Al olvidar objetos personales, bolsas de la compra o documentos de identificación y de valor, los usuarios de supermercados y comercios suelen preguntar al personal del lugar, y quedarse tranquilos si son ellos los que han encontrado el objeto perdido. Pero este caso es diferente. Un empleado de una conocida cadena ha utilizado la tarjeta de una clienta para hacer más de 50 compras, -concretamente 52 compras-.
El pasado mes de febrero, la clienta dejaba olvidada su tarjeta de crédito en el establecimiento. Tras llamar por teléfono y preguntar si el personal había encontrado el objeto, uno de los gerentes le aseguró que estaba la tarjeta estaba en buenas manos y bien custodiada. La mujer, tras quedar tranquila y pensar que estaba a buen recaudo, tardó un mes en ir a recogerla por motivos de enfermedad, y fue este periodo de tiempo el que el trabajador aprovechó para utilizarla y hacer compras menores de 50 euros -ya que así no es necesario el código PIN-.
El empleado recurre su despido
Tras poder ver los distintos cargos de la tarjeta en el último mes, la investigación se puso en marcha, no sin antes defenderse el empleado del supermercado. Este afirmaba que dos personas más podían haber tenido acceso a la tarjeta, estrategia que no le funcionó: se comprobó que ninguna de ellas puedo hacerlas. Además, una compra en concreto destacó sobre el resto: el repostaje de gasolina para la motocicleta del trabajador acusado.
Tras todo este proceso, la empresa despidió al trabajador, decisión que recurrió y que El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de La Rioja ha rechazado. La visualización de varias grabaciones en las que el gerente pagaba con la tarjeta en carnicerías, perfumerías y un restaurante han sido clave para que el despido haya sido considerado procedente.