Recuperar el tiempo perdido entre padres e hijos, es el objetivo fundamental que llevó a la CEAPA (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos) a convocar con ayuda de los padres, la huelga de ‘los bolis caídos’. Ningún niño realizará deberes durante los fines de semana del mes de noviembre, para permitirles disfrutar del tiempo libre que durante la semana, por motivos laborales y extra escolares, no disponen.
Las reacciones no se han hecho esperar entre unas partes y otras. El Presidente de CEAPA, José Luís Pazos nos declara para Vozpópuli las intenciones que se esconden tras la huelga: “Los padres no somos policías, no queremos tener que estar regañando a nuestros hijos para que se queden encerrados en una habitación durante el fin de semana. Queremos disfrutar de ellos”.
A simple vista, parece una huelga llevada a cabo desde el arrebato. Una pataleta de padres que aspiran a afianzar la autoridad ‘arrebata’ en las aulas por el profesorado, según declara Pazos. “Los profesores no tienen competencia en el tiempo de las familias, no les corresponde apoderarse de nuestras decisiones fuera de las aulas”, recalca Pazos.
La ‘pataleta’ por parte de la CEAPA lleva años confabulándose, aunque la iniciativa siempre ha sido fallida. Los numerosos intentos de organizar la situación entre aulas y hogares, según señala Pazos, tiene claros responsables: “Para los sindicatos y la administración pública nunca es el momento, no nos dan prioridad, no han querido. Hemos tenido que coger nosotros las riendas y no esperar más. Ahora si es el momento”.
La otra parte en discordia, Francisco García, Secretario General de la Federación de Enseñanza de CCOO, responde a Pazos a través de Vozpópuli: “Es importante abrir el debate sobre los deberes. Hablar sobre su necesidad o no, sobre el volumen de los mismos o en qué cursos debe hacerse con mayor ahínco, pero no comparto la visión y la forma que le ha dado el presidente de la CEAPA a la huelga”.
Según apela García, el modelo de huelga que se está generando provoca la desautorización por parte de los padres al profesorado y resulta una consecuencia peligrosa, especialmente en un contexto de educación donde diariamente los profesores están expuestos a situaciones violentas y faltas de respeto dentro de las clases. El secretario de la federación añade: “Ceapa se está centrando en la consecuencia, en este caso los deberes, cuando el problema real de la educación en España es la causa: el modelo educativo”.
Francisco García, aboga por el buen entendimiento, especialmente tras conocer el nuevo Ministro de Educación, Iñigo Méndez de Vigo: “El nuevo Gobierno asegura que en unos seis meses se llevara a cabo un pacto educacional donde escucharán nuestras necesidades, las de CEAPA y las nuestras. No era el momento de crear una brecha entre nosotros, y de centrarnos en temas de importancia minoritaria en comparación con otros. Ahora es el momento de intentar conseguir cambios en la educación, juntos. Nuestras fuerzas deben ir enfocadas en esos objetivos y no desvirtuarnos”.
Algunos de los cambios a los que hace mención el secretario de la Federación aluden a la posibilidad de recuperar los 9 mil millones de euros recortados en educación, si volverán a conseguir tener los niveles de becas que el sistema educativo disponía en 2010- tras un recorte de casi el 60%- o si se volverán a regular las tasas universitarias.
Por alusiones, José Luis Pazos espera que la repercusión de la huelga sea positiva para posibles cambios en la gestión de la educación y ayude a determinar las competencias que les corresponden por un lado, al profesorado y por otro, a los padres.
