El PSOE, y en especial su federación madrileña, ha acusado el “golpe de efecto fiscal” de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado la supresión de los impuestos propios de la región. Y aunque los socialistas han respondido que es “humo” y una iniciativa puramente cosmética, fuentes del PSOE admiten a Vozpópuli que es una medida con impacto mediático ante la impotencia del Gobierno de Pedro Sánchez por contener la subida de la factura de la luz.
Ayuso ha comunicado que su Gobierno eliminará los últimos tributos que le quedan a la Comunidad: instalación de máquinas recreativas en locales de hostelería autorizados y el impuesto sobre depósito de residuos. La recaudación por estos impuestos apenas supone el 0,02% del total, es decir, 0,7 euros por habitante frente a una recaudación total de 3.415 euros por contribuyente. En 2020, la tributación total por ambos impuestos fue de 3,4 millones de euros. La presidenta autonómica ha comprometido además la rebaja de medio punto del tramo autonómico del IRPF, que se aprobará a finales de este año.
Desde el Ministerio de Hacienda han declinado valorar esta medida, porque “entra dentro de la autonomía” de Madrid. El PSOE, por su parte, se aferra al dato de la baja recaudación de estos impuestos. “Son cuatro duros”, dicen. “Madrid recibe 16.000 millones del sistema de financiación”.
Ayuso y la factura de la luz
Sin embargo, el PSOE reconoce al mismo tiempo el daño que hacen estos anuncios. El motivo principal es que se produce en mitad de una “bronca política por la escalada de los precios de la energía”. La luz sigue batiendo récords a diario sin que el Gobierno sea capaz hasta el momento de encontrar una solución. La crisis ha tensado las relaciones en el seno de la coalición.
Unidas Podemos ha puesto encima de la mesa sendas propuestas para intervenir el mercado, que la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha rechazado. La formación morada ha alentado posibles movilizaciones, mientras el exvicepresidente Pablo Iglesias presiona a Sánchez casi a diario desde su nueva piel de tertuliano.
El presidente del Gobierno ha abierto el curso político con una de sus conferencias en solitario marca de la casa ante el Ibex, sindicatos, deportistas e invitados habituales. Sánchez ha anunciado la inmediata subida del salario mínimo interprofesional. Y sobre la crisis energética ha asegurado que “el Gobierno se hace cargo de la preocupación social” ante el aumento del coste de la luz. “El Ejecutivo ha actuado, actúa y seguirá actuando hasta solucionar el alza de los precios de la energía”, ha dicho sin concretar nada nuevo.
'Impuestazo' a Madrid
Otro de los motivos de preocupación que trasladan fuentes socialistas es el relato político que esta eliminación tributaria regala a Ayuso frente al impuestazo a Madrid. PSOE y ERC acordaron en su pacto de Presupuestos una reforma que obligaría a gravar los impuestos a la Comunidad. Hacienda ha encargado a un grupo de expertos una propuesta de reforma fiscal para España. El Gobierno espera el informe para febrero del año que viene.
“Mientras Ayuso elimina impuestos, por muy poco que generen, lo que puede quedar es que Sánchez crea tributos para Madrid”, reconocen voces críticas del PSOE madrileño.
La reforma fiscal y la financiación autonómica son una fuente inagotable de conflicto entre comunidades de distinto signo. El presidente de Valencia, el socialista Ximo Puig, alentó una de las polémicas del verano al sugerir la creación de un impuesto específico para Madrid.
Las palabras de Puig forzaron al PSOE de Madrid a rechazar públicamente esta posibilidad. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también respondió que un impuesto específico para la comunidad madrileña “no está en la agenda del Gobierno”. El presidente valenciano se desdijo poco después. Puig señaló que su planteamiento es estudiar cómo compensar el “efecto capitalidad”, pero no necesariamente por la vía fiscal.