Más que un recorte es una amputación, pero no por abrupto puede decirse que el ajuste no se veía venir. La inminente reducción de 16.000 millones de déficit dejaba poco a la imaginación sobre por dónde comenzaría el Gobierno a podar el gasto. La cultura pintaba como el primero y más atractivo de los tallos.
Hace casi 20 años, en 1992, cuando se celebraba la Expo de Sevilla, la inversión del Estado en cultura era de 65.481.000.00 pesetas, el equivalente a 393.548,74 millones de euros. En 2008, la inversión pública subió a 1.220, 43 millones de euros. Es decir, en 20 años, la inversión se cuadruplicó.
Aparecieron museos, auditorios, centros de arte -algunos de ellos...¿necesarios?-, centros culturales, publicaciones, ciudades de la cultura y las artes -muchas con sobreprecios de hasta 300 millones de euros-, bienales de arte, festivales de música, festivales de cine, algunos de los 1.500 premios literarios financiados por ayuntamientos, y se generaron muchos de los actuales 600.000 empleos directos que hoy mueven al sector. En tan sólo 20 años se puso en marcha todo un aparato cultural casi tan voraz como lo fue en su momento el ladrillo.
Al examinar el patrón de gasto público de los últimos cuatro años, comprobamos cómo la inversión que se cuadruplicó en dos décadas, se desploma cuatro veces su valor en apenas cuatro años. Después del ajuste de 485 millones asignado para el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes anunciado en el primer consejo de Ministros del 23 de diciembre de 2011, la situación se vuelve desoladora.
Una vez incluido este recorte, el presupuesto estimado para Cultura en 2012, sufriría un importante hachazo que lo dejaría por debajo de los 780 millones de euros ya estimados, es decir, una cifra cercana a la de comienzos de los noventa, por no decir inferior. Ya no se trata sólo de vacas flacas, sino de una especie de Déjà vu. Del atracón cultural al punto de partida, sin lección ni moraleja de por medio.
Las comunidades autónomas pierden, en promedio, un 40% de presupuesto
Sin embargo, las cifras son mucho más claras si se miran en términos de productos, no de dinero. Las cosas han empeorado no para uno, sino para todos los sectores en general. El número de de rodajes de películas ha pasado de los 58 que arrancaron en el primer trimestre de 2011, a los 21 en el mismo período de 2012.
Según el Observatorio de la Cultura, Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia ocupan desde hace tres años consecutivos las ciudades más apreciadas culturalmente por expertos en el tema y sin embargo, desde 2007 la Bienal de Valencia, uno de los atractivos culturales de la capital, tuvo que cerrar sus puertas por deudas y el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) ha perdido más del 40% del presupuesto (de 14,4 millones a 8,6 millones). La mostra de cine de Valencia también bajó la persiana el año pasado.
Andalucía, una de las comunidades autónomas que más invertía en cultura, está observando cómo dos de sus grandes proyectos de la élite culturelle se mueren de anemia. Se trata, primero de la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla, obra de Juana de Aizpuru, cuya última edición se realizó en 2010 con un presupuesto de unos 2,5 millones de euros, de los que aproximadamente un 50% procedía de fondos públicos.A ése le sigue El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, CAAC, que desde 2010 dirige Juan Antonio Álvarez Reyes, ha visto perder un 40%, su presupuesto.
En Castilla y León la situación no es menos esperanzadora, el Museo de Arte Contemporéno de León, pensado como un referente modernizador, hoy está vacío y con prácticamente nada de programación. Eso, sin contar, por ejemplo, que el Museo de Arte Moderno de Esteban Vicente, dependiente de cuatro instituciones públicas y una privada, ha sufrido un recorte en su presupuesto (1.109.000 euros) del 30%.
El teatro no ha tenido mejor suerte que otros sectores. El Liceu ha pospuesto el ERE previsto entre sus trabajadores, quienes ya habían puesto en marcha huelgas escalonadas durante la temporada en algunas funciones como La Bohème. Además, el coliseo ha hecho agresivos recortes de programación, nóminas y presupuesto de producción
El Teatro Real de Madrid ha aplicado la previsión de reducción de presupuesto pactada con el antiguo Ministerio de Cultura, que supone un 10%. Las cuentas de 2012-2013 tienen una cuantía de 46.396.374 euros, por lo que la institución ha decidido apostar por repertorio en lugar de montajes excesivos: 14 óperas y 4 ballets.