Cultura

Alessia Putin: “España es el único país del mundo donde la izquierda se ha unido a los regionalismos periféricos”

La analista presenta una obra repleta de estadísticas insobornables que alejan de cualquier apocalipsis al mundo actual

  • Alessia Putin.

Dato mata a relato: este parece ser el génesis de esta recopilación de pequeños ensayos de nombre Cancelación. Manual contra la dictadura de la ideología, el pensamiento binario y el odio político (Sekotia, 2024) que publica la concienzuda analista Alessia Putin Ghidini (Madrid, 1975). Fuera de cualquier tentación literaria, sus páginas están repletas de estadísticas insobornables que alejan de cualquier apocalipsis al mundo actual. Pieza de combate, es un libro perfecto para contrarrestar unos jóvenes que confunden ficción con realidad.

Pregunta: ¿De dónde surge este libro? ¿De la recopilación de estadísticas?

Respuesta: Realmente mi estadística son mis alumnos: tengo muchos por semestre y empiezo a detectar unas carencias básicas en ámbitos de la economía, derecho, historia y considero que hay que contarles las cosas como son. Hay que decirles que vamos a mejor, que el mundo va a mejor, en los datos y los parámetros importantes: esperanza de vida, muerte durante el parto de la madre o del hijo, curva de la pobreza, hambre, sanidad en general, calidad del aire, etc.
Veo que existe en contra una triada oscura que es el populismo como fantasma de las tres cabezas. Una es el decrecimiento, pensar que si todos tuviésemos un poco menos todos tendríamos algo (que creo que es una gran falacia). La segunda es el populismo punitivo, esa concienciación en negativo que considera que todo lo que nosotros hacemos mal como hombres occidentales tiene que ver con nuestra forma de vivir, de consumir, de viajar. Es negativo…

P: Un pecado original…

R: Exactamente, un pecador original. La tercera y última testa en la triada es el victimismo. En esta sociedad, donde hay una generación de cristal -nuestros jóvenes, aunque no solo- se nos ha dicho que si somos víctimas podremos obtener una serie de recompensas o beneficios o ventajas (yo como mujer de base sería una víctima). Por lo tanto, yo quiero destruir ese marco que defino como un fantasma de tres cabezas que recorre Europa y el mundo.

P: ¿No hay algo “panglossiano” en muchos capítulos? Esa frase “vivimos en el mejor de los mundos posibles”

R: Yo soy profundamente optimista y puede que haya algo del Pangloss de Voltaire, pero sobre todo hay una frase también de Obama donde decía que “si lo pensamos, difícilmente vamos a encontrar a alguien que quiera vivir en un mundo anterior” ¿Por qué? Porque es en el mundo actual, en democracias occidentales, donde nuestros derechos y los de las minorías están protegidos. Si tienes un problema, hay posibilidad de recurrir a la justicia e incluso de manera gratuita (si tus derechos están siendo violados, también). Realmente tenemos pilares que nos defienden como la presunción de inocencia, la carga de la prueba, etc. El problema es que ahora se están atacando estos pilares: yo, por eso, escribo un libro para decir “señores, cuidemos lo que tenemos”.

P: El primer capítulo es una gran defensa de la iniciativa privada, bastante mal vista en un país como España ¿No crees que gran parte de los críticos con esta tienen una formación un tanto mitológica sobre la economía? 

R: Absolutamente. Por eso estas carencias que yo veo en la sociedad, también en adultos. Desde el punto de vista económico es muy difícil que personas que no hayan trabajado alguna vez en el sector privado –yo vengo y trabajo en el sector privado- sean conscientes de cómo es el mundo económico. Por eso se habla tanto de cómo los autónomos conocen bien la economía o cómo la conocen aquellas personas que tienen pequeñas y medianas empresas. Yo, de hecho, defiendo mucho las pequeñas y medianas, no defiendo tanto el sector regulado -la gran empresa- o esa economía que son puertas giratorias entre políticos y grandes directivos. No los llamo empresarios; no los son ya que no arriesgan su capital privado.

P: El término era “capitalismo crony” ¿No?

R: Sí, yo critico mucho esas oligarquías, porque considero que eso no es liberal: no es un verdadero mercado libre.

P: Es muy sugestiva tu visión de las socialdemocracias nórdicas, gran modelo para los keynesianos aquí ¿Cuántos conocen que los impuestos a PYMES allí son tan bajos? Es impensable en España esa tributación…

R: Bueno, porque aquí volvemos a los marcos que se han impuesto con mucho éxito, por cierto. Yo creo que hay una imposición, diría, casi gramsciana donde el ámbito de la cultura y el ámbito de las universidades o las escuelas han sido tomados por personas que en el fondo tienen una pulsión anticapitalista fuerte. Pensar, así, que los países escandinavos son socialistas es una de esas grandes mentiras: realmente son países con una altísima tasa de libertad económica, con un derecho laboral más flexible que nosotros.

