La Agencia Tributaria (Hacienda) trata día a día de luchar contra el 'dinero negro' de la que se conoce como economía sumergida, que es esa economía que comprende todas las actividades económicas que no se declaran ante el fisco y que, por lo tanto, se escapan de las cuentas oficiales de la Administración Pública.
Y es que según datos del sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, la economía sumergida supone en España más de 200.000 millones de euros, siendo de este modo más del 15% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
Hacienda mira estos movimientos con lupa
Con la intención de reducir este tipo de economía y el fraude fiscal, las entidades bancarias tienen la obligación de informar a la Agencia Tributaria de cualquier actividad que pueda parecer sospechosa. De ahí que cada vez estas entidades cuenten más con ingenieros matemáticos y de Big Data que crean modelos de predicción y de detección de actividades fraudulentas.
Entre las actividades que se consideran dudosas, el portal del Banco de España especifica qué actividades están dentro de esta categoría. Entre las más comunes, están:
- Transacciones con dinero en efectivo -ya sea ingresos o retiradas- que superen los 3.000 euros.
- Cobros de documentos (pagarés, cheques o letras) que también superen los 3.000 euros.
Persecución a los autónomos
Sin embargo, aunque exista la obligación de informar, esto no supone que la Agencia Tributaria investigue todas las actividades. En este sentido, quien sí están muy vigilados por Hacienda son los autónomos, especialmente en sectores donde los pagos en efectivo o transferencias son más frecuentes.
Hacienda establece un Plan de Control Tributario y Aduanero, que se trata de una resolución de 34 páginas en las que se recogen las principales líneas de actuación que tiene intención de impulsar la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) a lo largo de 2024, en el ámbito del control tributario, en diferentes sectores, actividades e impuestos.