La primera proyección de Top Gun: Maverick en un céntrico cine de Madrid en su día de estreno va precedida de dos anuncios que, de forma voluntaria o no, coinciden con la película que Tom Cruise se ha empeñado en llevar a toda costa de forma exclusiva a los cines, como en los mejores tiempos. El primero, un "spot" de una conocida marca de helados con un sugerente reclamo: "Puedes hacerte mayor o convertirte en un clásico".
A continuación, una famosa marca de ropa deportiva convierte en rivales de ajedrez al veterano cineasta Spike Lee y a la joven actriz Indigo Hubbard-Salk y, mientras el primero recuerda a las grandes estrellas del deporte del pasado la segunda le advierte de que aún no ha visto "nada" de lo que está por llegar. Los veteranos no están dispuestos a desaparecer y son capaces de sacar brillo del oro más ennegrecido.
No parece una casualidad que la pugna entre lo viejo y lo nuevo sea el aperitivo comercial de la secuela de la famosa película de los años 80, en la que se recupera la figura de Pete "Mavericks" Mitchel, el personaje de Tom Cruise. Han pasado más de 30 años desde que se convirtió en uno de los mejores aviadores de la Armada y desde entonces ha esquivado cualquier ascenso. Durante el entrenamiento de un grupo de graduados para una misión especializada se encuentra con el teniente Bradley Bradshaw (Miles Teller), el hijo de su difunto amigo "Goose".
La nostalgia se respira en la casi totalidad de las secuencias de este filme, dirigido por Joseph Kosinski (Tron: Legacy o Oblivion), una historia sencilla que guarda su mayor tesoro en las acrobacias aéreas que no parecen tener fin. Es cierto que el planteamiento no aguarda grandes sorpresas, incluso las nuevas subtramas que aparecen pueden resultar tan insignificantes como innecesarias, especialmente el romance entre el personaje de Tom Cruise y Jennifer Connelly.
Top Gun y su héroe
A sus 59 años, Cruise reapareció en el Festival de Cannes como un héroe, dispuesto a salvar las salas de cine de la agonía en la que permanecen desde que la OMS anunció la pandemia de covid. Él, que pertenece al "viejo Hollywood", tal y como señaló en el festival francés, no está dispuesto a ver desaparecer los cines y está convencido de que este será el revulsivo que necesitan en un año tan aciago para la taquilla.
Como ha comprobado esta redactora de Vozpópuli, Top Gun: Maverick tiene todos los ingredientes que precisa un gran Blockbuster para triunfar: decenas de aviones que son pilotados por personas reales, adrenalina, motos y mucha nostalgia. También, como contraste, un fondo sentimental entre el personaje de Cruise y de "Goose" hijo, que se entreteje a la perfección con los entrenamientos vertiginosos en el aire.
Tom Cruise, la superestrella de Hollywood por excelencia, no está dispuesto a envejecer ni tampoco a permitir que desaparezca el género de cine de aventuras en el que más ha brillado"
Hay aquí una ausencia importante, y es que la película rinde homenaje a Tony Scott, director de Top Gun: ídolos del aire, fallecido en 2012. Y hay otra presencia que, sin embargo, se siente como un vacío: la de Val Kilmer. Su personaje, Iceman, se convierte aquí en un alto mando a quien la enfermedad ha deteriorado incluso la voz. No hay engaños: quien ya ha visto el documental Val, que llegó a los cines hace apenas una semana y que se puede ver también en Filmin, se sorprenderá al ver el deterioro del actor que tanto contrasta con Tom Cruise, quien parece haber conseguido congelar su imagen en el tiempo.
Tom Cruise, la superestrella de Hollywood por excelencia, no está dispuesto a envejecer ni tampoco a permitir que desaparezca el género de cine de aventuras en el que más ha brillado desde que comenzó su carrera hace más de tres décadas. Su antídoto antienvejecimiento va más allá de arrugas y michelines. Y aunque no puede garantizar hasta cuándo continuará trabajando, promete tener siempre un proyecto al que dirigir sus fuerzas y, muy probablemente, convertirse así en un clásico.
Ratwulf
No me interesa nada. No pienso verla.