P: Sería curioso comparar la legislación laboral de la dictadura de Franco, que duró hasta la crisis de las hipotecas, con aquella de las socialdemocracias suecas

R: Exactamente y eso fue fundamental en la en productividad. Yo hablo en el libro que mis alumnos quieren ser funcionarios ¿Por qué? Porque sienten una seguridad. Yo entiendo también que ellos han vivido una pandemia, es comprensible entre comillas que no quieran ser empresarios. El funcionariado es atractivo para ellos a través de la televisión, de las noticias y los periódicos. También, claro, en los jetas que tenemos en nuestras elites y que les va bien en el sector público más que en el privado. En el privado te machacan, te critican y eres casi una mala persona. A mí me sorprenden mucho las críticas, por ejemplo, a Amancio Ortega u otros empresarios españoles y extranjeros, ya que son muy crueles; como si hubiesen hecho algo malo.

P: Los propios “youtuber”, aunque no fueran exactamente economía productiva, generaban riqueza. Hacienda los persiguió y se marcharon todos a Andorra.

R: Yo creo que o se cambia el sistema o vamos a tener un problema también, porque el funcionariado no para de crecer. En este momento, esta semana, se han sacado 40.000 plazas. No estoy tan en desacuerdo con esto, sobre todo por jubilación…

El verdadero empresario, al fin y al cabo, es un creativo y se marcha a donde le dejan a hacer o crear sin trabas
Pregunta: Hay sectores donde son necesarios: educación o sanidad

Respuesta: Exactamente.

P: Tus ataques a Piketty, uno de los mejores apologistas keynesianos, son pertinentes ¿No peca de idealista con sus propuestas de salario mínimo o redistribución estatal? Todo parece nostalgia de la Francia anterior a la Unión Europea

R: Claro, sin duda.

P: ¿Son posibles estas políticas sin moneda propia?

R: Son muy complejas. Él es un defensor a ultranza de la redistribución. Y, creo, que ya vivimos en un sistema redistributivo. Lo fiamos todo a redistribuir después sin haber generado ya que es como está diseñado nuestro sistema. Este es progresivo ya que eso tiene que existir. Piketty falla en lo que tú has apuntado ya que llegó a defender incluso prohibir las herencias o tasarlas tan alto que quedaba nada a los legítimos herederos. Buscaba levantar un muro fiscal para que las empresas no se fueran. Todas esas medidas son contraintuitivas para el desarrollo y para la creatividad.

P: Bálsamos que no curan los problemas

R: La economía no es eso, ya que es una estructura larga…

P: Se falsea

R: Exactamente, tiene muy poco recorrido, pero sobre todo lo que provocan es desincentivo. Se necesita crear un incentivo porque en el momento que tengas una empresa en un país que se imponen estas políticas al final te vas. El verdadero empresario, al fin y al cabo, es un creativo y se marcha a donde le dejan a hacer o crear sin trabas. 

P: Se mueven esos sentimientos anti empresariales a través de la envidia

R: Las políticas del resentimiento tienen mucha palanca, pero empobrecen al país. Al final el que tiene éxito o el que crea una necesidad gana adeptos o clientes. La envidia es una de las grandes palancas de las políticas populistas, punitivistas, y es esto que decíamos antes del victimismo, del decrecimiento y la concienciación negativa.

P: América Latina aparece en el ensayo de manera guadiana, recordando que años de sociedades cerradas no daban riqueza ¿Cómo es posible, entonces, que el libro de Naomi Klein 'La Doctrina del Shock' sea citado una y otra vez en entornos podemitas? ¿Han hecho la comparación Chile y Argentina?

R: Bueno, vuelvo a lo que estábamos diciendo antes. Con todos mis respetos hacia Naomi Klein, todo lo que ella escribe -sobre todo de Chile y los “Chicago Boys”- lo hace como si fuera una conspiración entre Estados Unidos y las dictaduras…

P: Nunca se han visto esas políticas como una respuesta a la crisis estatalista de occidente de los 70, incluso en América Latina…

R: Por supuesto. Y no es solo eso, sino que realmente yo considero que las sociedades se empobrecen debido al exceso de regulaciones. El estado tiende a imponer siempre más regulaciones porque es el beneficiario normalmente a través de multas, tasas o licencias. La tendencia es a ingresar por cualquier cosa, pensemos en Madrid Central por ejemplo, o en otras muchas situaciones. Entonces, lo que tiene que hacer el empresario es evitar esto porque va contra su desarrollo y su libertad. Al final es lo que decía antes: busca unos países donde no tenga tantas limitaciones, tantos palos a las ruedas…

