Todos queremos ganar la Lotería, pero ¿sabemos lo que implica? ¿Realmente es bueno que nuestra cuenta acumule, de un día para otro, un montón de ceros a la derecha? La mayoría de nosotros contestaríamos con un rotundo sí, pero Adrian Bayford quizá no: su vida se fue a pique tras ganar el sorteo.
Adrian, de 47 años, tenía una vida de clase media, pero era feliz. Tenía mujer y trabajaba vendiendo discos en una tienda de segunda mano. Pero, de pronto, su vida dio un giro de 180 grados tras ganar, en 2012, en el Euromillones 148 millones de libras, o, lo que es lo mismo, 167 millones de euros.
El 'pobre' no ha tenido nada de suerte en el amor: su mujer le dejó, y su posterior novia y amante también
A pesar de que podía jubilarse ya, decidió seguir trabajando y abrir un nuevo negocio. Pero, desde que se convirtió en millonario, la empresa le ha ido de mal en peor.
Y no solo eso: su mujer y él se separaron 15 meses después de recibir el premio. ¿La razón? Ellos cuentan que se debió al "estrés" producido por lidiar con esa ganancia inesperada, recoge 'The Daily Mail'.
Ahí no quedó todo. Tras el divorcio con su ya exmujer, Adria se echó nueva novia, Samantha Burbidge, pero le acabó dejando en enero de este año. Adrian volvió a encontrar el amor con Lisa Kemp, pero también terminó abandonándolo en verano.
Inversiones fallidas
Adrián, padre de dos hijos y gran aficionado a la música rock, comenzó a vender vinilos y CD hace ya veinte años. Más tarde, abrió su tienda propia, la que hoy va tan mal.
Todo comenzó un día cualquiera, de 2012. Adrian iba paseando de camino al trabajo, y compró su billete ganador en un quiosco.
Su exmuer y él decidieron comprarse una mansión de estilo gregoriano en Haverhill por 6,7 millones de euros
Ganó y decidió cogerse unas vacaciones con su esposa e hijos después de recoger el cheque. Más tarde, decidió cerrar su tienda, pues alegó que estaba "harto" de aguantan a las personas que acudían a ella. Acordó venderla. La tienda fue cerrada poco después.
Seguidamente, su exmuer y él decidieron comprarse una mansión de estilo gregoriano en Haverhill por 6,7 millones de euros. Luego se divorciaron. Y Adrian continuó invirtiendo en propiedades, con el objetivo de crear su propio imperio de propiedades para alquilarlas.
Tras ganar la Lotería, Adrian se quedó sin trabajo, sin amor y sin éxito empresarial
Posteriormente, abrió una tienda de películas, música y recuerdos llamada Black Barn Records, en Cambridge, en abril de 2016. Pero no va bien.
Un comerciante cercano dijo que "la tienda ha estado funcionando durante un par de semanas, pero casi nunca veo a ningún cliente entrando. No parece estar ganando mucho dinero y estoy seguro de que probablemente nunca lo hará porque vender vinilos es difícil".
Vamos, que tras ganar la Lotería se quedó sin trabajo, sin amor y sin éxito empresarial. Esperemos que con el negocio de las propiedades le vaya mejor.