El artista brasileño Vik Muniz reinterpreta clásicos de la Historia del Arte como La Gioconda con mantequilla de cacahuete o una obra de Caravaggio con basura, y después lo plasma en fotografías en una exposición que se ha inaugurado esta semana en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga.
Con más de un centenar de imágenes, ésta es la mayor retrospectiva que se ha hecho hasta ahora en Europa de este artista afincado en Nueva York desde finales de los ochenta. "Con mi arte nunca pienso en un público específico, pienso en los niños y también en los viejos, y mis exposiciones no son para los críticos ni para los conservadores de arte, sino para la gente", ha dicho en su "castellano primitivo de futbolista brasileño".
Su trabajo, que tuvo sus resonancias más visibles durante la década de los noventa, se propone, según el propio Muniz, "quebrar el mito de que el arte, para ser inteligente, no puede ser accesible"; ya que como artista considera que su "gran desafío" es "ser capaz de comunicar ideas complejas y profundas a todo el mundo".
Con más de un centenar de imágenes, ésta es la mayor retrospectiva instalada hasta ahora en Europa de este artista brasileño.
Él lo intenta en unos momentos en los que "la conciencia del mundo es muy mediática, todo está mezclado", y sostiene que en realidad lo que hace es "lo mismo que Cezànne cuando llevaba su caballete al campo para pintar el paisaje, la diferencia es que el paisaje ha cambiado y ahora es muy complejo".
Por su parte, el director del CAC Málaga y comisario de la exposición, Fernando Francés, ha explicado que la obra de Muniz está relacionada con sus orígenes en el ámbito de la publicidad y su interés inicial por el dibujo y posteriormente por la escultura. De hecho, Muniz comenzó su carrera como escultor, y la necesidad de documentarse con fotografías para hacer su trabajo le llevó a cambiar de medio de expresión artística, moviéndose continuamente entre diferentes disciplinas.
Muniz "conjuga las preocupaciones de los artistas del siglo XX, porque desde el dadaísmo ha habido la necesidad de revisar la Historia del Arte; desde el surrealismo, la conciencia de descolocar conceptos e ideas; desde la abstracción, la vocación de descodificar la realidad, y desde el pop, el interés en utilizar lo más cotidiano y popular como razón fundamental en el arte".
Junto al compromiso social de su obra, la estética está "muy presente" en la obra de Muniz, en la que "nada es baladí". Así, si el artista brasileño emplea caviar o diamantes para representar a una estrella de Hollywood, lo que pretende es hablar sobre el glamour desde el punto de vista "más negativo" con el fin de "levantar conciencias", ha señalado Francés.
No olvida el componente "social", cuando emplea azúcar para representar niños que trabajan en las plantaciones, o basura para plasmar las condiciones de las favelas.
De esta forma, la influencia popular y el componente técnico-crítico en la utilización de los materiales son dos situaciones recurrentes en su obra, configurando con todo ello "una suerte de creación artística que le es única a él", ha agregado el director del centro de arte.
En la muestra pueden verse desde escenas cotidianas a rostros de famosos y personas anónimas, en las que el artista combina una gran conciencia política y social con el componente técnico: "cualquier objeto que pueda servirle para definir un concepto es acaparado" por Muniz, ha explicado el comisario de la exposición.
A todo ello, le "añade un componente lúdico". Para el brasileño "el proceso de trabajo es mucho más importante que el producto final", ha apuntado Francés, que cree que se podría pensar que Muniz "hace divertimentos técnicos y cualquier material que pueda servirle para definir un concepto es utilizado y acaparado".
Tampoco olvida el componente "social y de compromiso", cuando emplea azúcar para representar a los niños que trabajan en las plantaciones, cuando utiliza basura para plasmar las condiciones de vida en las favelas o cuando retrata a personajes famosos con caviar o diamantes.
Nacido en Brasil, Muniz (Sao Paulo, 1961) es "un artista contemporáneo vivo" que, aunque desde finales de la década de los 80 trabaja y vive en Nueva York (Estados Unidos), es "profeta" en su tierra, ha destacado el alcalde de Málaga.