Las aerolíneas 'low cost' (de bajo coste) como Ryanair, Vueling, o JetBlue, entre otras, están actualmente en un crecimiento exponencial, revolucionando el mercado aéreo en los últimos años. Y es que, según las estimaciones de un estudio realizado por la consultora Bain & Company, estas aerolíneas concentrarán el 48% del tráfico aéreo de corta distancia para el año 2030.
Sus precios más bajos en comparación con los de las otras grandes aerolíneas les han hecho ir ganando adeptos y conseguir una mayor cuota en el mercado internacional. Pero estos bajos costes en sus tarifas implican, como era previsible, una política compleja en lo que se refiere a la experiencia de vuelo, reduciendo la comodidad -en todos los sentidos muchas veces- de los viajeros.
Pues bien, dentro de las aerolíneas de bajo coste, quizá la más conocida sea Ryanair. La aerolínea irlandesa, ahora, tiene previsto eliminar las tarjetas de embarque físicas en los mostradores de facturación de cara al año que viene.
Ryanair se despedirá del papel a partir de mayo
Este cambio ha sido confirmado por el propio consejero delegado de la compañía, Michael O’Leary, quien anunciaría que tendrá lugar a partir del mes de mayo. De este modo, la opción que tendrán los pasajeros será facturar online o a través de la aplicación de la aerolínea, puesto que ya no estará disponible en los mostradores de los aeropuertos (en los que ahora se cobra un importe de 30 euros).
Según explican, la aerolínea está trabajando para que a partir del 1 de mayo todo se haga a través de la aplicación y nada más en papel. El consejero delegado explicaría qué el mismo fue una de las últimas personas en utilizar papel porque le horrorizaba embarcar sin él y se resistía a utilizar la aplicación.
Aún así, reconoce que la aplicación funciona muy bien y te dice la puerta de embarque, los retrasos y todo lo referente a la información de tu vuelo.
Hasta la fecha, la facturación online y a través de la aplicación se puede realizar cuando falten 24 horas para la salida del vuelo, cerrando dos horas antes del despegue, en el caso de no haber preseleccionado un asiento. En caso contrario, se puede realizar hasta 60 días antes de la fecha de salida.
Posibles inconvenientes
Aunque la decisión de eliminar las tarjetas de embarque físicas puede parecer un paso hacia la digitalización y la eficiencia, este cambio no está exento de inconvenientes. Uno de los problemas más evidentes es la exclusión digital que podría afectar a algunos pasajeros.
No todos los usuarios están familiarizados con el uso de smartphones o aplicaciones móviles, especialmente personas mayores o aquellos que no tienen acceso a tecnología avanzada. Esta medida podría suponer un obstáculo para quienes dependen del formato en papel por costumbre o necesidad.
Esto de la falta de batería va hilado con el inconveniente del riesgo técnico que conlleva depender exclusivamente de una aplicación. Factores como el mal funcionamiento de la app, la falta de cobertura móvil en algunos aeropuertos, o incluso problemas relacionados con la batería del teléfono podrían generar estrés y complicaciones a los pasajeros justo antes de embarcar.
En un entorno donde el tiempo es crítico, perder acceso a la tarjeta de embarque por un fallo técnico puede suponer un verdadero inconveniente.
Además, el proceso de transición al formato digital puede generar incomodidad para aquellos que prefieren tener un respaldo físico por seguridad o tranquilidad. Aunque las aerolíneas promuevan las ventajas de la digitalización, la costumbre de tener la tarjeta de embarque impresa sigue siendo un acto de control para muchos pasajeros que temen posibles fallos en la tecnología.
Finalmente, es posible que surjan complicaciones adicionales para aquellos que viajan en grupo o con menores. En estos casos, gestionar todas las tarjetas de embarque desde un mismo dispositivo podría resultar confuso o incómodo, especialmente si surgen problemas técnicos de última hora.
Con esto, queda claro que esta medida es un avance digital pero que la aerolínea deberá hacer un gran estudio de impacto para poder implementar esta política con éxito.
