La sobremesa es una de las tradiciones más extendidas al hablar de los españoles y su paso por bares y restaurantes. Es difícil imaginarse a una familia o grupo de amigos que, después de disfrutar de una buena propuesta culinaria, no se quede un buen rato en su misma mesa café en mano poniéndose al día de todas las novedades y echando unas risas. Igual de interiorizado que el tapeo, es difícil renunciar a esta tradición, pero ahora numerosos bares y restaurantes ponen impedimentos: una nueva norma que reduce el tiempo de sus comensales y clientes en sus establecimientos.
El motivo por el que estos restaurantes deciden tomar medidas es la baja rentabilidad de esta práctica para sus negocios, de lo más satisfactoria para sus clientes pero poco fructífera para ellos. En ocasiones, el tiempo dedicado a la sobremesa es incluso mayor al del consumo, sin mencionar el hecho de mantener una mesa ocupada e impedir que entre un cliente nuevo. Por ello, implementan tiempos y límites, eliminándo así la sobremesa del mapa. Y es legal.
De 40 a 60 minutos
Aunque muchos clientes se muestren molestos ante la iniciativa, lo cierto es que estos bares y restaurantes tienen todo el derecho a poner límites al tiempo de sus comensales. Eso sí, cumpliendo un único requisito: informarlos de manera previa y claro de esta norma. Así, no sería correcto que estos ya se encuentren en la mesa, comiendo y disfrutando, y alguien del personal del establecimiento llegase de improvisto para avisarlos de que deberían irse.
Pero las limitaciones no son las mismas para todos: se establecen en función de las consumiciones. Así, una empresa ha dado el paso y ha hecho públicos los tiempos manejados en su bar. Estas son las cuatro condiciones establecidas por el espacio:
• Un café: 20 minutos.
• Una cerveza: 25 minutos.
• Un refresco: 35 minutos.
• Un bocadillo: 40 minutos.
El teletrabajo, la raíz de la medida
Los establecimientos que optan por implantar esta nueva medida señalan la expansión del teletrabajo como una de las principales causas y motivos de esta iniciativa. Con la idea de trabajar en un lugar seguro y apropiado, muchos comensales acuden a bares y restaurantes que no están preparados para cubrir este tipo de servicio. Así, tras pedir tan solo un café o una consumición mínima, estos pueden pasar horas en las mesas usándo sus ordenadores y teléfonos móviles.
La medida puede causar controversia, pues lo cierto es que, además de resultar una molestia para aquellos clientes que tan solo quieran disfrutar junto a amigos y familiares, es fácil pensar que 'pagan justos por pecadores'. Por el mal uso de un establecimiento de unos pocos, la política entera del establecimiento queda modificiada, y es que cada vez es más sencillo encontrar un bar destinado para aquellos que buscan teletrabajar, preparado para ello y sin límites de tiempo.
