Margarita Robles resiste y lo hace llevando la ley por bandera, la misma que impide a todos los del CNI defenderse porque ni es su función ni es su trabajo. Mientras todos se tiran los trastos a la cabeza pidiendo que rueden cabezas sin tener a mano toda la información porque la ley de secretos oficiales lo impide, seguimos padeciendo a algunos espías que no han dejado a títere con cabeza. Y lo grave es que algunos se empeñan en pedir dimisiones en lugar de hacer un frente común para atajar a quienes ponen en riesgo nuestra seguridad. Más que una comisión de investigación parlamentaria sería necesaria una investigación desde el CNI y desde la Justicia para dilucidar qué ha fallado.
Pablo Iglesias desde su tribuna mediática, La Base, también resiste los embistes que le propinan algunos medios, porque cuando él apunta, también lo hace al más débil, en este caso a quien humildemente aquí expone sus opiniones cada semana. Pongamos el foco en lo importante que a veces se nos va de las manos. Gracias por leerme, Pablo Iglesias, por mencionarme en tu programa, estaré encantada de participar en vuestros debates para exponer mis valoraciones periodísticas que no están sujetas a ningún partido político, que son libres, que no le pertenecen ni a la izquierda ni a la derecha, que son mías, que defiendo el periodismo con pasión y el servicio público que presta, al igual que la política quizás como tú no defendiste cuando pudiste hacerlo, porque no todos tienen presente lo que significa el servicio público.
Por mucho que en el ámbito parlamentario nos gusten las comisiones de investigación para darnos visibilidad –a los políticos y a los periodistas- quizás lo que todos deberíamos exigir –por nuestra seguridad- es que los jueces actúen
Ojalá pudiera seguir escuchándote en el Congreso porque tu visión y tus aportaciones enriquecen nuestra democracia. Yolanda Díaz está dejando el listón bien alto, en las formas y en el fondo. Me has mencionado en tu programa, aunque para mal, pero me honora que lo hagas, me mencionas tú, también lo hizo Albert Rivera en uno de sus libros, Cristina Cifuentes en otro, muchos independentistas no me pueden ni ver –aunque como catalana me quiero a muchos amigos indepes-, pero aquí nadie entiende que estamos en un país en el que se deberían respetar todas las opiniones, todas, como lo hacen desde este medio en el que escribo. Sin vetos.
Nadie me ha vetado, ni cuando he trabajado directamente para partidos que estaban en aquel momento gestionando los medios en los que participaba. Te sorprenderías. Francamente, la relación entre políticos y periodistas es digna de estudio en este país. Como digno de estudio es el berenjenal que tenemos montado por el espionaje. No conozco a Margarita Robles pero le honra también defender como ha hecho a sus colaboradores directos y recordarnos que “Todo está en la ley y en las normas”, recordarnos que sin información –que es evidente que poca tenemos, tan solo la de The New Yorker y The Guardian- no podemos pedir que rueden cabezas porque a lo mejor las que ruedan no son las de los responsables. Por mucho que en el ámbito parlamentario nos gusten las comisiones de investigación para darnos visibilidad –a los políticos y a los periodistas- quizás lo que todos deberíamos exigir –por nuestra seguridad- es que los jueces actúen, que se investigue hasta el último detalle qué ha pasado y que se trabaje para que ni el teléfono de Iglesias, ni el de Robles, ni el de Pedro Sánchez, ni Pere Aragonés sean espiados, ni el mío ni el de ningún periodista.
No sé qué más nos puede pasar pero la política puede hacer una gran demostración de para qué sirve, si para resolver problemas o para generarlos
La información es poder y ya son muchos los que se preguntan qué se hará con todo lo que Pegasus ha succionado. Mientras no salga nada referido al ámbito privado de los 'pinchados', que se sepa lo que se tenga que saber. Quiero pensar que nuestros servicios secretos nos protegen frente a todo tipo de amenazas. Estamos sumidos en la legislatura más convulsa, con una pandemia, una guerra y ahora un episodio de espionaje masivo sin precedentes- No sé qué más nos puede pasar pero la política puede hacer una gran demostración de para qué sirve, si para resolver problemas o para generarlos.
Algo nos une Pablo, somos padres de gemelos, lo mejor de nuestra vida, lo más importante sin duda, luego está lo banal y es que tanto a ti como a mí nos gusta provocar. Gracias por mencionarme, aunque sea en modo crítica, creo en el periodismo en mayúsculas, sin redes clientelares. Me encantaría seguirte viendo en el Congreso –desde donde algunos periodistas creemos que se pueden cambiar las cosas- más que escucharte en La Base. Pese a todo, creo que tu visión del mundo, tus aportaciones en tu programa son la base para una democracia sana en la que todos podemos opinar siendo respetados por ello. Cuídense, Pablo tú también.