Cultura

El francés David Guetta no admite medias tintas, lo aman o lo odian

No es un músico, sino todo a la vez: productor, dj, celebrity y actual rey de la escena musical mundial. Algunos le adoran; otros le detestan.

Desde que desde se reveló su nombre como parte del cartel  del Festival de Benicassim, los más puristas pusieron el grito en el cielo. Guetta es un jeta llegó a escribir la española GQ, como irónica parodia de la guerra que se formó en Twitter.  ¿Qué pasa con Guetta? ¿Quién es este producior y Dj que enloquece con sus melodías a todos los nacidos después del 85 y que a su vez despierta la antipatía de melómanos y entendidos?

Quizás uno de los eventos por los cuales el francés sea más conocido son sus fiestas 'Fuck Me I´m Famous', que han revitalizado una vez más Ibiza. La llegada de Guetta en 2003supuso no sólo un nuevo esplendor musical para la isla, sino también para su repertorio de VIP. Porque si algo cracateriza a David Guetta es que ha triunfado donde suelen fracasar, por ejemplo, Estados UNidos, un mercado normalmente reacio a la electrónica  y que hasta la llegada de este icono del dance veía los loops como un mal hábito eurotrash (a pesar de que entre Detroit y Chicago se inventaron dos pilares básicos como el House y el Techno).

El priemr exitazo de Guetta surgió, justamente, en Ibiza, cuando invitó a cantar a Will I. am sobre una de sus base en una fiesta, en 2008. A raíz de ese momento, al líder de los Black Eyed Peas decidió contratar al francés para producir The E.N.D., el siguiente disco de su grupo. El éxito fue apabullante: 15 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. La mano de Guetta se notó especialmente en 'I Gotta Feeling'. A partir de ahí, (y también con la ayuda de inestimable de Lady Gaga) la música comercial americana abandonó las bases del Hip-hop y abrazó el lado la electrónica.

Algunos hablan de David Guetta como un hombre hecho a sí mismo. Comenzó a pinchar en los años 80 en discotecas de París. En los 90 se volvió un empresario de la noche. Dirigía varios clubs y a principios de los 2000 decidió dejarlo todo para convertirse exclusivamente en productor y DJ. Según algunos medios especializados, su técnica es impecable y su competencia está más que demostrada.  Al menos así lo demuestran las críticas favorables de su sesión en el Rock In Rio de Madrid de 2010.

Para otros, sin embargo, las sesiones de Guetta pecan de comerciales, sus vídeos de machistas -por ejemplo Sexy Bitch- y su propuesta artística demasiado estrambótica: vestirse como payaso, para venderse al mejor postor. Palabras más o menos, sigue siendo el productor que todo cuanto toca lo hace relucir cual oro, quizás de ahí, el puntito hortera -pero igualmente lucrativo- de su falta de gusto.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli