En el año 1972, Uruguay vivió un momento convulso en el que la libertad corría peligro y el país se encaminó irremediablemente a una dictadura. El cineasta español Rafa Russo, hijo de padres argentinos, ha imaginado algunas de las vidas de los oprimidos y los opresores para acercarse al lado más humano de todas ellas en la película El año de la furia, una coproducción entre España y Uruguay que se estrena este viernes en los cines españoles.
Tal y como cuenta Russo en una entrevista concedida a Vozpópuli, siempre estuvo interesado en conocer lo que ocurría en Latinoamérica y, en especial, en Uruguay, un país que "siempre ha estado a la vanguardia del progresismo y los derechos humanos". "Me interesaba contar cómo este país también se había despeñado por el precipicio del totalitarismo en los años 70", ha relatado Russo, quien no obstante huyó de la tentación de rodar un filme "panfletario o didáctico".
Hoy en día es más interesante ver películas sobre los años previos al nazismo que sobre el nazismo en sí porque ya conocemos esa historia"
Al contrario, el guionista y director pensó en un "amplio mosaico de personajes" para mostar aquella "antesala del totalitarismo", que a su juicio es "más interesante que mostrar en horror en sí". "Hoy en día es más interesante ver películas sobre los años previos al nazismo que sobre el nazismo en sí porque ya conocemos esa historia. Lo interesante es ver cómo se llega a ese horror para evitar que se vuelva a repetir. Me parecía interesante contar cómo le miedo va poco a poco paralizando a la gente", apunta.
El resultado de este proyecto es una historia coral protagonizada, entre otros, por Alberto Ammann, Joaquín Furriel, Daniel Grao y Maribel Verdú. En ella, Diego y Leonardo, dos guionistas de un conocido programa de humor de televisión, luchan por mantener su integridad ante las presiones de sus superiores para que modifiquen sus sátiras y eviten ofender a los militares. De manera paralela, Rojas, un teniente del ejército encargado de llevar a cabo torturas y represiones a militantes o simpatizantes de la guerrilla de los Tupamaros, busca refugio en los brazos de Susana, una prostituta en quien encuentra un reflejo de esperanza para librarse de su culpa.
Esta es una historia de matices y Russo se atreve a humanizar a los verdugos, porque para este director, guionista de películas como Lluvia en los zapatos, La decisión de Julia o Remember Me, "las realidades son siempre más complejas de lo que parecen" y los matices "son interesantes".
"Como creador me apareció un ángulo novedoso contar la historia desde un militar de medio rango que es adiestrado para reprimir y torturar y el conflicto moral que eso le supone, porque el opresor no es una mera máquina que ejecuta, son seres humanos que todas las mañanas se miran ante un espejo, tienen una conciencia. Para que esa maquinaría sea tan efectiva hay que mostrar realmente cómo se impide cualquier resquicio de libertad, y ver que también puede haber matices en el lado del opresor, lo que no significa de ninguna de las maneras blanquearlo", apunta.
Libertad de expresión: un "bien preciado"
Para Rafa Russo, El año de la furia tiene valor en 2021 y resulta "muy relevante" ante el "auge de populismos que están amenazando las libertades" y está convencido de que "la libertad de expresión es un bien muy preciado que hay que preservar a toda costa".
La libertad de expresión está siendo atacada por nuevos flancos, como la cultura de la cancelación o los juicios mediáticos, y no estamos sabiendo responder a esta amenaza. Creo que hay algo que podemos aprender: cuando cae la libertad de expresión hay un efecto dominó con el resto de las libertades que van cayendo una tras otra"
"La libertad de expresión está siendo atacada por nuevos flancos, como la cultura de la cancelación o los juicios mediáticos, y no estamos sabiendo responder a esta amenaza. Creo que hay algo que podemos aprender: cuando cae la libertad de expresión hay un efecto dominó con el resto de las libertades que van cayendo una tras otra", apunta el cineasta.
