Bienestar

El menú de Aitana con McDonald's (hamburguesa, helado...): ¿un despropósito nutricional?

El Tribunal de la Santa Inquisición moderna no persigue delitos contra la fe, pero se ha convertido en un perseguidor de herejes en las redes sociales, dando altavoz a miles

El Tribunal de la Santa Inquisición moderna no persigue delitos contra la fe, pero se ha convertido en un perseguidor de herejes en las redes sociales, dando altavoz a miles de personas que consideran correcta o incorrecta una postura, magnificando así la repercusión social de estos datos.

Así han caído las huestes de lo healthy y saludable sobre la cantante barcelonesa Aitana Ocaña, participante en la novena edición de Operación Triunfo, y que ha cometido el 'pecado' de anunciar un menú en McDonald's, prestando su nombre y su imagen al bautizado CBO x Aitana. Una propuesta que no solo ha soliviantado a los detractores de este tipo de comida, sino también a los celíacos e intolerantes al gluten, puesto que la cantante ha reconocido en varias ocasiones ser celíaca, por lo que no podría consumir lo que está patrocinando.

El ataque, promovido principalmente en Twitter e Instagram, ha puesto en el candelero a la intérprete, acusándola de promover una cultura de la comida basura y de hacer apología de una fast food tradicionalmente a altos índices calóricos, una gran cantidad de azúcares añadidos y a una importante dosis de sal, tres riesgos que están fuertemente asociados que, si se abusa de ellos, están fuertemente relacionados con diversas enfermedades como el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión y otras patologías coronarias.

Partiendo de que nosotros no vamos a entrar en juicios de valor sobre lo correcto o incorrecto de la decisión de Aitana ni de la compañía, sí huelga decir en favor de la empresa estadounidense que, a pesar de que sus productos sí suelan ser especialmente calóricos y tengan una gran cantidad de azúcares o sal, promueve y aboga por una dieta equilibrada, concibiendo sus hamburguesas como algo excepcional y, en el caso de los menús infantiles (el famoso Happy Meal), procurando cumplir con unos estándares saludables.

Lo que ocurre más allá de lo nutricional es que si se comparte en las stories de Instagram el menú, se sigue a la cuenta de McDonald's España y se añade el #McDonaldsxAitana, se entra en un sorteo para un concierto exclusivo de Aitana, un premio que sí puede ser una forma de incentivar aún más el consumo de un producto que no es del todo saludable por sí solo.

Más allá de eso, la inclusión ocasional de hamburguesas o de otros fast food en la dieta, bautizados de forma despectiva como comida chatarra o comida basura, no tiene por qué ser nocivo si se hace con moderación y dentro del marco de una dieta equilibrada. El problema llega cuando lo puntual se convierte en recurrente y rutinario, que es donde topamos con estas complicaciones.

Con estos mimbres, vamos a ver cómo de sana o insana es la propuesta que McDonald's ha concebido con Aitana Ocaña.

CBO x Aitana para McDonald's: ¿un menú saludable?

Bajo un precio de 9,90€, la oferta con la que llega este menú al que Aitana ha puesto cara es bastante contundente: una CBO con doble de queso, patatas fritas medianas, cuatro nuggets de pollo con salsa barbacoa, refresco y un Mini McFlurry® Oreo®, un recital calórico que presenta 1.289kcal de una sola sentada (sin contar el añadido de kétchup extra, de la salsa barbacoa o del refresco), dividido en 603kcal para la hamburguesa, 176kcal para los McNuggets, 330kcal para las patatas medianas y 180kcal para el Mini McFlurry, al que hay que añadirle alguna kilocaloría más porque lleva caramelo a modo de topping.

Traducido a la ingesta diaria recomendada o CDR (cantidad diaria recomendada), encontramos que a nivel energético, este menú supone el 63% de las calorías totales que deberíamos ingerir en una jornada, dejando así un pírrico 37% para una cena (o comida), además del desayuno y la merienda o la media mañana. Todos ellos datos extraídos de la propia web de McDonald's, que es bastante transparente a lo que información nutricional se refiere.

