Si vas a escribir algo muy rápido, que sea un libro de 250 páginas. Cuanto más breve, más lento. La brevedad requiere tiempo para recomponer el equilibrio. A los aforismos escritos a la carrera se les nota la falta de resuello y el desfondamiento. Con el tiempo, al ingenio se le desprende la «in», aunque se le quede la gracia. Con la prisa, el «in» se impone, invasivo. Naturalmente, esto no habla contra nadie, sino contrarreloj, esto es, contra mí.
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Cada vez que me arrepiento de haber hablado extemporáneamente, me consuela pensar que también me arrepentiría de haber callado, con la vergüenza añadida de haber sido un cobarde. **** Le echan tanta estrategia y marketing a la cuestión que la sepultan. **** Qué incómodos y, por tanto, performativos son quienes nos invitan a salir de nuestra zona de confort.
Sin Dios, me tendría que conformar con el paganismo. Yo, ateo, ni por pienso. **** Hay una poesía menor: la que llena los corazones. **** Mis escritos salen del taller de Rubens: algo oído en una conversación, me da un párrafo; una confesión, un aforismo; una idea, una imagen… A veces –y no son las peores– no pongo más que el oído y la firma. **** Los pueblos que no conocen su historia están condenados a no repetir sus horas más gloriosas.
El secreto de confesión, por lo visto, también se regala al penitente. Con qué asiduidad los que no practican la confesión sacramental se empeñan en contarnos con todo lujo de detalles sus miserias pasadas. **** Si no queda otro remedio, cuéntame tus miserias pasadas, vale, pero, por piedad, no lo hagas presumiendo. **** En una aglomeración de personas (concierto o manifestación o feria o Semana Santa), un movimiento de masas te arrastra y te lleva a la esquina a la que no querías ir o te inmoviliza o te empuja hacia atrás. Las modas hacen lo mismo. **** Resulta que los realistas, al revés de lo que quiere el tópico que nos retrata rancios y resignados, nos reímos resueltamente de los reveses que arrea la realidad a los rabiosos idealistas a cada rato.
Quien me baja los humos me devuelve a mi hoguera
Usted, sí, usted, es un icono (Gen 1, 27). **** Quien avisa no es traidor y el género «ensayo» lleva preventivamente el pronombre de la primera persona del singular en su nombre. **** El que trabaja en casa se pasa el día levantándose a despedir y a recibir al resto de la familia, que entra y sale sin descanso. Ha de hacer ostentosas demostraciones de alegría o melancolía, según vuelvan o se vayan. A veces los sentimientos se solapan, si uno entra cuando el otro sale. Entonces me fijo en la perra, que cumple a la perfección milimétrica sus saludos y despedidas, y la admiro.
Fíjense ustedes mismos en cualquier persona de su elección: qué cara de inteligencia cuando lee; qué cara boba ante el móvil. **** Caín, fundador de ciudades, también lo fue del liberalismo con esta declaración institucional: «¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?» **** Quien me baja los humos me devuelve a mi hoguera.
Los acreedores de mi deuda impagable con mi padre son mis hijos. **** Honor se escribe con hacha. **** Nunca doy «mi palabra de honor» por odio a la redundancia. **** Escribo para mi cámara de eco con la intención de hacer música de cámara. **** La tolerancia no es ningún tipo de idea nuestra, sino nuestra actitud hacia las ideas de los demás. No consiste en tener un pensamiento débil, como creen muchos que lo tienen (y que quieren imponerlo por la fuerza).
Otro acto conyugal es dormir juntos: acto sacrificial, que multiplica por dos las malas noches y divide las buenas. **** Los pecados más bobos consisten en complacerse en provocar el pecado en el prójimo, ya sea la lujuria (como hace el procaz) o la envidia (como hace el soberbio) o la soberbia (como hace el halagador) o el halago (como hace el poderoso) o la ira (como hace el enojoso)… Te vuelves una subcontrata de Satanás, mal pagada. **** Al misántropo, del madrugón, le consuelan muchísimo las brillantes calles vacías. **** La humildad, en acción, es el agradecimiento.
Con el tiempo, la mitad de las virtudes del amado nacen de la amante y viceversa. En un matrimonio terminamos amando a nuestra obra y a nuestro autor. Agradecimiento y orgullo han de estar fundidos y resultar indistinguibles. **** La niebla también difumina los límites entre la metáfora y la meteorología. **** He visto a mi mujer quererme en el cariño que me tienen mis hijos y me ha parecido muy bien. Y vuelve a verme gracioso si ellos se ríen. **** Es mejor ser que temer.
Messidor
Todos los buenos aforismos se cierran en mi mente con música. Unos con trompas mahlerianas, otros con guitarra eléctrica distorsionada. Gracias, autor.