Según el portal inmobiliario Idealista, la okupación ilegal sigue siendo una de las mayores preocupaciones de los propietarios en España, sobre todo de los grandes tenedores de nuestro país, los cuales se quejan ya no solo de las tácticas que emplean para entrar en los inmuebles, sino también del dinero que exigen luego para abandonarlos.
Lo cierto es que las ocupaciones de vivienda en España mantienen su tendencia a la baja en el conjunto del territorio, presentando un descenso generalizado entre las diferentes regiones en los últimos años, desde 2020, cuando se aprobó la "instrucción antiokupas". Así, según datos del Ministerio del Interior, el pasado año (2023) las ocupaciones cayeron un 8,8% respecto a 2022, con 15.289 infracciones penales relacionadas con la usurpación o el allanamiento de inmuebles.
Pedir una pizza: una de las técnicas más utilizadas por los okupas
Pues bien, una de las técnicas más famosas que se ha ido asentando en los últimos años es la del 'truco de la pizza', el cual permite que los okupas dispongan de un ticket de compra antes de entrar en la vivienda, justificando así que están residiendo en ella y evitar el desalojo inmediato.
El modus operandi de los okupas es bien sencillo: cuando los okupas tienen claro que van a entrar en una vivienda en concreto, piden una pizza a domicilio con la dirección, esperan al repartidor en el portal y recogen el pedido con el ticket. Luego, pasadas 48 horas, entran en el inmueble y si suena la alarma o acude la policía por el aviso del propietario o de un vecino, enseñan el ticket para acreditar que llevan ya dos días en la vivienda e impedir así que les puedan desalojar en ese momento, pues el caso ya pasaría a los tribunales.
Este truco ya se popularizó en Cataluña en 2018
Tal y como afirman los expertos y responsables de COAPI, la técnica de la pizza ya se les ocurrió a los okupas en Cataluña en 2018, cuando salió la ley de desahucio exprés. Es un mecanismo conocido, pero es posible que ahora se esté extendiendo a otras zonas de España. Como decimos, a través del ticket, los okupas intentan demostrar que viven en esa vivienda y entonces no es un desalojo inmediato, porque la policía no tiene autoridad suficiente para actuar si no lo ve claro.
Al fin y al cabo lo que habla la normativa es de delito flagrante; es decir, si los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ven que se produce el delito. Pero una vez que se ha producido el delito y el okupa está dentro del inmueble, ya no se puede hacer nada, y además lo justifica con el ticket de la pizza. En estas situaciones, el caso ya pasa a manos de un juez para que lo analice.