". En declaraciones a periodistas, el secretario general del sindicato, Unai Sordo, apuntaba en esa dirección: "A veces una buena idea pueda encima de la mesa fuera de tiempo se convierte en una mala idea".
Los sindicatos abogan, de momento, por pedir al Gobierno que aplace el requisito del plan de la formación a los "ERTE definitivos" que se están negociando en el marco de la reforma laboral para después de la pandemia. "Tengo serias dudas de que el propio Gobierno, la propia administración, esté en disposición de garantizar planes formativos coherentes para el cuarto millón de personas que siguen en un ERTE. Esta idea es buena para los ERTE estructurales, pero si lo sacamos antes de tiempo a la palestra puede generar frustración", recalcaba Sordo. Álvarez apuntaba en esa línea: "Es un debate que tendremos que tener en la elaboración de los nuevos sistemas de ERTE, que es otra de las posibilidades que hay, y se podrá ejecutar. Ahora lo veo francamente difícil".
El Gobierno insiste en la formación
Con todo, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, sigue considerándolo factible. Por el momento, y a la espera de la reunión del diálogo social de este jueves, Escrivá avanzó el miércoles que el Ejecutivo prevé sufragar con fondos públicos "el grueso" de las acciones formativas propuestas en la extensión de los ERTE. Según el plan del Gobierno, las formaciones tendrán que ejecutarse entre el 1 de octubre y el 30 de junio de 2022.
En una entrevista en TV3, el ministro recalcó que serán las empresas quienes presenten el plan de formación junto con la solicitud de la nueva prórroga. Dicho plan será evaluado por la autoridad laboral.