Empezar a vivir de alquiler en Madrid o Barcelona es hoy alrededor de un 10% más barato de media que hace un año, según coinciden en constatar distintas fuentes del sector. La espiral a la baja en los precios que comenzó a mediados de 2020 parece haberse saldado con esa cifra en las dos grandes capitales, las más impactadas en este segmento inmobiliario por la pandemia.
La oferta llegó a crecer más de un 100% interanual en los dos principales núcleos urbanos del país, donde el precio del alquiler había subido más de un 50% entre 2013 y 2020. Entre los meses de julio de 2020 y 2021, los alquileres cayeron finalmente alrededor de un 10%.
En suma, los precios de los alquileres en las ciudades de Barcelona -con el ciclo más adelantado- y Madrid están hoy entre un 10% y un 15% por debajo de su máximo histórico.
El alquiler ha retrocedido en Barcelona y Madrid hasta niveles de 2017 y 2018 respectivamente
La bajada en el último año, del 10% en la ciudad de Barcelona y del 10,9% en Madrid, da cuenta de los límites tanto del mercado como de la Administración Pública -el control de precios catalán parece haber tenido poco impacto- pero también del margen para nueva oferta más accesible en los principales tractores del segmento residencial en el país.
Al cabo del pasado mes de julio, el precio del alquiler se mantuvo o incluso volvió a subir ligeramente en el entorno de las dos grandes capitales, atendiendo a lo que se desprende de los últimos estudios al respecto de fuentes como el portal de anuncios Idealista o el 'rastreador' Casafari..
El levantamiento de las restricciones a la movilidad entre las comunidades, las perspectivas algo más optimistas por la evolución de las vacunas y el incipiente afluente de turistas europeos, sumados a la propia situación de los propietarios, en su mayoría, particulares, podrían haber atenuado la caída del alquiler. Este sigue, en cualquier caso, lejos de niveles saludables para buena parte de los demandantes.
Sigue la demanda de alquiler accesible
Según pudo cotejar este medio a través de fuentes del sector, el interés por acceder a pisos de 400 euros mensuales, en especial, en Madrid, se disparó durante los últimos doce meses.
Como informó Vozpópuli, durante este 2021 han emergido puñados de ofertas en esa línea, tanto en la capital de España como en Barcelona. Han tendido a "volar" en cuestión de días, pese a su calidad -no se construyeron con el fin de ser eficientes-. No obstante, todavía hoy existen opciones disponibles, incluso por debajo de los 400.
El hecho de que se estén ofreciendo pisos por debajo de los 400 euros, más allá de su calidad, tiene en sí una carga simbólica: alumbra el camino hacia los llamados alquileres 'accesibles' o cercanos a la realidad de la demanda con menos recursos.
El Salario Mínimo Interprofesional en España está fijado en los 950 euros -es probable que se incremente en los próximos doce meses-, por lo que solo un piso de 300 euros haría que un inquilino cuyo ingreso se limite al SMI deje de ser vulnerable a efectos de los criterios de la Unión Europea.
En España existen unas 350.000 familias que tienen que dedicar más del 35% de sus ingresos a pagar el alquiler de su vivienda, una cifra insalubre a tenor de los estándares de la UE
Atendiendo a la Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler, existen unas 350.000 familias vulnerables en España.
El reto de la colaboración público-privada está en la promoción de oferta para atender ese creciente déficit con mejores estándares de eficiencia energética - un filón, por cierto, para captar ayudas económicas europeas- y de habitabilidad en general, que los del anticuado parque de vivienda actual, diseñado en su práctica totalidad para un uso de compraventa.
Así las cosas, Unidas Podemos aboga por imponer bajadas de precios, una alternativa que, según la teoría económica, sería perjudicial a largo ya que acabaría restringiendo la oferta y la calidad de las casas. El hasta hace semanas ministro de Agenda Urbana José Luis Ábalos se limitó a coquetear con la idea de limitar el porcentaje de posibles subidas y en ciertas zonas, priorizando la solución del estímulo a la promoción público-privada.
Según un informe del ministerio que todavía encabezaba el propio Ábalos, en España harían falta entre uno y dos millones de viviendas para bajar el precio de los alquileres hasta la media europea. Por lo pronto, nuestro país solo ha captado menos del 10% de la inversión necesaria.