Como la Hidra de Lerna de la mitología griega, que poseía la virtud de regenerar dos cabezas por cada una que perdía, la mafia georgiana especializada en desvalijar viviendas que ha sido desarticulada en distintas localidades con la detención de medio centenar de sus miembros, ya lo había sido en 2015 en una operación similar a la ahora desarrollada, pese a lo cual había vuelto a activarse.
La operación Aikon II desarrollada días atrás se ha saldado con la detención de 50 personas que formaban parte de nueve células que actuaban fundamentalmente en Madrid, Barcelona, Málaga y Sabadell. El máximo responsable o ‘ladrón en ley’ era Spartak Djaparidze, que consiguió eludir la operación policial y contra el que se ha dictado una orden internacional de detención, pero no así su número 2 o coordinador, Edisher Meshveliani, detenido en Sevilla, del que dependían tres controladores, responsables, a su vez, de dirigir nueve células integradas por entre tres y ocho personas, que eran las encargadas de desvalijar las viviendas. Estas células contaban con el apoyo de otros miembros encargados de facilitarles el material necesario para cometer los robos, buscar infraestructura (pisos y vehículos) y proporcionar documentaciones falsas.
La operación ahora desarrollada es continuación de otra llevada a cabo en julio de 2015 que se saldó con la detención de 48 personas
Los golpes los perpetraban por lo general en grupos de cuatro, de modo que dos vigilaban en las inmediaciones de la vivienda y los otros dos entraban en ella sin forzar las puertas. Valiéndose de ganzúas y de una herramienta conocida como magic key, que permite abrir una puerta acorazada en minutos, penetraban en los domicilios aprovechando la ausencia de sus propietarios y sustraían preferentemente joyas que después vendían en establecimientos de compraventa. En concreto, se han detectado tres en el Paseo de Extremadura, en la calle Carretas y en la Plaza de Canalejas. En otras ocasiones las enviaban fuera del país a través de empresas de mensajería o con correos humanos. La Policía los considera responsables del 60% de los robos en domicilios cometidos en Madrid. La organización contaba también con una caja común denominada ‘obshchak’, a la que todos los miembros debían aportar parte de sus ganancias. El dinero de esta ‘hucha’ era destinado a atender las necesidades de los integrantes de la organización que estaban presos o las de sus familias, así como a pagar abogados.
La operación ahora desarrollada es continuación de la llevada a cabo en julio de 2015, Aikon, que se saldó con la detención de 48 personas, entre ellas el entonces considerado ‘ladrón de ley’, Zviad Darsadze, que había salido de prisión tras ser detenido en 2010 en la Operación Java, y que fue la primera persona que comenzó a reclutar georgianos que llegaban a España para integrar células de desvalijadores de viviendas. En su caso, su mano derecha era Archil Giorgiobani. Al igual que ha ocurrido ahora, los detenidos integraban distintas células operativas que actuaban por todo el territorio nacional, sobre todo Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco y Cataluña, y que seguían el mismo modus operandi de las ahora desmanteladas. Los que entonces consiguieron eludir la acción policial salieron de España y fueron sustituidos fechas después por otros de la misma nacionalidad que volvieron a poner la organización en marcha.
Spartak Djaparidze, máximo responsable o "ladrón en ley" consiguió eludir la operación policial, pero no su número 2 Edisher Meshveliani
Fuentes de la Fiscalía Anticorrupción, que ha coordinado las operaciones con el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, la Brigada Provincial de Policía de Madrid y la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) manifestaron a este diario que la presencia de la mafia georgiana en nuestro país se remonta a 2005, cuando se detectó la presencia en la zona de Alicante de varios ‘ladrones en ley’ como Kalashov, Tiurin, Izgiloz y Gogia, y de Oniani en Barcelona. Todos ellos residían en nuestro país como zona de retaguardia de sus actividades delictivas, sólo Oniani se dedicaba al tráfico de drogas y disponía también de varios negocios empresariales del sector de la hostelería y la construcción, en los que empleaba a la inmigración georgiana que llegaba a España. Algunos de ellos eran ‘desviados’ después para actividades delictivas. La policía llevó a cabo entonces la Operación Avispa, en la que participaron más de 400 agentes, que se desarrolló en Barcelona, Castelldefels, Málaga. Marbella, Fuengirola, Benalmádena, Torremolinos, Alicante, Orihuela, Benissa y Altea. Al menos 13 de los 28 detenidos fueron localizados en Barcelona, donde la mafia tenía implantada una red para el blanqueo de capitales. Hubo 41 registros en domicilios particulares, empresas y despachos profesionales, y se bloquearon 800 cuentas distribuidas en 42 entidades bancarias de todo el país. Zakhar Kalashov, uno de los principales objetivos de aquella operación, consiguió escapar, pero fue detenido en mayo de 2006 en Dubai (Emirato Árabes Unidos) y extraditado a España.
Remesas de dinero.
Cinco años después, en 2010, se detectó la llegada a nuestro país de remesas de dinero procedente de actividades delictivas en otros países como Irlanda, Austria, Suiza, Suecia, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Francia, Italia y Turquia, que iban a engrosar una caja común o ‘obschack’ en Barcelona. El responsable de gestionar dicha caja era Zviad Darsadze, a las órdenes del ‘ladron en ley’ Kakhaber Shushanashvili, que fue detenido. A partir de ese momento sería Darsadze quien desde su vivienda en Alcobendas comenzaría a controlar a ladrones de casas que darían lugar a la ya citada operación Aikon. “No son grandes robos –dice una fuente de la Fiscalía Anticorrupción-, pero sí son constantes”.