Cultura

Arco consigue superar una de sus ediciones más difíciles

La mayoría de los galeristas participantes considera que la presencia de coleccionistas internacionales ha sido fundamental para animar una edición cuyo inicio estuvo marcado por el desánimo y la incertidumbre.

Los más de doscientos coleccionistas internacionales invitados por la organización de ARCO 2013 han sido fundamentales para animar un mercado que en estos momentos atraviesa en España un momento muy difícil, tanto por la crisis económica como por la subida del IVA cultural hasta el 21 por ciento. Esa es la opinión mayoritaria de los galeristas que han participado en la treinta y dos edición de esta feria que concluyó ayer, una de las más inciertas y comprometidas.

Una edición con un ambiente más positivo respecto al que se vivía el pasado miércoles, cuando se inauguró, aunque sin un balance concreto ya que los organizadores de ARCO han preferido que pasen unos días para hacer una valoración. Ya desde la inauguración, los ansiados puntos rojos empezaron a aparecer junto a las obras de los más de dos mil artistas participantes, aunque este dato no es significativo, ya que son muchos los galeristas que prefieren no marcar las obras que han sido vendidas ni especificar los precios de la mismas.

Galeristas como Carles Taché, uno de los habituales de ARCO, la feria ha ido mejor de lo que se preveía "y a ello -considera- ha contribuido especialmente la presencia de coleccionistas extranjeros, que ha sido muy importante para esta edición, que partía con varios puntos negativos como es el IVA cultural que potencia a las galerías internacionales en detrimento de las españolas". Con unas ventas "que en general han ido bien", Carles Taché comentó que las galerías catalanas van a seguir reivindicando "que se tenga un poco de sensibilidad" con "todas las galerías" de fuera de Madrid y que su participación en ARCO supone un coste añadido. Para el galerista, la feria "es fantástica" pero ha cubierto un ciclo "por lo que hace falta reestudiar y repensar todo", con el objetivo de hacer una cita efectiva y competitiva con las otras ferias que se organizan en todo el mundo.

En términos similares se expresó Lele H. Colomer, de la galería Leyendecker, de Santa Cruz de Tenerife, quien considera que debería haber un canon especial para ARCO. "Nosotros, en Canarias, no tenemos el 21 por ciento del IVA Cultural pero tenemos que pagar impuestos cuando sacamos las obras y cuando las regresamos", explica. Con la venta de varias piezas de Richard Mosse y de dos muy interesantes de Gianfranco Foschinoglas, se mostró muy contenta y considera que todos "en general" lo están. "Para nosotros -indica- ha sido una feria muy buena. Veníamos con la idea de conformarnos con cubrir costes y las ventas han ido muy bien, además de haber tenido muchas visitas y contactos".

Esta galería ha sido una en las que la Fundación María Cristina Masaveu Peterson ha comprado una de las piezas de Richard Mosse. La institución ha adquirido también obras de Vicente Tirado del Olmo, en la galería Cànen, de Castellón; de João Penalva y Helana Almeida, en Filomena Soares, de Lisboa; de Gerardo Custance y Edgardo Aragón, en Espacio Líquido, de Gijón; y de Eugenio Ampudia y Angelica Dass, en la galería Max Estrella, de Madrid.

También la Fundación Mapfre ha adquirido obra por valor de alrededor de 470.000 euros en diferentes galerías de la feria, especialmente en Guillermo de Osma y Juana de Aizpuru. Esta veterana galerista ya mostraba su optimismo en la jornada previa a la apertura de puertas y, al menos en lo que respecta a ella, los buenos augurios se han cumplido con la venta de obras de Heimo Zobering, Albert Oehlen, Wolfgang Tillmansy, Yasumasa Morimura y Tim Parchikov.

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