Una marea morada ha vuelto a tomar las calles de Madrid en una gran manifestación presidida por un ambiente festivo, pero también muy reivindicativo, con la que han reclamado la igualdad real, en voz alta y con paso firme, han denunciado el machismo criminal y han defendido la vigencia del feminismo.
De las estaciones de Metro no paraban de llegar mujeres de todas la edades al centro de la capital mucho antes de la hora fijada para el arranque de la protesta, en la estación de Atocha y con varias cabeceras, en una de las cuales han participado las ministras del Gobierno, encabezadas por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.
El Paseo del Prado, Recoletos, la plaza de Cibeles, la calle de Alcalá, la Gran Vía y la plaza de España se han teñido del color morado de los globos, banderas, gorras, pañuelos y todo tipo de prendas que portaban las manifestantes, acompañadas por numerosos hombres que también se han sumado a su protesta reivindicativa.
Han sido decenas las consignas que han gritado durante todo el recorrido: "Madrid será la tumba del machismo", "Con traje o con cresta tu agresión tendrá respuesta", "Basta ya de justicia patriarcal", "Con ropa o sin ropa mi cuerpo no se toca", y muchas las referencias críticas a la sentencia de "la Manada".
Y las pancartas, también muy variopintas, han tenido como objeto todo tipo de denuncias, algunas destinadas a líderes políticos, como una en la que se podía leer: "Ya está Casado poniéndonos a parir".
Entre el ruido de tambores, bailes, y mucha, mucha animación, las manifestantes han exhibido carteles con lemas espontáneos como "Lo contrario a ser feminista es ser gilipollas", "Somos el grito de las que no tienen voz".
"Mi abuela luchó, mi madre luchó, ahora lucho yo", rezaba una pancarta que portaban las integrantes de tres generaciones de una misma familia.
La madre explicaba: "Hay que seguir educando a las hijas e hijos en los valores del feminismo, y más en estos tiempos en que hay partidos como Vox que quieren resucitar el machismo".
Otra joven, llamada Lucía, ha acudido "orgullosa" de que su novio la haya acompañado y ha defendido que la mujer "asume más riesgos en la vida" que el hombre, desde "parir" hasta "enfrentarse al machismo patriarcal".
Sandra, estudiante de 20 años, ha apuntado que la marea morada "tiene que ser imparable. No pedimos más, sólo poder ser mujeres".
Y no han faltado mensajes de apoyo a la situación que padecen mujeres en países donde no tienen reconocidos sus derechos, como Irán.
Mientras avanzaba lentamente la marcha al incansable ritmo de las consignas, con las calles completamente colapsadas, la fachada del Ayuntamiento de Madrid y la propia fuentes de Cibeles se han iluminado de color morado.
Hasta nueve ministros del Gobierno han asistido a la manifestación: Siete ministras (Carmen Calvo, Isabel Celaá, Nadia Calviño, Dolores Delgado, Magdalena Valerio, María Luisa Carcedo y Reyes Maroto) y dos ministros (Luis Planas y Fernando Grande-Marlaska).
Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, les ha acompañado al frente de una pancarta desde la que han gritado consignas, han bailado y saltado al son de los cánticos de las manifestantes.
Entre las dirigentes políticas que se han sumado a la concentración estaban Irene Montero, de Podemos, e Inés Arrimadas, de Ciudadanos, mezcladas en la oleada de manifestantes, que han tenido muchísimos problemas para avanzar en el recorrido desde Atocha hasta la plaza de España por la gran afluencia.
Escenas parecidas se han vivido hoy en muchas otras capitales españolas donde se han celebrado multitudinarias manifestaciones, con el mismo talante festivo y reivindicativo que la de Madrid.