España

El centroderecha se masacra y Pedro Sánchez sonríe en Moncloa

Miles de muertos y de sacrificios después, cuando la pandemia nos estaba dejando algo más tranquilos, llegaron ellos, los políticos de vuelo corto y ambición larguísima, para provocar un terremoto

  • Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. -

Miles de muertos y de sacrificios después, cuando la pandemia nos estaba dejando algo más tranquilos, llegaron ellos, los políticos de vuelo corto y ambición larguísima, para provocar un terremoto en varias comunidades autónomas. Moción de censura en la región de Murcia urdida desde Moncloa y, de rebote, elecciones en la Comunidad de Madrid. Un seísmo derivado de luchas de poder internas que nada tienen que ver con la ideología o, menos aún, con las necesidades de los ciudadanos.

Maquiavelo lleva siglos enterrado. Quiero decir que las añagazas y puñaladas entre partidos existen desde que existe la política en sí misma. También sabíamos hace mucho tiempo que estamos inmersos en una partitocracia. Y que en nuestro país, particularmente, el politiqueo se impone como forma de conducta de los representantes públicos. Nada nuevo bajo el sol en el ruedo ibérico, por tanto. Pero lo de este miércoles 10 de marzo de 2021, recuerden esta fecha, llega al paroxismo de los despropósitos.

Quizás el problema es que la política española se está convirtiendo en el reino de la propaganda y la triquiñuela. Del vacío intelectual. De conseguir el poder a toda costa. De la ausencia de principios. O, dicho de otra manera, un lugar donde todos quieren ser como Iván Redondo. Todo se contagia, menos la hermosura. Mucho marketing y poca altura de miras. Demasiado pensar en el ombligo, en la cuota de poder, antes que en los votantes y en sus desvelos.

Esta mañana, al amanecer, PP y Ciudadanos gobernaban coaligados dos comunidades autónomas como Madrid y Murcia. Al acabar el día eso ya no es así y, por ende, los partidos del centroderecha están más peleados que nunca

No nos merecemos estos políticos. Pero lamentarse de este esperpento tampoco sirve de mucho. Entre otras cosas porque tampoco hay remedio conocido para los males que nos afligen. Así que abandonemos los sueños y volvamos al análisis puro y duro. La realidad, si se mira con la cabeza fría y no con tanta pasión como en las redes sociales, es que esta mañana, al amanecer, PP y Ciudadanos gobernaban coaligados dos comunidades autónomas como Madrid y Murcia. Al acabar el día eso ya no es así y, por ende, los partidos del centroderecha están más peleados que nunca. Ayuso contra Aguado. López Miras contra Martínez Vidal. Arrimadas contra Casado. Y Abascal contra todos ellos.

Después de esto, la guerra entre PP, Ciudadanos y Vox se antoja más encarnizada, si cabe, que hasta ahora. En cambio, las formaciones de la izquierda, PSOE y Podemos, nada tienen que perder y mucho tienen que ganar merced a esta doble operación que ya está en los anales del disparate. Para colmo, el terremoto tiene réplicas en otras regiones como Castilla y León y derivadas surrealistas como esa pelea en Madrid por ver si la convocatoria electoral es anterior o no a una moción de censura. Entretanto, Pedro Sánchez, el resistente que más sabe de estas trampas, sonríe en el Palacio de la Moncloa. ¿No escuchan las carcajadas?

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