La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a tres años de cárcel a un joven acusado de matar a su hermano pequeño de un disparo accidental en marzo de 2018 en su domicilio del distrito de Carabanchel cuando sacó una escopeta que llevaban sus amigos para limpiarla al pensar que estaba descargada.
En una sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sección Quinta pena a Euris A. como autor de un delito de homicidio imprudente y de un delito de tenencia ilícita de armas, a las penas de dos años de prisión por el primer delito, y un año de prisión por el segundo delito.
La condena se impone después de que un Jurado Popular declarara la culpabilidad del acusado por un delito de homicidio imprudente y no por asesinato, como pedía la Fiscalía. El fiscal solicitó al inicio de la vista 22 años de prisión, mientras que la defensa reclamaba dos años de cárcel para su defendido. No obstante, redujo a 6 años su petición de cárcel tras escuchar el veredicto del jurado.
Jaime Sanz de Bremond, abogado del acusado, ha mostrado a Europa Press su satisfacción por la sentencia, al igual que ya lo hizo con el veredicto del Jurado. Según el letrado, la sentencia amplía "la destacable motivación" del veredicto y la condena avala la petición de 2 años de prisión que realizó la defensa, "lejos de los 22 años de prisión que le pedía el Fiscal al empezar el juicio".
Los miembros del jurado también se mostraron a favor de declarar al acusado culpable de tenencia ilícita de armas y rechazaron que el joven pertenezca a una banda latina y, en consecuencia, su pertenencia a banda latina Dominican Don't Play.
Discusión entre los dos hermanos
Los hechos se produjeron el 4 de marzo de 2018 cuando a las 17 horas se inició una discusión entre ambos hermanos, ambos miembros de esta banda latina. Entonces, el procesado (Euris A. M.) cogió una escopeta de caños recortados y le apuntó con ella a escasos dos metros de la víctima, momento en el que se produjo el disparo.
En la vista oral, Euris A. afirmó que no tenía intención de apretar el gatillo y que le "falló la mano", dado que en el pasado recibió un machetazo por parte de unos pandilleros al salir de un restaurante.
"Me volví loco. Se me pasó por la cabeza tirarme por el balcón", relató entonces el joven sobre lo sucedido, indicando que pensaba que la escopeta no estaba cargada y al cogerla, le falló la mano y se disparó. El disparo alcanzó a su hermano en el pecho y le produjo un hemotórax derecho masivo por traumatismo torácico severo, provocando su muerte.
Según su relato, la noche anterior había estado con unos amigos celebrando un cumpleaños y uno de ellos le mostró la escopeta en una mochila, viendo que entonces no estaba cargada. El día después, esa misma persona llevó el arma a su casa y ocurrieron los hechos.
Un testigo que compareció en la vista relató al tribunal que vio cómo el acusado y varias personas trataron de bajar al herido por las escaleras. Les comentó que no le movieran y llamó entonces a una ambulancia para que asistiera a la víctima, aún con vida.