El mismo perro con distinto bozal. La banda de los Dominican Don't Play (DDP) compartía los mismos métodos de financiación que sus rivales eternos los Trinitarios. Los robos y el menudeo de droga se les quedó cortos y decidieron contratar hackers para beneficiarse de las estafas virtuales. Por el camino van dejando vidas arruinadas y no solo la de los menores que deciden inmolarse por su causa. La Policía Nacional ha identificado, por el momento, a noventa víctima de esta organización criminal que tendrán que pagar los créditos, algunos de hasta 30.000 euros, que solicitaron los pandilleros a sus nombres en las sucursales bancarias.
¿Por qué las víctimas tendrán que pagar por créditos que no solicitaron? La respuesta se encuentra en el contrato que firmaron con sus bancos. En ellos se especifica que están validadas todas las operaciones en las que ellos mismos usaron su contraseña privada. En este caso también, aunque hayan sido forzados en una estafa de los Trinitarios. De momento hay 90 víctimas y podrían ascender con el avance de las diligencias. En total consiguieron defraudar una cantidad cercana a los 700.000 euros. Los pandilleros solicitaron créditos que oscilaban entre los 20.000 y los 30.000 euros. Muchos de los damnificados son personas mayores. Algunos no están puestos en el uso de las nuevas tecnologías.
La 'Operación Mate-Verdeon' tuvo como punto de inicio las investigaciones que culminaron el año pasado con el desmantelamiento del sistema financiero de los DDP. Los agentes de la Brigada Provincial de Información descubrieron el nexo en común de los Trinitarios con sus máximos rivales.
Información y la Unidad Central de Ciberdelincuencia unieron sus caminos con un objetivo claro: acabar con el grifo de ingresos de esta banda. Descubrieron que detrás de todo este entramado estaba el 'Suprema' (jefe) del coro de Orcasitas. Un joven de 20 años que llevaba más de cinco integrado en los Trinitarios. Acumulaba antecedentes e identificaciones.
Contratados por Telegram
También estaban implicados su lugarteniente 'Guerrero', el encargado de organizar las caídas sobre los rivales, y el responsable de imponer castigos a los menores que incumplían la disciplina de la banda. El jefe de los Trinitarios contactó con dos hackers a través de grupos privados de Telegram. Así fue como adquirió la base de datos de clientes de oficinas bancarias para perpetrar las estafas. "Las comunicaciones encriptadas les ayudan y roban las informaciones cuando encuentran debilidad por la vulnerabilidad de los bancos", afirman fuentes de la investigación.
Los delincuentes cibernéticos crearon un software específico, conocido en el argot como “paneles”, en el que monitorizaban en tiempo real los datos bancarios privados de las víctimas. Estas personas, tras clicar en el enlace malicioso previamente recibido vía SMS, introducían en la página fraudulenta que simulaba a la entidad financiera de la que eran clientes.
Estos mensajes eran enviados de forma masiva a listados de clientes de esa financiera. En ellos les alertaban de un supuesto problema de seguridad en su cuenta que podrían solucionar a través del enlace fraudulento que le enviaban.
De este modo lograban que introdujeran sus credenciales de acceso en la página a la que eran dirigidos, de similar apariencia a la web real de su entidad. En ese mismo momento, los cibercriminales monitorizaban las credenciales de acceso desde el referido panel. Llegados a este punto, se introducían al portal online de la financiera con las credenciales de las víctimas y solicitaban préstamos de concesión inmediata, así como vinculaban las tarjetas de los afectados al monedero virtual del que disponen sus teléfonos.
Así pagaban los Trinitarios
Una vez tenían las tarjetas de terceros vinculadas acudían a diversos centros donde compraban cupones de criptodivisas que eran canjeados en la wallet de uno de los miembros que controlaba esa cartera virtual como “caja común” de la organización. Así hacían frente a los gastos habituales del grupo -compra de sustancia estupefaciente, financiación de reuniones y fiestas de la banda latina, compra de armas y pago de abogados o envío de dinero a miembros en prisión para sufragar sus gastos-. Igualmente contaban con una extensa red de mulas que utilizaban para recibir dinero de las transferencias bancarias y sacarlo a través de cajeros automáticos.
Otro de los sistemas que empelaban para monetizar el contenido de las tarjetas bajo su control era la contratación de Terminales de Punto de Venta (TPV) a nombre de empresas ficticias de comercios online de productos de cosmética, realizando ellos mismos falsas compras.
Así, los Trinitarios compraron cada "panel" por una cantidad que oscila entre los 500 y los 1.000 euros. Cada uno de ellos tenía los datos de un millar de personas. El 1,5% caía en las redes de esta estafa. Con el paso de los días esa información perdía valor y después la revendían por un precio que oscilaba entre los 200 y los 300 euros. También estaban ligados los coros de Almendrales, Vallecas y Alcorcón, según afirman a Vozpópuli fuentes de la investigación.
Ostentaban tener mucho dinero
La Operación de la Policía Nacional finalizó con la detención de 40 personas. Una quincena eran miembros de esta banda. Todos ellos están acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa bancaria, falsificación documental, usurpación de identidad y blanqueo de capitales. Los líderes del coro hacían una gran ostentación de bienes. Ésta era una forma de captar a nuevos miembros para los Trinitarios.
El retorno económico restante era enviado a cuentas bancarias en el extranjero y también era utilizado en la compra de inmuebles en República Dominicana, estando actualmente localizando todos los bienes a través de los mecanismos internacionales de cooperación policial para la localización y recuperación de activos y bienes procedentes del delito.
Los agentes de Información advierten de que esta operación da en el corazón de la financiación de los Trinitarios pero no es un golpe mortal. Siguen usando el menudeo de drogas y los robos para obtener beneficios. Estos últimos delitos también les sirven para intimidar en su territorio y controlar el barrio.
AliasJosechus
La estafa bancaria vía internet típica, pero con acento latino y mafioso. Aquí les dejo otra más gorda y en l que cae cualquier español en cuanto nace, y también deberá pagarla o pa#rla al siguiente, "Según el último dato publicado, la deuda per cápita en España en 2022, fue de 31.556 euros por habitante, luego sus habitantes están entre los más endeudados del mundo"