"Nada nuevo" o "Todo sigue igual" o "Lo mismo, como siempre" son expresiones que, gustándome muchísimo y aspirando constantemente a ellas, tienen un toque de gris marengo. Qué diferencia, en cambio, la belleza beligerante de un "Sin novedad". Ostenta la sobriedad tajante de no explicar nada más y, desde luego, nada de lo que uno se ha esforzado para ganarse el derecho a decirlas. Vibran los músculos en la posición de saludo que mentalmente le asociamos. Todo lo cual, la acerca al espíritu de los aforismos. Los viejos sentimientos de siempre, las ideas que se ciñen a la filosofía perenne y al sentido común, sin ninguna novelería, sin circunloquios prolijos, sin lloriqueos, en perfecto estado de revista. Al menos esa es la intención, aunque a un ojo experto no se le escapen las cicatrices y los rasguños y hasta los destrozos, por un lado, y los sacrificios, por otro, que hicieron falta. Pero si todo fue para decir "Sin novedad", bien olvidados están.
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"Añitos" no significa años de menos de 365 días, sino que la persona a quién se aplica tiene o poca edad o mucha: tiene 4 añitos o Fulano tiene ya sus añitos. Tener años es de mediana edad.
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El mejor falso amigo del mundo es que "aborrecido" en portugués signifique "aburrido".
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Perdona, pero el honor o es puntilloso o no lo es.
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Me gusta la gente a la que le gusta gustar; y, si se gusta gustando, me gusta más todavía.
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"Sin novedad" es una de las expresiones más hermosas y épicas que existen en español.
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Un jefe al que le gusta mandar, estupendo; uno al que le gusta organizar, uf, espanto.
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Ser único: deber de todos.
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Libros que te gustan tanto que dejas de leerlos enseguida cada día. (Como el avaro que apaga todas las luces de la casa.)
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Si para ser gracioso hay que mentir, ya no me compensa. Y además no me hace gracia.
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El honor es la redención del orgullo.
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Inconformista
Ser una excepción a la regla es su regla.
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Compensa
En la duermevela se descansa a medias, pero se gobiernan los sueños.
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El relativismo ya estaba inventado, como atestigua el viejo dicho: "Darnos la razón como a los locos", que es su definición perfecta.
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El periodista cultural: el único de su oficio que no quiere descubrir noticias, sino hablar de los que ya son conocidos. Su afición a las efemérides es sintomática.
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Héroe
Derrotado, puede; víctima, jamás.
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La vanidad es el vicio más fácil de extirpar. Así que imaginad los otros.
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Quien asegura que se lo toma toda a broma, ¿lo dice en serio?
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No me extraña que se invoque la lluvia con un canto porque es un canto.
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Flechazo
Todos los amores lo son a primera vista ya que sólo el amor nos permite ver a los demás como realmente son.
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Hablo con un amigo algo alejado de la fe (o de su práctica). Le digo que, como los personajes de Retorno a Brideshead, él mordió el anzuelo y que Dios, con un leve giro de muñeca, ya lo pescará cuando toque. Añado que a mí me pescó con red, y que lo suyo es, sin duda, más deportivo. Lo pienso mejor y caigo en la cuenta de que yo, más exactamente, soy un católico de piscifactoría.
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A la voluntad hay que sujetarla tanto o más que a la imaginación. Es la otra loca de la casa.
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La ambición es un excelente combustible, pero una meta pésima.
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La cama conyugal es un lecho de Procusto. (Dicho sin acritud.)
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La buena educación no consiste en decir: "No te molestes", sino en que, cuando en efecto no se moleste, tú no te molestes.
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Te habías propuesto morir para el mundo y ahora te quejas porque te apuñalan por la espalda y porque te arremeten de frente. Pero, hombre, ¿cómo pensabas morir entonces? ¿Suicidándote?
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La inspiración es cuando Dios te enchufa en el escalafón del Parnaso.
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"Las Optimistas escriben mal", espeta Valéry. Pero quizá los optimistas más minúsculos sí tengamos una pequeña oportunidad. El problema más que el carácter puede estar en las mayúsculas.
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Soleá
¿Será el crujir de mis huesos
un mensaje telegráfico?
El S.O.S. del cuerpo.
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Lo más difícil de escribir es evitar andar excusándote cada dos o tres líneas.
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La verdad os hará libres (buscándola).
