Tanto los problemas financieros de Bankia como el nuevo plan que ahora será aplicado sobre la entidad tendrán consecuencias directas sobre la obra social de las cajas que la integran. No existe dinero suficiente para dotar la obra social pero tampoco es posible, a mediano plazo, contar con más recursos, lo que obligaría a establecer un mecanismo distinto o a replantear la actividad de las obras sociales, hasta ahora distintivos de las cajas de ahorro españolas.
La consecuencia más directa y grave que atraviesan en este momento las cajas que integran Bankia radica en que debido a su situación, el Banco Financiero y de Ahorros hace que la entidad carezca de fondos para aportar a la obra social de las siete cajas de ahorros que fundaron el grupo. Las cuentas registradas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores muestran que BFA, como sociedad individual, tuvo pérdidas de 439,3 millones de euros en 2011. Eso ha imposibilitado a BFA repartir dividendos a las siete cajas de ahorros que forman parte de su accionariado y que estas, a su vez, necesitarían para realizar aportaciones a la obra social.
"Al no tener BFA ni beneficios ni dividendos, no habrá fondos generados por el negocio financiero que destinar a obra social".
Esta situación se agrava con la nacionalización. A diferencia de otras fusiones en las que los bancos que absorbían a las cajas se comprometían a mantener la obra social, en Bankia se suponía que con la nueva estructura, las cajas, que quedaban como accionistas de BFA, recibirían dividendos de esta entidad para destinar a su vez el dinero a dotaciones a la obra social.
Al no tener BFA ni beneficios ni dividendos, no habrá fondos generados por el negocio financiero que destinar a obra social. Además, esa situación se perpetuará con la nacionalización. Al perder las siete cajas o ver reducida a su mínima expresión su participación en BFA, ya tampoco recibirán dividendos (o solo de una muy pequeña) en el futuro, incluso suponiendo que la entidad enderece su rumbo y vuelva a ser rentable.
Los proyectos que más sufren
La Obra Social de Caja Madrid ha llegado a ser de las más prósperas en lo que a patrocinio cultural y trabajo social se refiere. EN su momento llegó a ser la segunda más importante por detrás de La Caixa. En el año 2007 tuvieron su presupuesto más alto con un total de 252,6 millones de euros.
Sin embargo, con el agravamiento de la crisis, sus números comenzaron a adelgazar. En sólo tres años, la dotación para la obra social se ha reducido un 84%. En 2012, Caja Madrid redujo pasó de los 80 millones del año anterior hasta 40,6 millones. Fue la más baja al menos desde 1992. Ahora la situación es incierta.
Proyectos asistenciales, de atención social y sanitaria, así como de cooperación, integración e interculturalidad han visto visiblemente reducidas subpartidas y quedan en el aire proyectos como La Casa Encendida.
Ésta es un centro cultural multidisciplinario cuya programación de conferencias, muestras y conciertos atrajo a 734.864 personas. Además, la acción social y la cultural, la obra de Caja Madrid también incluye la educación (con becas y centros de estudios) y el medio ambiente. En Barcelona, es Espai Cultural el centro en el que la entidad realiza sus actividades culturales.
A eso debe sumarse además la acción de la Fundación Caja Madrid que tiene un intenso programa de exposiciones conjuntas con otras instituciones como el Museo Thyssen, así como ciclos de música, una potente colección de arte español, un programa de apoyo al arte joven, llamado Generaciones, así como otros proyectos de incentivo a la creación juvenil.