En el momento en que preferimos una democracia deliberativa, digamos así, por encima de la representativa estamos negando algo básico como que el pueblo no tiene y no debe ser experto en todo
Pregunta: El primer estado moderno con regulación excesiva, la Francia de Luis XIV y su ministro Jean-Baptiste Colbert, acabó con varias bancarrotas iniciado el siglo XVIII. La comparación con la Inglaterra comercial posterior a Cromwell es pertinente…

Respuesta: De hecho, la “revolución gloriosa” del Reino Unido nace justamente de un intento de imposición a los primeros empresarios. Los podríamos llamar así y eran básicamente artesanos o pequeños oficios que se sentían ahogados normalmente por una subida de impuestos. Siempre va a haber esta tensión, que ya estaba en el renacimiento…

P: Cuando guillotinaron a Robespierre, que aumentó la fiscalidad, se gritó “abajo el máximo” que era como se conocía el impuesto que tasaba varios productos

R: Claro, si es que al final siempre es una tensión con alguien que quiere imponer sobre tu trabajo aquello que llamaba Marx “plusvalía”.

P: Cita Cánovas del Castillo a Aristóteles en su discurso contra la primera internacional: “¿Qué me habláis de nivelar las fortunas? Niveladme antes, si podéis, las pasiones” La cita sigue siendo actualísima

R: Tengo un “paper” escrito sobre ese discurso, que me parece brillante y maravilloso. Hay un momento en el cual Cánovas empieza a hablar de que “hemos matado a Dios” y todo realmente lo que nos está diciendo es que, si perdemos los valores cristianos -libertad, igualdad y solidaridad-, en el fondo nos quedamos muy huérfanos. Por eso ahora hay una explosión total de identidades, de pertenecer a un grupo, porque si quitas la fe necesitas creer en alguna otra cosa (nación, identidad sexual, etc.).

P: ¿No es la democracia directa chavista un eufemismo de democracia popular? La ideología de Ernesto Laclau y Errejón no concibe la alternancia política

R: Claro. En el momento en que preferimos una democracia deliberativa, digamos así, por encima de la representativa estamos negando algo básico como que el pueblo no tiene y no debe ser experto en todo. Los referendos nunca resuelven los problemas y el político se está lavando las manos con ellos haciendo una dejación de sus funciones. Puede ser por los motivos que sean, pero estás metiendo a los votantes en un problema: “brexit”, “procés”, etc. Todos estos plebiscitos han multiplicado los problemas en esos lugares.

P: El segundo capítulo es una gran andanada contra los “neomalthusianos” y sus primos hermanos ecologistas ¿No son conscientes que las predicciones apocalípticas no se cumplen jamás? 

R: Bueno, yo hago especial hincapié porque es algo que sé por mi trabajo. Me dedico a la descarbonización de la industria pesada y sé que hay soluciones. Entonces, si hubiese una voluntad política se habría resuelto el problema hace mucho. Esto, además, daría muchísimos puestos de trabajo (se resolvería no solo el desempleo, sino también la reutilización de residuos como fuentes de energía). Bien, entonces yo veo como respuesta en la izquierda la idea del decrecimiento y en el fondo aquí hay un anticapitalismo de base que está buscando causas que defender.

P: Hay mucho de “la edad de oro” de los poetas que se cita en El Quijote en el concepto del decrecimiento. Fue lectura obligatoria en la URSS, por cierto.

R: No lo sabía, ¡qué bueno! Yo considero que se han construido unos discursos para defender una serie de ideas políticas que se habían quedado huérfanas con la caída del muro de Berlín. Han cogido, así, nobles causas y las han desarrollado a través de esos marcos buenistas como el feminismo radical el movimiento LGTBi+

P: Te adelantas a mi siguiente pregunta. Tu tercer capítulo enlaza el marxismo con lo “woke”, pero ¿No es lo último una perversión capitalista? Es decir, las identidades son perseguidas y diluidas en el marxismo

R: Estoy de acuerdo, pero aquí tenemos que fijarnos en España. Este es un caso muy sui generis ya que es el único país del mundo que yo conozco donde la izquierda, el marxismo, se ha unido a los regionalismos periféricos…

Pregunta: Volviendo a Robespierre, arquetipo de dictador de izquierdas, se enfrentó a los diputados federales en la asamblea. Los acusa de estar al servicio de elites locales

Respuesta: Es lo que está pasando aquí. Lo que pasa ahora es que por primera vez se han aliado. Corrijo, no tanto por primera vez -siempre ha habido apoyo de los regionalistas-, pero sí están llevando una alianza con consecuencias sorprendentes. La ley de amnistía es una ley de impunidad, es una ley de perdón, que parece se ha hecho para los sediciosos catalanes, incluso, que han pergeñado ellos mismos.

