La Guardia Civil ha detenido por un presunto delito de homicidio imprudente a un empresario de Cantabria, J.M.D.C., de 48 años, responsable de la organización de una excursión en canoa por el río Cares en la que falleció una joven de 14 años.
Según informa el instituto armado, los hechos ocurrieron el pasado 3 de julio cuando 20 adolescentes que se hallaban de campamento de verano en Valdádiga (Cantabria) se desplazaron hasta el río Cares para realizar la práctica deportiva junto a tres monitores.
La canoa de dos plazas en la que viajaban la joven fallecida junto con otra componente del grupo volcó al llegar a una zona de rocas y rápidos existentes un kilómetro después de la localidad de Mildón (Peñamellera Alta) y solo una pudo salir a la superficie mientras que la segunda quedó atrapada bajo el agua.
Investigación
La Guardia Civil, que rescató el cadáver de la joven a las 24.00 horas de ese día, inició una investigación para esclarecer las causas del accidente y determinar las posibles responsabilidades de las empresas contratadas para la realización de la actividad que ha constatado una serie de situaciones irregulares en torno al suceso.
La realización de actividades deportivas como el barranquismo, el senderismo o el rafting obliga a las empresas encargadas de su planificación a disponer de las medidas de seguridad en función del factor de riesgo inherente a cada una.
Así, el río Cares, en alguna de su zonas y concretamente en el rápido donde se produjo el accidente, está considerado como un río de aguas bravas lo que requiere de autorización para la actividad de Canoa-Raft (piragüismo en aguas rápidas), de la que la empresa encargada de la actividad contratada por el grupo carecía a pesar de publicitarse en su página web lo contrario.
Además, para llevar a cabo la función de monitor de estas actividades es necesario estar en posesión de una formación específica para su desarrollo, en materia de primeros auxilios, seguridad, protocolos de prevención de accidentes y evacuación de la que tampoco disponían.
La excursión no cumplía además con la ratio de guías/monitores cualificados por cliente que se estima conveniente para la actividad lo que la Guardia Civil cree que pudo ser clave en la demora de búsqueda de la niña tras caerse al río (de 10 a 30 minutos) tras un vuelco de varias canoas en el mismo punto y tampoco se llevó a cabo un recuento inmediato de los menores.
La empresa no tenía tampoco medios alternativos de comunicación como emisoras y vehículos de apoyo lo que demoró en más de una hora la comunicación con los servicios de asistencia debido a la escasa cobertura telefónica existente en la mayoría del recorrido efectuado.