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Hamburguesa CBO x Aitana. ©McDonald's.

Quizá la cifra en bruto no diga mucho, pero se estima que la ingesta calórica diaria debe estar entre las 1.600 y las 2.000 calorías en el caso de las mujeres y entre las 2.000 y las 2.500 en el caso de los hombres, por lo que con uno de estos menús, podemos estar consumiendo entre la totalidad y la mitad de las calorías diarias. Sin embargo, no hay que fijarse solo en ellas.

La fast food lleva tradicionalmente asociada una etiqueta de rica en azúcares añadidos, en grasas saturadas y en sal, que es parte de la mala fama con la que cuenta y que en este caso es igualmente notable.

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La sal es mucha en patatas y McNuggets, mientras que el Mini McFlurry de Oreo tiene una cantidad elevada de azúcares. ©McDonald's.

Alto contenido en sal, bajo en azúcares

Encontramos así que solo la CBO incluye 2,8g de sal por unidad (correspondiente al 47% de la dosis diaria recomendada), que con los cuatro McNuggets (0,82g en total, es decir 14% de la CDR) y las patatas fritas medianas (0,53g o el 9% de la cantidad diaria recomendada) se ponen en el 70% de la sal que se debería tomar en un solo día. Irrelevante es el contenido en sal del Mini McFlurry, cuya repercusión nutricional es notable en azúcares (no deja de ser un helado, que en este caso aporta 22g de azúcar por ración -24% de la IDR), los cuales no están especialmente presentes en el menú 'salado' de este ejemplo de comida rápida.

La hamburguesa aporta apenas ocho gramos de azúcares (9% de la CDR), mientras que los datos de las patatas fritas y los nuggets son residuales (en ambos casos rondan los cero gramos), por lo que más allá del postre, no hablamos de una agresión directa de los azúcares añadidos.

Rico en grasas, pero con letra pequeña

Siempre que se habla de grasas hay que puntualizar ante qué grasas hablamos y hoy no es una excepción porque debemos diferenciar entre las grasas (a secas) y las grasas saturadas, presentes en la mayoría de etiquetados.

Aquí sí encontramos algunos defectos que desaconsejan el CBO x Aitana, o al menos su consumo muy esporádico, ya que la hamburguesa luce 31 gramos de grasas totales, de las cuales saturadas son 7,3g (equivalente al 36% de la grasa saturada que deberíamos tener en la ingesta diaria recomendada), mientras que la ración de patatas y los nuggets aportan 1,5g y 1 gramo (7% y 5%) respectivamente, a los que hay que sumar los 2,7g del Mini McFlurry (14% de la CDR). En total, 13,5 gramos de grasas saturadas que equivalen a 62% de las que deberíamos ingerir al día y que en este caso lo hacemos en una sola comida.

Se estima así que la ingesta de grasas diarias deba estar entre los 44 y los 77 gramos, en función de nuestro tipo de alimentación y requerimiento energético, así que con este menú, en determinadas situaciones, nos estaríamos comiendo prácticamente la totalidad de las grasas en una sola comida. Más aún cuando las recomendaciones de la OMS apuntan a tomar solo el 10% de la ingesta calórica en grasas saturadas.

Conclusiones

Estamos ante un producto muy calórico y con bastantes grasas saturadas, lo cual no es el mayor de sus problemas, siendo su presencia en sales (70% de la cantidad diaria recomendada) lo más perjudicial de su información nutricional puesto que las calorías, si no son repletas de azúcar, acaban siendo energía (provengan de las proteínas, de los hidratos de carbono o de las grasas).

Por este motivo, de forma puntual y aislada, procurando equilibrar en ese mismo día el atracón de calorías, sal y grasa que supone uno de estos menús, podría no ser tan peligroso nutricionalmente si su consumo no es recurrente, ya que a nivel proteico y de hidratos de carbono hablamos de un menú también potente y que cumple con las necesidades de este par de macronutrientes con bastante solvencia.

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