P: Hablas de Marx como profeta de una religión laica, ¿Cómo sobrevive, entonces, su prestigio en las ciencias sociales? Es un hecho que la economía marxista no funciona y todavía es posible leer a apologistas

R: Es una religión ya en su estado metafísico, por lo tanto, ya no podemos hablar de racionalidad. Estamos hablando de una fe, de una superstición, que en el momento de la caída del muro de Berlín y a través de los foros de São Paulo y de Puebla decide asumir nuevas causas. Esto sucede porque realmente se queda vacío desde el punto de vista económico: ni siquiera Piketty o Stiglitz intentan revertir el marco capitalista y, por lo tanto, tienen que asumir políticas identitarias donde los parias de la tierra pasan de defender el proletariado a determinados grupos que han sido agraviados realmente en la historia (mujeres, negros…).

P: Es la tesis de Laclau, que articula Podemos, y lleva a cosas raras como el marxismo bolivariano. Marx despreciaba profundamente a Simón Bolívar

R: Lo comento en el libro.

P: Es extraño que no hables de la antropología cultural americana, donde nace la raíz de gran parte del “wokismo”

R: Eso es cierto. En cuanto a la raíz de lo “woke”, yo me he basado mucho en el filósofo Jean-François Braunstein que escribió el libro 'La religión de lo woke'. Acabé esta obra en París y tuve la suerte de que fuera mi vecino de en frente. Tuve el privilegio de conocerle y de pasarme muchos días, tardes y noches hablando con él. Juzga que las principales referencias “woke” son Judith Butler, Peter Singer y John Money. Así que leo a estos gurús, que consiguen sintetizar a través del especismo, las amputaciones de miembros sanos, el decrecimiento o el heteropatriarcado sus doctrinas.  Entonces, de alguna manera, quiero desmontar esto.

P: ¿Podemos decir que en los últimos veinte años el liberalismo ha sido mejor el mejor garante del pensamiento científico? 

R: Yo creo que hay una conexión que hay que poner en valor entre ciencia y capitalismo. Los desarrollos dependen de individualidades que no puede crear un comité. Cuando tú piensas en algo común, una reunión de vecinos, verás incluso que no se toma ninguna decisión si no hay una persona experta.

P: En tu último capítulo juzgas lo “trans” como apelativo para todo, recordando nuestra temporalidad en el mundo ¿No son los grandes ismos totalitarios una búsqueda de un mundo estático? El marxismo es evidentemente una ideología que pretende una economía lenta y que fue devorado por su falta de innovación

R: Claro, porque cuando matas la creatividad en una sociedad realmente estás matando esa sociedad.

P: Milos Forman, el director checo exiliado, decía que “los Beatles acabaron con el comunismo”. El mundo soviético no pudo crear un fenómeno cultural semejante

R: Es fantástica la cita. Sobre la caída del comunismo, hablo de las cinco causas estructurales y una de las cuales es, por supuesto, la apatía que genera en la sociedad. Son países tristes y desalmados como se ve en 'Archipiélago Gulag' de Solzhenitsyn. Esta desesperación lleva a un estado de pasividad y es sorprendente que Rusia desde los zares al régimen de Putin se haya acostumbrado a vivir con tiranos: no son capaces de construir una democracia. Me preocupa que hoy en día pueda haber una reformulación de estas políticas que han sido completamente nefastas. Tenemos, además, una memoria gráfica de estas y no puedo entender que mucha gente, mucha de ella joven, las siga defendiendo.

P: Y, la última pregunta, ¿no es la ficción, la novela, el mayor enemigo del ensayista y el pensamiento? Todos los ismos que citas derivan de la confusión de la mentira con la realidad

R: Creo que estamos dando un paso más y mucha gente ve esta sociedad normal como una distopía. Pensemos en 'El cuento de la criada'. De hecho, hace poco vi en Twitter un vídeo donde varios jóvenes decían que preferían vivir bajo un califato islámico que bajo un hipotético gobierno Vox. Es vivir dentro de una ficción, lo que tú dices, y lleva a determinadas personas a no darse cuenta de que la realidad se sustenta sobre pilares económicos, de ahí falacias como el decrecimiento o el ecologismo más radical.

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